viernes, 10 de noviembre de 2023

GAUDETE ET EXSULTATE

 CAPÍTULO PRIMERO
EL LLAMADO A LA SANTIDAD
El Señor llama

 
    11. «Cada uno por su camino», dice el Concilio. Entonces, no se trata de desalentarse cuando uno contempla modelos de santidad que le parecen inalcanzables. Hay testimonios que son útiles para estimularnos y motivarnos, pero no para que tratemos de copiarlos, porque eso hasta podría alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para nosotros. Lo que interesa es que cada creyente discierna su propio camino y saque a la luz lo mejor de sí, aquello tan personal que Dios ha puesto en él (cf. 1 Co 12, 7), y no que se desgaste intentando imitar algo que no ha sido pensado para él. Todos estamos llamados a ser testigos, pero «existen muchas formas existenciales de testimonio»[11]. De hecho, cuando el gran místico san Juan de la Cruz escribía su Cántico Espiritual, prefería evitar reglas fijas para todos y explicaba que sus versos estaban escritos para que cada uno los aproveche «según su modo»[12]. Porque la vida divina se comunica «a unos en una manera y a otros en otra»[13].

[11] Hans U. von Balthasar, “Teología y santidad”, en Communio 6 (1987), 489.

[12] Cántico Espiritual B, Prólogo, 2.

[13] Ibíd., XIV-XV, 2.

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 11 de Noviembre - San Lucas 16,9-15


    Carta de San Pablo a los Romanos 16,3-9.16.22-27.

    Saluden a Prisca y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús.
    Ellos arriesgaron su vida para salvarme, y no sólo yo, sino también todas las iglesias de origen pagano, tienen con ellos una deuda de gratitud.
    Saluden, igualmente, a la Iglesia que se reúne en su casa. No se olviden de saludar a mi amigo Epéneto, el primero que se convirtió a Cristo en Asia Menor.
    Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes; a Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de cárcel, que son apóstoles insignes y creyeron en Cristo antes que yo.
    Saluden a Ampliato, mi amigo querido en el Señor; a Urbano, nuestro colaborador en Cristo, y también a Estaquis, mi querido amigo.
    Salúdense mutuamente con el beso de paz. Todas las Iglesias de Cristo les envían saludos.
    Yo, Tercio, que he servido de amanuense, los saludo en el Señor.
    También los saluda Gayo, que me brinda hospedaje a mí y a toda la Iglesia. Finalmente, les envían saludos Erasto, el tesorero de la ciudad y nuestro hermano Cuarto.
    ¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad y que ahora se ha manifestado! Este es el misterio que, por medio de los escritos proféticos y según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las naciones para llevarlas a la obediencia de la fe.
    ¡A Dios, el único sabio, por Jesucristo, sea la gloria eternamente! Amén.


Salmo 145(144),2-3.4.6.10-11.

Señor, día tras día te bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar.
¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza:
su grandeza es insondable!

Cada generación celebra tus acciones
y le anuncia a las otras tus portentos:
Ellas publican tus tremendos prodigios
y narran tus grandes proezas;

Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.


    Evangelio según San Lucas 16,9-15.

    Jesús decía a sus discípulos: "Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
    El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho.
    Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien?
    Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?
    Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero".
    Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús.
    El les dijo: "Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios."

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 11 DE NOVIEMBRE - «Ningún criado puede servir a dos señores»


San Gregorio Magno (c. 540-604) papa y doctor de la Iglesia Comentario moral del Libro de Job, 34


«Ningún criado puede servir a dos señores»

    Querer depositar su esperanza y su confianza en bienes pasajeros, es querer poner cimientos en una corriente de agua. Todo pasa; Dios permanece. Apegarse a lo transitorio es desprenderse de lo permanente. ¿Quién pues, si es arrastrado por los torbellinos agitados de una rápida corriente puede permanecer fijo en su lugar pese a ese torrente agitado? Si queremos evitar ser arrastrados por la corriente, debemos huir a todo lo que fluye, sino el objeto de nuestro amor nos forzará a llegar a lo que precisamente queremos evitar. El que se apega a los bienes transitorios seguramente será arrastrado allí adonde derivan las cosas hacia las cuales se aferra.

    La primer cosa por hacer es guardarse de amar los bienes materiales, la segunda, es no poner toda su confianza en los bienes que nos han sido confiados para utilizar, y no para gozar. El alma que se apega a los bienes pasajeros pierde rápidamente su propia estabilidad. El curso de la vida actual trae consigo lo que lleva, y es una loca ilusión, para aquel que es arrastrado por esta corriente querer permanecer de pie.

SANTORAL - SAN MARTÍN DE TOURS

 11 de Noviembre

 
    Nació en Hungría, pero sus padres se fueron a vivir a Italia. Era hijo de un veterano del ejército y a los 15 años ya vestía el uniforme militar. Durante más de 15 siglos ha sido recordado nuestro santo por el hecho que le sucedió siendo joven y estando de militar en Amiens (Francia). Un día de invierno muy frío se encontró por el camino con un pobre hombre que estaba tiritando de frío y a medio vestir. Martín, como no llevaba nada más para regalarle, sacó la espada y dividió en dos partes su manto, y le dio la mitad al pobre. Esa noche vio en sueños que Jesucristo se le presentaba vestido con el medio manto que él había regalado al pobre y oyó que le decía: "Martín, hoy me cubriste con tu manto".

