jueves, 20 de junio de 2024
EVANGELIO - 21 de Junio - San Mateo 6,19-23.
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 21 de Junio - "La mirada es la lámpara del cuerpo"
"La mirada es la lámpara del cuerpo"
“¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! ¡Tus ojos son palomas!”, dice el Esposo en el Cantar de los Cantares (Ct 1,15). La alabanza a los ojos de la Esposa, es el decir que son palomas. He aquí lo que me parece que eso significa.
Cuando las pupilas son claras, las personas que las miran pueden ver su propio rostro. Los expertos en el estudio de fenómenos de la naturaleza dicen que el ojo es impresionado por las imágenes que emanan de objetos visibles y así se produce la visión. Por eso se alaba la belleza de los ojos diciendo que la imagen de la paloma aparece sobre su pupila. Porque se recibe en sí mismo la imagen de lo que uno mira. El que no mira hacia la carne ni hacia la sangre, fija su mirada en la vida espiritual y, como dice el Apóstol, vive en el Espíritu (Gal 5,25), camina según el Espíritu. Ha devenido todo espiritual, no es más síquico ni carnal.
Por eso, el alma librada de sus pasiones carnales recibe el testimonio que posee la paloma en los ojos, es decir, la marca de la vida espiritual brilla en la pupila de su alma. Ya que su alma purificada se ha vuelto capaz de recibir la imagen de la paloma, puede también contemplar la belleza del Esposo. Cuando la joven posee la paloma en sus ojos, por primera vez contempla la belleza del Esposo. “Nadie puede decir: «Jesús es el Señor», si no está impulsado por el Espíritu Santo” (1Cor 12,3).
Ella dice “¡Qué hermoso eres, Amado mío, eres realmente encantador!” (Ct 1,16). Desde que ningún otro me parece ser bello, jamás mi juicio sobre esa belleza ha cambiado, al punto de encontrar otra belleza que tú. (…) Tu belleza se extiende a la eternidad de la vida. Tú tienes como nombre: “Amor de los hombres”.
SANTORAL - SAN LUIS GONZAGA
Memoria de San Luis Gonzaga, religioso, que, nacido de nobilísima estirpe y admirable por su pureza, renunció a favor de su hermano el principado que le correspondía e ingresó en Roma en la Orden de la Compañía de Jesús. Murió, apenas adolescente, por haber asistido durante una grave epidemia a enfermos contagiosos. El Patrón de la Juventud Católica, San Luis Gonzaga, nació el 9 de marzo de 1568 cerca de Mantua, en Lombardía, hijo de los príncipes de Castiglione. Su madre lo educó cristianamente, y muy pronto dio indicios de su inclinación a la vida religiosa. Su entrega a Dios en su infancia fue completa y absoluta y ya en su adolescencia, decidió ingresar a la Compañía de Jesús, pese a la rotunda negativa de su padre, que soñaba para él una exitosa carrera militar.
Renunció a favor de su hermano al título de príncipe que le correspondía por derecho de primogenitura, e ingresó en la Compañía de Jesús, en Roma. Cuidando enfermos en los hospitales, contrajo él mismo una enfermedad que lo llevó al sepulcro el año 1591. Durante los años siguientes, el santo dio pruebas de ser un novicio modelo. Estando en Milán y por revelación divina, San Luis comprendió que no le quedaba mucho tiempo de vida. Aquel anuncio le llenó de júbilo y apartó aún más su corazón de las cosas de este mundo.
Por consideración a su precaria salud, fue trasladado de Milán a Roma para completar sus estudios teológicos, siendo los atributos de Dios los sus temas de meditación favoritos. En 1591 atacó con violencia a Roma una epidemia de fiebre; los jesuitas abrieron un hospital y el santo desplegó una actividad extraordinaria; instruía, consolaba y exhortaba a los enfermos, y trabajaba con entusiasmo y empeño en las tareas más repugnantes del hospital. San Luis falleció en la octava del corpus Christi, entre el 20 y 21 de junio de 1591, a los 23 años de edad. Fue canonizado en 1726.