sábado, 3 de junio de 2023

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD



    La Trinidad es el término empleado para significar la doctrina central de la religión Cristiana: la verdad que en la unidad del Altísimo, hay Tres Personas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, estas Tres Personas siendo verdaderamente distintas una de la otra. De este modo, en palabras del Credo Atanasio: "El Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, y, sin embargo, no hay tres Dioses sino uno solo". En esta Trinidad de Personas, el Hijo proviene del Padre por una generación eterna, y el Espíritu Santo procede por una procesión eterna del Padre y el Hijo. Sin embargo y a pesar de esta diferencia, en cuanto al orígen, las Personas son co-eternas y co-iguales: todos semejantes no creados y omnipotentes. Esto, enseña la Iglesia, es la revelación en relación a la naturaleza de Dios, donde Jesucristo, el Hijo de Dios, vino al mundo a entregarla al mundo: y la cual, la Iglesia, propone al hombre como el fundamento de todo su sistema dogmático. En las Escrituras, aún no hay ningún término por el cual las Tres Personas Divinas sean denotadas juntas. La palabras trias ( de la cual su traducción latina es trinitas) fué primeramente encontrada en Teófilo de Antioquía cerca del año 180 D.C. El habla de "la Trinidad de Dios (el Padre), su Palabra y su Sabiduría ("Ad. Autol.", II, 15). El término, desde era usado antes de su tiempo. Más tarde, aparece en su forma Latina de trinitas en Tertuliano ("De pud". C. Xxi). En el siglo siguiente, la palabra tiene uso general. Se encuentra en muchos pasajes de Orígenes ("In Ps. Xvii", 15). El primer credo en el cual aparece es aquel del pupilo de Orígenes, Gregorio Thaumaturgus. En su Ekthesis tes pisteos compuesto entre los años 260 and 270, escribe: Por lo tanto, no hay nada creado, nada sujeto a otro en la Trinidad: tampoco hay nada que haya sido añadido como si alguna vez no hubiera existido, pero que ingresó luego: por lo tanto, el Padre nunca ha estado sin el Hijo, ni el Hijo sin el Espíritu: y esta misma Trinidad es inmutable e inalterable por siempre. (P.G.,X, 986). Es evidente que un dogma tan misterioso, presupone una revelación Divina. Cuando el hecho de la revelación, entendida en su sentido total como el discurso de Dios al hombre, ya no es admitida, el rechazo a la doctrina le sigue como consecuencia necesaria. Por esta razón, no tiene lugar en el Protestantismo Liberal de hoy. Los escritores de esta escuela sostienen que la doctrina de la Trinidad, como profesada por la Iglesia, no está contenida en el Nuevo Testamento, sino que fué formulada por primera vez en el siglo II recibiendo aprobación final en el siglo cuarto, como resultado de las controversias Arianas y Macedonias. En virtud de esta aserción es necesario considerar con algún detalle, la evidencia entregada por las Sagradas Escrituras. Recientemente, se han hecho algunos intentos por aplicar las teorías mas extremas de religiones comparativas para la doctrina de la Trinidad y responder a ella a través de una ley natural imaginaria que urge a los hombres a agrupar los objetos de su adoración en tres. Parece innecesario dar más referencia a estos extravagantes puntos de vista, los cuales pensadores serios de cada escuela rechazan como carentes de fundamento.


Oremos

    Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente. Te ofrezco el precioso Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
    Santísima Trinidad, un solo Dios, rueguen por nosotros.

MARÍA, DISCÍPULA Y MISIONERA - (DA 266 - 272)

María es la gran misionera, continuadora de la misión de su Hijo y formadora de misioneros. Son incontables las comunidades que han encontrado en ella la inspiración más cercana para aprender cómo ser discípulos y misioneros de Jesús.


     271.Ella, que “conservaba todos estos recuerdos y los meditaba en su corazón” (Lc 2, 19; cf. 2, 51), nos enseña el primado de la escucha de la Palabra en la vida del discípulo y misionero. El Magnificat está enteramente tejido por los hilos de la Sagrada Escritura, los hilos tomados de la Palabra de Dios. Así, se revela que en Ella la Palabra de Dios se encuentra de verdad en su casa, de donde sale y entra con naturalidad. Ella habla y piensa con la Palabra de Dios; la Palabra de Dios se le hace su palabra, y su palabra nace de la Palabra de Dios. Además, así se revela que sus pensamientos están en sintonía con los pensamientos de Dios, que su querer es un querer junto con Dios. Estando íntimamente penetrada por la Palabra de Dios, Ella puede llegar a ser madre de la Palabra encarnada.

    Esta familiaridad con el misterio de Jesús es facilitada por el rezo del Rosario, donde: El pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor. Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la madre del Redentor.

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 04 de Junio - San Juan 3,16-18


    Libro del Exodo 34,4b-6.8-9.

    Moisés subió a la montaña del Sinaí, como el Señor se lo había ordenado, llevando las dos tablas en sus manos.
    El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó el nombre del Señor.
    El Señor pasó delante de él y exclamó: "El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad.
    Moisés cayó de rodillas y se postró, diciendo: "Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que este es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia".


Libro de Daniel 3,52.53.54.55.56.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres.
Bendito sea tu santo y glorioso Nombre.
Alabado y exaltado eternamente.
Bendito seas en el Templo de tu santa gloria.

