jueves, 21 de mayo de 2020

MAYO, MES DE MARÍA

El Mes de María se reza en Mayo, en el llamado “mes de las flores”, que se llama así, porque con la llegada del buen tiempo y tras las lluvias invernales, el campo y los jardines comienzan a cubrirse de un verde intenso y de los colores y aromas de las flores.


EVANGELIO - 22 de Mayo - San Juan 16,20-23a


    Libro de los Hechos de los Apóstoles 18,9-18.

    Una noche, el Señor dijo a Pablo en una visión: "No temas. Sigue predicando y no te calles.
    Yo estoy contigo. Nadie pondrá la mano sobre ti para dañarte, porque en esta ciudad hay un pueblo numeroso que me está reservado".
    Pablo se radicó allí un año y medio, enseñando la Palabra de Dios.
    Durante el gobierno del procónsul Galión en Acaya, los judíos se confabularon contra Pablo y lo condujeron ante el tribunal, diciendo: "Este hombre induce a la gente a que adore a Dios de una manera contraria a la Ley".
    Pablo estaba por hablar, cuando Galión dijo a los judíos: "Si se tratara de algún crimen o de algún delito grave, sería razonable que los atendiera.
    Pero tratándose de discusiones sobre palabras y nombres, y sobre la Ley judía, el asunto les concierne a ustedes; yo no quiero ser juez en estas cosas".
    Y los hizo salir del tribunal.
    Entonces todos se apoderaron de Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon ante el tribunal. Pero a Galión todo esto lo tuvo sin cuidado.
    Pablo permaneció todavía un cierto tiempo en Corinto. Después se despidió de sus hermanos y se embarcó hacia Siria en compañía de Priscila y de Aquila. En Cencreas, a raíz de un voto que había hecho, se hizo cortar el cabello.


Salmo 47(46),2-3.4-5.6-7.

Aplaudan, todos los pueblos,
aclamen al Señor con gritos de alegría;
porque el Señor, el Altísimo, es temible,
es el soberano de toda la tierra.

El puso a los pueblos bajo nuestro yugo,
y a las naciones bajo nuestros pies;
él eligió para nosotros una herencia,
que es el orgullo de Jacob, su predilecto.

El Señor asciende entre aclamaciones,
asciende al sonido de trompetas.
Canten, canten a nuestro Dios, canten,
canten a nuestro Rey.


    Evangelio según San Juan 16,20-23a.

    En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo."
    La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo.
    También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar.
    Aquél día no me harán más preguntas."

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 22 de Mayo - “Esa tristeza se convertirá en alegría”


Juan de Cárpatos (VII s.) monje y obispo. Filocalia, “Cartas a los monjes de la India”, (Philocalie des Pères neptiques, Paris, DDB-Lattès, 1995)

“Esa tristeza se convertirá en alegría” 

    ¿Por qué nosotros que no cesamos de rezar y cantar hemos caído en las aflicciones, mientras que los que no rezan y no velan están en la alegría, gozan, prosperan y transcurren risueñamente su vida? Como dice el Profeta: “Por eso llamamos felices a los arrogantes: ¡prosperan los que hacen el mal; desafían a Dios, y no les pasa nada!”. Agrega: “Entonces se hablaron unos a otros los que temen al Señor” (Ml 3,15-16), los que tienen el conocimiento. Hay que saber, sin embargo, que quienes están afligidos, quienes son duramente atormentados y por muchas pruebas llevan en ellos el testimonio de su maestro, no sufren nada que pueda sorprenderlos. Porque han escuchado el anuncio de los Evangelios: “Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará” (Jn 16,20). Dentro de poco vendré a visitarlos con el Consolador, disiparé su desánimo, los animaré con pensamientos de la vida y reposo celestes y con las suaves lágrimas que les han faltado durante los días que sufrieron la prueba. Los amamantaré con mi gracia, como una madre amamanta al pequeño que llora. A ustedes, agotados por los combates, los fortificaré con la fuerza de lo Alto. Estaban cubiertos de amargura y los llenaré de dulzura, como dice Jeremías en las Lamentaciones al hablar de la Jerusalén en ustedes escondida. Vendré a verlos y sus corazones se alegrarán de esa secreta visita. “La tristeza se convertirá en alegría” y “tendrán una alegría que nadie les podrá quitar” (cf. Jn 16,20.22).

SANTORAL - SANTA RITA DE CASIA

22 de Mayo


    Santa Rita nació en 1381 junto a Casia, su segunda patria, en la hermosa Umbría, tierra de Santos: Benito, Escolástica, Francisco, Clara, Angela, Gabriel... Santa Rita pertenece a esa insigne pléyade de mujeres que pasaron por todos los estados: fue un modelo extraordinario de esposa, de madre, de viuda y de monja.

    Por otra parte, pocos santos han gozado de tanta devoción como Santa Rita, Abogada de los imposibles. Su pasión favorita era meditar la Pasión de Jesús. Se casa con Pablo Fernando, de su aldea natal. Fue un verdadero martirio, Rita acepta su papel: callar, sufrir, rezar. Su bondad y paciencia logran la conversión de su esposo.

    Nacen dos gemelos que les llenan de alegría. A la paz sigue la tragedia. Su esposo cae asesinado, como secuela de su antigua vida. Rita perdona y eso mismo inculca a sus hijos. Y sucede ahora una escena incomprensible desde un punto de vista natural.

