lunes, 8 de noviembre de 2021

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO DEL DÍA - 9 DE NOVIEMBRE - San Juan 2,13-22.



 

Libro de Ezequiel 47,1-2.8-9.12.

Un ángel me llevó a la entrada de la Casa, y vi que salía agua por debajo del umbral de la Casa, en dirección al oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia el oriente. El agua descendía por debajo del costado derecho de la Casa, al sur del Altar.
Luego me sacó por el camino de la puerta septentrional, y me hizo dar la vuelta por un camino exterior, hasta la puerta exterior que miraba hacia el oriente. Allí vi que el agua fluía por el costado derecho.
Entonces me dijo: "Estas aguas fluyen hacia el sector oriental, bajan hasta la estepa y van a desembocar en el Mar. Se las hace salir hasta el Mar, para que sus aguas sean saneadas.
Hasta donde llegue el torrente, tendrán vida todos los seres vivientes que se mueven por el suelo y habrá peces en abundancia. Porque cuando esta agua llegue hasta el Mar, sus aguas quedarán saneadas, y habrá vida en todas parte adonde llegue el torrente.
Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio".

Palabra de Dios.


Salmo 46(45),2-3.5-6.8-9.

El Señor es nuestro refugio y fortaleza,
una ayuda siempre pronta en los peligros.
Por eso no tememos,
aunque la tierra se conmueva

y las montañas se desplomen
hasta el fondo del mar.
Los canales del Río alegran la Ciudad de Dios,
la más santa Morada del Altísimo.

El Señor está en medio de ella: nunca vacilará;
él la socorrerá al despuntar la aurora.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.

Vengan a contemplar las obras del Señor,
Él hace cosas admirables en la tierra.


Evangelio según San Juan 2,13-22.

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas.
Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: "Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio".
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá.
Entonces los judíos le preguntaron: "¿Qué signo nos das para obrar así?".
Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar".
Los judíos le dijeron: "Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?".
Pero él se refería al templo de su cuerpo.
Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.

Palabra del Señor.

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO -9 DE NOVIEMBRE - “El Templo santo: el Cuerpo de Cristo” (Jn 2,13-22)



 

San Agustín
Sermón sobre el salmo 130, § 1-2

“El Templo santo: el Cuerpo de Cristo” (Jn 2,13-22)


«El Señor los echó a todos del Templo.» El apóstol Pablo dice: «El templo de Dios es santo y ese templo sois vosotros» (1Co 3,17), es decir, todos los que creéis enCristo y o creéis hasta elpunto de amarle... Todos los que lo creen son piedras vivas sobre las que se edifica el templo de Dios (1P 2,5); son como esta madera que no se corrompe con la que ha sido construida el arca que ni el diluvio pudo sumergir (Gn 6,14). Ese templo, el pueblo de Dios, los mismos hombres, son el lugar donde Dios escucha al que le ora. Los que oran a Dios fuera de ese templo no serán escuchados para llegar a la paz de la Jerusalén de arriba, aunque si pueden serlo para ciertos bienes materiales que Dios concede también a los paganos... Pero es cosa muy distinta ser escuchado en lo que concierne a la vida eterna, esto no se concede más que a los que oran en el templo de Dios.

Porque el que ora en el templo de Dios ora dentro la paz de la Iglesia, en la unidad del Cuerpo de Cristo, porque el Cuerpo de Cristo está constituido por la multitud de creyentes repartidos sobre toda la tierra... Y el que ora dentro la paz de la Iglesia ora «en espíritu y verdad» (Jn 4, 23); el Templo antiguo no era más que un símbolo. En efecto, era para instruirnos que el Señor echó del Templo a esos hombres que no buscaban más que su propio interés, que no iban a él más que para comprar y vender. Si este Templo tuvo que soportar esta purificación, es evidente que también el Cuerpo de Cristo, el templo verdadero, entre los que oran se mezclan compradores y vendedores, es decir, unos hombres que no buscan más que «sus propios intereses y no los de Cristo Jesús» (Flp 2,21)... Tiempo vendrá en que el Señor sacará fuera todos estos pecados.

SANTORAL DEL DÍA - 9 DE NOVIEMBRE - FIESTA DE LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN



 

La Archibasílica de San Juan de Letrán es la primera basílica de la cristiandad, mandada a construir por el emperador Constantino el Grande para servir como sede de los obispos de Roma.

Su nombre oficial es Catedral Papal y Archibasílica Patriarcal Mayor y Arciprestal del Santísimo Salvador y de los Santos Juan Bautista y Evangelista en Letrán, pero es más conocida como la Archibasílica de San Juan de Letrán o simplemente la Basílica de Letrán. Su nombre corresponde, en primer lugar, a su dedicación inicial a Cristo Salvador, ocurrida en tiempos del emperador Constantino el Grande, con la intención de servir como sede del obispo de Roma, como ocurrió hasta el siglo XIV.

