jueves, 14 de septiembre de 2023

SETIEMBRE, MES DE LA BIBLIA - "La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús"



     “A través de la oración, la Palabra de Dios viene a vivir en nosotros y nosotros vivimos en ella. La Palabra inspira buenos propósitos y sostiene la acción; nos da fuerza y serenidad, y también cuando nos pone en crisis nos da paz, en los días “torcidos” y confusos, asegura al corazón un núcleo de confianza y de amor que lo protege de los ataques del maligno. Así la Palabra de Dios se hace carne en aquellos que la acogen en la oración”. Con estas palabras el Papa Francisco dedicó la catequesis de este miércoles con el tema la Oración con las Sagradas Escrituras.

    El Pontífice recordó que las palabras de la Sagrada Escritura no fueron escritas para quedar aprisionadas en el papel, sino para ser acogidas y germinar en nuestros corazones:

    “Del corazón abierto a Dios, de nuestra oración, depende la posibilidad de que un texto bíblico se convierta para nosotros en Palabra viva de Dios. Y la Palabra de Dios, impregnada del Espíritu Santo, cuando se acoge con el corazón abierto, no deja las cosas como estaban antes. Inspira las buenas intenciones y apoya la acción, dándonos fuerza y serenidad; e, incluso cuando nos pone en crisis, nos da paz”

Papa Francisco
Catequesis miércoles 27 enero 2021

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



EVANGELIO - 15 de Septiembre - San Juan 19,25-27


    Carta a los Hebreos 5,7-9.

    Hermanos: Cristo dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión.
    Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer.
    De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.


Salmo 31(30),2-3a.3bc-4.5-6.15-16.20.

Yo me refugio en ti, Señor,
¡que nunca me vea defraudado!
Líbrame, por tu justicia;
inclina tu oído hacia mí
y ven pronto a socorrerme.

Sé para mí una roca protectora,
porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guíame y condúceme.
Sácame de la red que me han tendido,

porque tú eres mi refugio.
Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
Pero yo confío en ti, Señor,

y te digo: «Tú eres mi Dios,
mi destino está en tus manos.»
Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.
¡Qué grande es tu bondad, Señor!

Tú la reservas para tus fieles;
y la brindas a los que se refugian en ti,
en la presencia de todos.


    Evangelio según San Juan 19,25-27.

    Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
    Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo".
    Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 15 de Septiembre - “Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre…”

 

    San Amadeo de Lausanne (1108-1159) monje cisterciense, obispoHomilía mariana V (SC 72, Huit homélies mariales, Cerf, 1960)


“Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre…” 

    Hay dos especies de martirio: uno manifiesto, otro secreto; uno visible, otro escondido; uno en la carne, otro en el corazón. (…) El martirio del corazón sobrepasa el tormento de la carne.

    La gloriosa Virgen ha triunfado en este género de sufrimiento. Es gloriosa porque, permaneciendo próxima a la cruz adorable de la pasión del Señor, ella bebió al cáliz de la pasión y, empapada por el torrente del dolor, pudo endurar una pena sin igual. Corrió en el seguimiento de Jesús, no sólo en la suavidad de su perfume, sino también en la abundancia de sus dolores. No sólo en la alegría de la consolación, sino también en el desborde del sufrimiento. Madre, ella veía a su Hijo, verdadero Salomón, portando la diadema con la que había sido coronada. Y coronada con una corona de aflicción, fue en su seguimiento.

    Estaba junto a la cruz contemplando (…) la tierna cabeza de su Hijo, ungida con un aceite de preferencia al de sus compañeros, golpeado con una caña y coronado de espinas. Veía al más hermoso de los hijos de hombres, que no tenía ya ni brillo ni belleza. Veía despreciado y puesto en el último lugar al que es exaltado más alto que todos los pueblos. Veía al Santo de santos crucificado con los impíos. Veía bajarse los ojos de este hombre sublime e inclinarse hacia la espalda la cabeza del que sostiene al universo. Veía marchitarse la serenísima faz de Dios y desaparecer la belleza de su rostro.

SANTORAL - NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

15 de Septiembre


   Memoria de Nuestra Señora de los Dolores, que de pie junto a la cruz de Jesús, su Hijo, estuvo íntima y fielmente asociada a su pasión salvadora. Fue la nueva Eva, que por su admirable obediencia contribuyó a la vida, al contrario de lo que hizo la primera mujer, que por su desobediencia trajo la muerte.

    La devoción a Nuestra señora de los dolores viene desde muy antiguo. Ya en el siglo VIII los escritores eclesiásticos hablaban de la “Compasión de la Virgen” en referencia a la participación de la Madre de Dios en los dolores del Crucificado.

    Pronto empezaron a surgir las devociones a los 7 dolores de María y se compusieron himnos con los que los fieles manifestaban su solidaridad con la Virgen dolorosa.

    La fiesta empezó a celebrarse en occidente durante la Edad Media y por ese entonces se hablaba de la “Transfixión de María”, de la “Recomendación de María en el Calvario”, y se conmemoraba en el tiempo de Pascua.

    En el siglo XII los religiosos servitas celebraban la memoria de María bajo la Cruz con oficio y Misa especial. Más adelante, por el siglo XVII se celebraba el domingo tercero de septiembre.

    El viernes anterior al Domingo de Ramos también se hacía una conmemoración a la Virgen Dolorosa, festividad conocida popularmente como “Viernes de los Dolores”.

    Benedicto XIII extendió universalmente la celebración del “Viernes de Dolores” en 1472 y en 1814 el Papa Pío VII fijó la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores para el 15 de septiembre, un día después a la Exaltación de la Santa cruz.

Los siete Dolores de la Virgen María

Primer Dolor:
La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús

Segundo Dolor:
La huida a Egipto con Jesús y José

Tercer Dolor:
La pérdida de Jesús

Cuarto Dolor:
El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario

Quinto Dolor:
La crucifixión y la agonía de Jesús

Sexto Dolor:
La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto

Séptimo Dolor
:
El entierro de Jesús y la soledad de María

Oremos

    Oh Virgen, la más dolorosa del mundo después de tu Hijo, a cuyos dolores estuviste perpetuamente asociada: te ruego que me alcances fortaleza para sufrir por mis pecados, como tú sufriste por los nuestros, a fin de que, crucificando mis pasiones y concupiscencias en la cruz de Cristo, llevando la cruz de mi deber por el camino de mi vida, caminando en pos de mi Señor y perseverando constantemente a tu lado, oh Madre mía, al pie de la cruz de tu Hijo, viva siempre y muera contigo, redimido y santificado por la sangre preciosísima de nuestro Redentor. Amén

-FRASE DEL DÍA-