    Al ver que no puede conseguir que abandonen la idea de venganza, pide al Señor se los lleve, por evitar un nuevo crimen, y el Señor atiende su súplica. Tres veces desea entrar en las Agustinas de Casia, y las tres veces es rechazada.

    Por fin, con un prodigio que parece arrancado de las Florecillas, se le aparecen San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino y en voladas es introducida en el monasterio. Es admitida, hace la profesión ese mismo año de 1417, y allí pasa 40 años, sólo para Dios. Recorrió con ahínco el camino de la perfección, las tres vías de la vida espiritual, purgativa, iluminativa y unitiva. Ascetismo exigente, humildad, pobreza, caridad, ayunos, cilicio, vigilias.

    Las religiosas refieren una hermosa Florecilla. La Priora le manda regar un sarmiento seco. Rita cumple la orden rigurosamente durante varios meses y el sarmiento reverdece. Jesús no ahorra a las almas escogidas la prueba del amor por el dolor. Rita, como Francisco de Asís, se ve sellada con uno de los estigmas de la Pasión: una espina muy dolorosa en la frente.

    Hay solicitaciones del demonio y de la carne, que ella calmaba aplicando una candela encendida en la mano o en el pie. Pruebas purificadoras, miradas desconfiadas, sonrisas burlonas. Rita mira al Crucifijo y en aquella escuela aprende su lección. La hora de su muerte nos la relatan también llena de deliciosos prodigios.

    En el jardín del convento nacen una rosa y dos higos en pleno invierno para satisfacer sus antojos de enferma. Al morir, la celda se ilumina y las campanas tañen solas a gloria. Su cuerpo sigue incorrupto. Cuando Rita murió, la llaga de su frente resplandecía en su rostro como una estrella en un rosal. Era el año 1457. León XIII la canonizó el 1900.

Oremos

    Oh Dios, Quien en tu infinita ternura has sido bondadoso para escuchar la plegaria de Tu sierva, Santa Rita, y otorgas a su suplica lo que es imposible a la vista, conocimiento y esfuerzos, en recompensa de su compadecido amor y firme confianza en Tu promesa, ten piedad en nuestra adversidad y socorrenos en nuestras calamidades, que el no creyente pueda saber que Tu eres la recompensa del humilde, la defensa de los sin esperanza, y la fuerza de aquellos que confían en Ti, a través de Jesucristo, nuestro Señor. Amen

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL CHRISTUS VIVIT



Capítulo sexto
Jóvenes con raíces


Tu relación con los ancianos

187. En el Sínodo se expresó que «los jóvenes están proyectados hacia el futuro y afrontan la vida con energía y dinamismo. Sin embargo […] a veces suelen prestar poca atención a la memoria del pasado del que provienen, en particular a los numerosos dones que les han transmitido sus padres y abuelos, al bagaje cultural de la sociedad en la que viven. Ayudar a los jóvenes a descubrir la riqueza viva del pasado, haciendo memoria y sirviéndose de este para las propias decisiones y posibilidades, es un verdadero acto de amor hacia ellos, en vista de su crecimiento y de las decisiones que deberán tomar».

188. La Palabra de Dios recomienda no perder el contacto con los ancianos, para poder recoger su experiencia: «Acude a la reunión de los ancianos, y si encuentras a un sabio júntate a él […]. Si ves a un hombre prudente, madruga para buscarlo, que tus pies desgasten el umbral de su puerta» (Si 6,34.36). En todo caso, los largos años que ellos vivieron y todo lo que han pasado en la vida, deben llevarnos a mirarlos con respeto: «Ponte de pie ante el hombre de canas» (Lv 19,32). Porque «la fuerza es el adorno de los jóvenes, las canas son el honor de los ancianos» (Pr 20,29).

189. La Biblia nos pide: «Escucha a tu padre que te dio la vida, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana» (Pr 23,22). El mandato de honrar al padre y a la madre «es el primer mandamiento que va acompañado de una promesa» (Ef 6,2; cf. Ex 20,12; Dt 5,16; Lv 19,3), y la promesa es: «serás feliz y se prolongará tu vida sobre la tierra» (Ef 6,3).

190. Esto no significa que tengas que estar de acuerdo con todo lo que ellos dicen, ni que debas aprobar todas sus acciones. Un joven siempre debería tener un espíritu crítico. San Basilio Magno, refiriéndose a los antiguos autores griegos, recomendaba a los jóvenes que los estimasen, pero que acogieran sólo lo bueno que pudieran enseñarles. Se trata simplemente de estar abiertos para recoger una sabiduría que se comunica de generación en generación, que puede convivir con algunas miserias humanas, y que no tiene por qué desaparecer ante las novedades del consumo y del mercado.

191. Al mundo nunca le sirvió ni le servirá la ruptura entre generaciones. Son los cantos de sirena de un futuro sin raíces, sin arraigo. Es la mentira que te hace creer que sólo lo nuevo es bueno y bello. La existencia de las relaciones intergeneracionales implica que en las comunidades se posea una memoria colectiva, pues cada generación retoma las enseñanzas de sus antecesores, dejando así un legado a sus sucesores. Esto constituye marcos de referencia para cimentar sólidamente una sociedad nueva. Como dice el refrán: “Si el joven supiese y el viejo pudiese, no habría cosa que no se hiciese”.