Aclamado y glorificado eternamente por encima de todo.
Bendito seas en el trono de tu reino.
Aclamado por encima de todo y exaltado eternamente.
Bendito seas Tú, que sondeas los abismos

y te sientas sobre los querubines.
Alabado y exaltado eternamente por encima de todo.
Bendito seas en el firmamento del cielo.
Aclamado y glorificado eternamente.


    Carta II de San Pablo a los Corintios 13,11-13.

    Hermanos: Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes.
    Salúdense mutuamente con el beso santo. Todos los hermanos les envían saludos.
    La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes.


    Evangelio según San Juan 3,16-18.

    Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
    Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
    El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 04 de Junio - ¡Gloria a ti Cristo, con el Padre y tu Espíritu divino!


        Simeón el Nuevo Teólogo (c. 949-1022) monje griego Himnos, 51 (SC 196. Hymnes III, Cerf, 2003)


¡Gloria a ti Cristo, con el Padre y tu Espíritu divino!

    Los tres son Dios, ya que la Trinidad es un solo Dios. Ella dio el ser al Universo, ella creó todo. Ella creó según la carne, en el mundo y por nuestra salvación, al Verbo Hijo del Padre, inseparable del Padre y del Espíritu.

    El Verbo se hace carne realmente por la venida del Espíritu y deviene lo que no era, un hombre semejante a mí, a excepción del pecado y la iniquidad. Dios y hombre a la vez, visible a todos los ojos, poseyendo el Espíritu divino que le está unido por naturaleza, con el que rindió vida a los muertos, abrió los ojos de los ciegos, purificó a los leprosos y expulsó demonios. Padeció la cruz y la muerte y es resucitado en el Espíritu, elevado en la gloria. Así abrió una vía nueva hacia los cielos para todos los que creen en él con gran fe.

    Derramó con profusión el Santísimo Espíritu sobre los que mostraban su fe en las obras y lo sigue derramando con sobreabundancia. Con el Espíritu deifica a los que están unidos a él y, hombres, los transforma sin cambiarlos y los hace devenir hijos de Dios, hermanos del Salvador, coherederos de Cristo y herederos de Dios. Dioses ellos mismos en compañía de Dios, en el Espíritu Santo, son prisioneros sólo de la carne ya que permanecen libres en espíritu. Se elevan con Cristo a los cielos y tienen allí los derechos de ciudad en la contemplación de los bienes que los ojos no han visto. (…)

    A Ti, oh mi Cristo, con el Padre y tu Espíritu divino, pertenecen gloria y alabanza, honor y adoración, ahora y siempre. Como Soberano, por los siglos de los siglos, como Creador del Universo, Dios y Maestro. Amén.

SANTORAL - SAN PETROCO DE GALES, ABAD

04 de Junio


    En Cornualles, san Petroco de Gales, abad. Varias iglesias de Devon y de Cornualles, en Inglaterra, llevan el nombre de san Petroc (o sus variantes), cuyo culto es muy antiguo y bien atestiguado; a pesar de que las fuentes sobre su vida son escasas, de redacción tardía, y muy legendarias.

    Posiblemente Petroc fuera un príncipe galo, hijo de un rey o de un jefe de tribu; William Worcester, cronista inglés, visitando su sepulcro en el siglo XV, habló de él como un soberano de Cumbria. Petroc se trasladó al sur de la isla britániza con algunos compañeros, y se estableció en el monasterio de Lanwethinoc, llamado así en homenaje a su fundador, Wethinoc, pero en adelante conocido como Petrocstowe -actualmente Padstow-, en cuanto se difundió el culto del santo. Otros dos lugares, Little Petheric y Trebetheric, derivan su nombre de él. La «Vita» medieval, redactada en la abadía de Saint-Méen fue seguramente copiada de una más antigua del priorato de Bodmin, y cuenta que Petroc y sus compañeros estudiaron por veinte años en Irlanda, tal como se afirma también en la vida de san Kevin.

    Terminado el período de formación, se embarcaron en el estuario del río Camel, yendo a establecerse en Lanwethinoc. Aquí Petroc condujo durante treinta años una vida muy austera, interrumpida solamente por un peregrinaje a Roma y Jerusalén. De vuelta de su larga peregrinación, se encontró con que una tormenta asolaba la región, y dijo a sus monjes que terminaría al día siguiente, pero como no fue así, pensó que había estado presuntuoso creyéndose inspirado por el Espíritu Santo, y emprendió una nueva peregrinación penitencial. Retornado finalmente a Cornualles, Petroc ocupó su tiempo en la oración y las obras de caridad. Creció así su fama de santidad, y muchas leyendas folclóricas de la región lo tuvieron como héroe.

    
    No hay fechas exactas de su vida ni obra, sino sólo que perteneció al siglo VI. Sus reliquias sufrieron algunos traslados, y según parece fueron destruidas en la reforma inglesa, pero el relicario donde se supone que se conservaban se encuentra desde 1970 en el British Museum. No hay un acta de aprobación del culto inmemorial, pero se puede considerar aprobado con su inclusión en el Martirologio Romano, con el título de santo, pero como culto local, es decir, equivalente a beato.

Oremos

    Dios nuestro, que enseñaste a San Petroco a descubrir 
 en la oración y las obras de caridad a Jesucristo, concédenos, por la intercesión de éste mártir, la gracia de alejar los errores que nos cercan y de mantenernos siempre firmes en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

-FRASE DEL DÍA-