    Sulpicio Severo, discípulo y biógrafo del santo, cuenta que tan pronto Martín tuvo esta visión se hizo bautizar (era catecúmeno, o sea estaba preparándose para el bautismo). Luego se presentó a su general que estaba repartiendo regalos a los militares y le dijo: "Hasta ahora te he servido como soldado. Déjame de ahora en adelante servir a Jesucristo propagando su santa religión". El general quiso darle varios premios pero él le dijo: "Estos regalos repártelos entre los que van a seguir luchando en tu ejército. Yo me voy a luchar en el ejército de Jesucristo, y mis premios serán espirituales".

    En seguida se fue a Poitiers donde era obispo el gran sabio San Hilario, el cual lo recibió como discípulo y se encargó de instruirlo. Como Martín sentía un gran deseo de dedicarse a la oración y a la meditación, San Hilario le cedió unas tierras en sitio solitario y allá fue con varios amigos, y fundó el primer convento o monasterio que hubo en Francia. En esa soledad estuvo diez años dedicado a orar, a hacer sacrificios y a estudiar las Sagradas Escrituras. Los habitantes de los alrededores consiguieron por sus oraciones y bendiciones, muchas curaciones y varios prodigios. Cuando después le preguntaban qué profesiones había ejercido respondía: "fui soldado por obligación y por deber, y monje por inclinación y para salvar mi alma".

    Un día en el año 371 fue invitado a Tours con el pretexto de que lo necesitaba un enfermo grave, pero era que el pueblo quería elegirlo obispo. Apenas estuvo en la catedral toda la multitud lo aclamó como obispo de Tours, y por más que él se declarara indigno de recibir ese cargo, lo obligaron a aceptar. En Tours fundó otro convento y pronto tenía ya 80 mojes. Y los milagros, la predicación, y la piedad del nuevo obispo hicieron desaparecer prontamente el paganismo de esa región, y las conversiones al cristianismo eran de todos los días. A los primeros que convirtió fue a su madre y a sus hermanos que eran paganos.

    Un día un antiguo compañero de armas lo criticó diciéndole que era un cobarde por haberse retirado del ejército. Él le contestó: "Con la espada podía vencer a los enemigos materiales. Con la cruz estoy derrotando a los enemigos espirituales". Recorrió todo el territorio de su diócesis dejando en cada pueblo un sacerdote. Él fue fundador de las parroquias rurales en Francia. Dice su biógrafo y discípulo, que la gente se admiraba al ver a Martín siempre de buen genio, alegre y amable. Que en su trato empleaba la más exquisita bondad con todos.

    Un día en un banquete San Martín tuvo que ofrecer una copa de vino, y la pasó primero a un sacerdote y después sí al emperador, que estaba allí a su lado. Y explicó el por qué: "Es que el emperador tiene potestad sobre lo material, pero al sacerdote Dios le concedió la potestad sobre lo espiritual". Al emperador le agradó aquella explicación. En los 27 años que fue obispo se ganó el cariño de todo su pueblo, y su caridad era inagotable con los necesitados. Los únicos que no lo querían eran ciertos tipos que querían vivir en paz con sus vicios, pero el santo no los dejaba. De uno de ellos, que inventaba toda clase de cuentos contra San Martín, porque éste le criticaba sus malas costumbres, dijo el santo cuando le aconsejaron que lo debía hacer castigar: "Si Cristo soportó a Judas, ¿por qué no he de soportar yo a este que me traiciona?".

    Con varios empleados oficiales tuvo fuertes discusiones, porque en ese tiempo se acostumbraba torturar a los prisioneros para que declararan sus delitos. Nuestro santo se oponía totalmente a esto, y aunque por ello se ganó la enemistad de altos funcionarios, no permitía la tortura. Supo por revelación cuándo le iba a llegar la muerte y comunicó la noticia a sus numerosos discípulos. Estos se reunieron junto a su lecho de enfermo y le suplicaban llorando: "¿Te alejas padre de nosotros, y nos dejas huérfanos y solos y desamparados?". El santo respondió con una frase que se ha hecho famosa: "Señor, si en algo puedo ser útil todavía, no rehúso ni rechazo cualquier trabajo y ocupación que me quieras mandar". Pero Dios vio que ya había trabajado y sufrido bastante y se lo llevó a que recibiera en el cielo el premio por sus grandes labores en la tierra.

    El medio manto de San Martín (el que cortó con la espada para dar al pobre) fue guardado en una urna y se le construyó un pequeño santuario para guardar esa reliquia. Como en latín para decir "medio manto" se dice "capilla", la gente decía: "Vamos a orar donde está la capilla". Y de ahí viene el nombre de capilla, que se da a los pequeños salones que se hacen para orar.

Oremos 

    Renueva, Señor, en nosotros las maravillas de tu gracia, para que, al celebrar hoy la memoria de San Martín, obispo, que te glorificó, tanto con su vida como con su muerte, nos sintamos de tal modo fortalecidos, que ni la vida ni la muerte puedan separarnos de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

-FRASE DEL DÍA-