Su ubicación, cercana al Monte Celio, correspondía a las antiguas tierras de una noble familia romana, conocida como los Laterani, castellanizado en Letrán. El antiguo palacio, ubicado debajo de la actual basílica, fue confiscado a Plautio Laterani, cónsul romano del siglo I, tras haber conspirado contra Nerón. Tras su condena a muerte, sus bienes pasaron a la Hacienda Imperial.

A inicios del siglo III, las tierras y el palacio eran utilizadas por el emperador de Septimio Severo como cuartel para su guardia personal, formada por un grupo de caballeros de élite, que en las tierras de los Laterani construyeron un gran complejo militar conocido como el Castra Nova Equitum Singularium. Tras la construcción de la castra, o fortaleza, Septimio Severo decidió devolver parte de los bienes confiscados a Tito Sextio Laterani, descendiente de los antiguos dueños de dichas tierras.

Posiblemente heredera de Tito Sextio Laterani, las tierras terminaron por el siglo IV en manos de Fausta, mujer del emperador Constantino. Tras la victoria milagrosa del emperador sobre Majencio en la Batalla del Puente Milvio, promulga el Edicto de Milán del año 313, en el cual el emperador reconoce la libertad de culto, cesando oficialmente las persecuciones cristianas. De vuelta a Roma, Constantino busca ofrecer un lugar para que los cristianos pudiesen practicar su Fe, así como su liturgia.

La Castra Nova Equitum Singularium, había sido parte de la dote de Fausta, mujer de Constantino, junto a otras tierras de los Laterani, pero el emperador había decidido disolver el cuerpo de caballeros que conformaban la guardia imperial (debido a su lealtad a Majencio), y ordena la construcción de una iglesia para los cristianos, Fe a la que él mismo se había ya acercado.

En el año 324, la construcción fue finalizada y pudo ser consagrada por el Papa Silvestre I, dedicándola al Santísimo Salvador. En el siglo IX, el Papa Sergio III decide dedicarla también a San Juan Bautista, mientras que en el siglo XII, el Papa Lucio II añadió a San Juan Evangelista a los patrones de la basílica, construyendo importantes capillas para cada uno.

Durante siglos, la Basílica de Letrán fue la única sede del papado, siendo considerada hasta nuestros días como la verdadera catedral del obispo de Roma. Desde el siglo IV hasta el siglo XIV, la sede petrina de Letrán fue ininterrumpida, hasta que fue necesario el traslado de los papas a Aviñón. Junto a la basílica, permanecía un antiguo palacio que fue residencia de los papas hasta la edad media.

Durante esos mil años, la Basílica de Letrán vivió una intensa historia, ya fuera por los cinco concilios ecuménicos que en ella se celebraron, como por los saqueos de Alarico y Genserico en el siglo V, los añadidos románicos, las vidrieras góticas, los frescos de Giotto, así como las reconstrucciones barrocas de Sixto V, que conllevaron la demolición de gran parte de su estructura original y posteriores añadidos.

Cuando el papa Gregorio XI decide volver a Roma desde Aviñón, la Basílica de San Juan de Letrán se encontraba en pésimas condiciones, con lo que fue necesario trasladarse a la Colina Vaticana, donde se pretendía establecer una sede temporal hasta la renovación de Letrán. Sin embargo, las condiciones políticas del momento hicieron que los papas quisieran fortalecer su posición como sucesores del apóstol San Pedro, lo que les hizo permanecer en las cercanías de su antiguo enterramiento.

En el siglo XVI, el saqueo de Roma obligó al Papa Pablo III a demoler el patriarcado y el baptisterio de la Basílica. Pío IV reconstruyó el techo destruido, y Sixto V construyó el Palacio Apostólico Lateranense (sede del Vicariato de Roma). La fachada actual de la Basílica, no fue finalizada hasta el siglo XVIII, cumpliéndose las obras según los planos de Alessandro Galilei.

La Basílica de San Juan de Letrán, es aún un símbolo de Roma y de la sede pontifical. Por sus paredes corren más de mil quinientos años de historia de la cristiandad, reflejando en su edificio los cambios de la Iglesia, así como los acontecimientos más importantes del pontificado.

San Agustín recomienda: "Cuando recordemos la Consagración de un templo, pensemos en aquello que dijo San Pablo: ‘Cada uno de nosotros somos un templo del Espíritu Santo’. Ojalá conservemos nuestra alma bella y limpia, como le agrada a Dios que sean sus templos santos. Así vivirá contento el Espíritu Santo en nuestra alma".

-FRASE DEL DÍA-



 

"NOVIEMBRE, MES DE LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO"



 

Oremos

¡Oh Dios! Nuestro Creador y Redentor, con tu poder Cristo conquistó la muerte y volvió a Ti glorioso. Que todos tus hijos que nos han precedido en la fe (especialmente N…) Participen de su victoria y disfruten para siempre de la visión de tu gloria donde Cristo vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.

María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor. Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.