martes, 23 de abril de 2024

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO QUINTO
COMBATE, VIGILANCIA Y DISCERNIMIENTO
El discernimiento


    175. Cuando escrutamos ante Dios los caminos de la vida, no hay espacios que queden excluidos. En todos los aspectos de la existencia podemos seguir creciendo y entregarle algo más a Dios, aun en aquellos donde experimentamos las dificultades más fuertes. Pero hace falta pedirle al Espíritu Santo que nos libere y que expulse ese miedo que nos lleva a vedarle su entrada en algunos aspectos de la propia vida. El que lo pide todo también lo da todo, y no quiere entrar en nosotros para mutilar o debilitar sino para plenificar. Esto nos hace ver que el discernimiento no es un autoanálisis ensimismado, una introspección egoísta, sino una verdadera salida de nosotros mismos hacia el misterio de Dios, que nos ayuda a vivir la misión a la cual nos ha llamado para el bien de los hermanos.


-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 24 de Abril - San Juan 12,44-50.


     Libro de los Hechos de los Apóstoles 12,24-25.13,1-5a.

    Mientras tanto, la Palabra de Dios se difundía incesantemente.
    Bernabé y Saulo, una vez cumplida su misión, volvieron de Jerusalén a Antioquía, llevando consigo a Juan, llamado Marcos.
    En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo.
    Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: "Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado".
    Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
    Saulo y Bernabé, enviados por el Espíritu Santo, fueron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre.
    Al llegar a Salamina anunciaron la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, y Juan colaboraba con ellos.


Salmo 67(66),2-3.5.6.8.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
haga brillar su rostro sobre nosotros,
para que en la tierra se reconozca su dominio,
y su victoria entre las naciones.

Que canten de alegría las naciones,
porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra.

¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
Que Dios nos bendiga,
y lo teman todos los confines de la tierra.


    Evangelio según San Juan 12,44-50.

    Jesús exclamó: "El que cree en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió. Y el que me ve, ve al que me envió.
    Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas.
    Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo.
    El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día.
    Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar; y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 24 de Abril - «El que me ve a mí, ve al que me ha enviado»


San Francisco de Sales Sermón (23-02-1614): En presencia de Dios IX, 30 y III, 74 Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado

 
«El que me ve a mí, ve al que me ha enviado» 

    Hemos de obedecer al eterno Padre siguiendo a nuestro Señor y escuchando su Palabra. Y esto es lo que no se dice, que todos, de cualquier condición que sean, deben rezar y hacer oración, pues es ahí principalmente donde el divino Maestro nos habla... Y os digo que si queréis cumplir bien con vuestro deber, tenéis que rogar a Dios; en la oración es donde aprendemos a hacer bien lo que tenemos que hacer. Pero antes, hay que preparar la oración. ¿Cómo? Poniéndoos en presencia de Dios y luego pidiéndole ayuda. Podemos ponernos en presencia de Dios de varias maneras: la primera consiste en reavivar el sentimiento de su presencia. Mejor diría, que se trata más bien de estar atento a esa presencia de Dios en todo y en todas partes.

    No vemos a Dios pero Él está presente siempre y lo sabemos por la fe; y nos comportamos a menudo como si no estuviera aquí. Pero saber que está presente y no pensar en ello es igual que si no lo supiésemos.

    La segunda manera de reavivar en nosotros el sentimiento de la presencia de Dios consiste en recordar que, si está presente allí donde estamos, lo está mucho más en nuestro corazón y nuestra alma, a la que está vivificando; es el corazón de nuestro corazón, el alma de nuestra alma.

    La tercera manera nos incita a considerar al Señor en su humanidad gloriosa, y mirar a los hombres, sobre todo a los que oran; y estar atentos a sus obras y a su comportamiento.

    Aunque nosotros no le veamos, Él nos ve; y podemos decir con la Esposa del Cantar de los Cantares: «Mi Amado está detrás de nuestros muros, atisbando por las ventanas, espiando por entre las celosías.» (Ct 2, 9).

SANTORAL - SAN FIDEL DE SIGMARINGA

24 de Abril


   Presbítero y mártir (1578-1622) El martirio es una gracia permanente en la Iglesia. La sangre cristiana corrió con abundancia a lo largo de los primeros siglos como testimonio de la nueva fe, y más tarde seria derramada, en tiempos modernos, por las Iglesias jóvenes de Extremo Oriente y del Nuevo Mundo. Pero, durante la Reforma protestante y el Anglicanismo el martirio cobró una forma nueva, la más dolorosa: en nombre de la fidelidad al Evangelio, unos cristianos llevaban al martirio a otros. Así fue como entregó Fidel su vida por la fe católica. Marcos Rey, nacido en Sigmaringen (Alemania) en 1578, hijo del burgomaestre de Sigmaringa, era un joven muy inteligente que ya cursando sus estudios de Leyes en Friburgo de Brisgovia llamaba la atención de todos por sus dotes intelectuales.

    Recibe el sacerdocio a los treinta y cinco años, el 4 de octubre de 1612. Al imponerle el nombre, el P. Guardián, como queriendo jugar con el significado del nombre, le recordó la frase del Apocalipsis: "Sé fiel - Fidel - hasta la muerte y te daré la corona de la vida". Se entregó de lleno a su formación teológica pero, sobre todo, a su formación ascética y piadosa: Pasaba horas en la oración y castigaba su cuerpo con rigurosas penitencias. Como superior sucesivamente de varios conventos, se señaló por un amor abrasador y puso sus dotes de orador al Servicio del Evangelio en numerosas misiones populares. Se le encomendaron misiones de predicación en tierras de protestantes - Suiza, Austria, sur de Alemania -, fue elegido guardián de los conventos de Feldkirch y Friburgo, tuvo rasgos de abnegado heroísmo durante una epidemia de peste, y convirtió a muchos calvinistas con una caridad que desarmaba a sus adversarios.

    El Papa Gregorio XV había fundado aquellos días - 1622 - la Sagrada Congregación de Propaganda Fide para extender el conocimiento de la doctrina de Jesús por todos los países del mundo. El domingo 24 de Abril de 1622 , los herejes Grisones mientras estaba predicando la palabra de Dios, descargaron una espada contra él, pudo ponerse de rodillas y exclamó: "Jesús, María, valedme" y expiró. Es el Protomártir de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide.

Oremos

    Señor Dios, que te has dignado conceder la palma del martirio a San Fidel de Sigmaringa cuando, abrasado en tu amor, se entregaba a la propagación de la fe, concédenos, te rogamos, que arraigados como él en el amor, lleguemos a conocer el poder de la resurrección de Jesucristo. Que vive y reina contigo. Amén.

-FRASE DEL DÍA-