jueves, 27 de julio de 2023

JULIO MES DEDICADO A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

 LETANIA A LA SANGRE DE CRISTO

El mismo Papa que mandó inscribir en el Ritual de la Iglesia esta letanía nos mandaba también añadir, antes de la reserva del Santísimo Sacramento, la alabanza: ¡Bendita sea su preciosísima Sangre! ¿Por qué?... Esa Sangre por la que fuimos salvados merece una devoción especial. Además, es un reconocimiento agradecido al amor de Jesucristo, que no ahorró ningún sufrimiento a fin de ganarse el amor de nuestros corazones.
Señor Jesucristo, que con tú Sangre limpias el pecado del mundo y nos mereces la salvación. ¡Sálvanos ahora y siempre!


 

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 28 de Julio - San Mateo 13,18-23


   Libro del Éxodo 20,1-17.

    Dios pronunció estas palabras: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar en esclavitud.
    No tendrás otros dioses delante de mí.
    No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.
    No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.
    No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.
    Acuérdate del día sábado para santificarlo.
    Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas; pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades.
    Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo.
    Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.
    No matarás.
    No cometerás adulterio.
    No robarás.
    No darás falso testimonio contra tu prójimo.
    No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca."


Salmo 19(18),8.9.10.11.

La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple.

Los preceptos del Señor son rectos,
alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros,
iluminan los ojos.

La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos.

Son más atrayentes que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo del panal.


    Evangelio según San Mateo 13,18-23.

    Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador.
    Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino.
    El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
    El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
    Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 28 de Julio - «… Da fruto y produce ciento o sesenta o treinta por uno.»


San Padre Pío de Pietrelcina Carta: Dar fruto, liberados de las preocupaciones del mundo Epistolario 3, 579; CE 54


«… Da fruto y produce ciento o sesenta o treinta por uno.» 

    Avanza con simplicidad en los caminos del Señor, y no te preocupes. Detesta tus defectos, sí, pero tranquilamente, sin agitación ni inquietud. Debemos tener paciencia para con ellos, y sacar provecho de ellos gracias a una santa humildad. Si te falta la paciencia, tus imperfecciones, en lugar de desaparecer, no harán más que crecer. Porque no hay nada que refuerce tanto nuestros defectos como la inquietud y la obsesión de liberarse de ellos.

    Cultiva tu viña de común acuerdo con Jesús. Tuya es la tarea de quitar las piedras y arrancar la cizaña. Pertenece a Jesús la tarea de sembrar, plantar, cultivar y regar. Pero incluso en tu trabajo, es también él quien obra. Porque sin Cristo, no podrías hacer nada.

SANTORAL - SAN PEDRO POVEDA

28 de Julio


    Pedro Poveda Castroverde nació en Linares (Jaén) el 3 de diciembre de 1874. Ya de niño sintió atracción por el sacerdocio. Ingresó en el seminario de Jaén y concluyó los estudios en el de Guadix, diócesis en la que recibió el presbiterado en 1897. Comenzó su ministerio en el Seminario y en la atención pastoral a los que vivían en las cuevas que rodeaban la población, creando una escuela para ellos. Nombrado canónigo de Covadonga se ocupó de la formación cristiana de los peregrinos y comenzó a escribir libros sobre educación y la relación entre la fe y la ciencia.

    A partir de 1911, con unas jóvenes colaboradoras, comenzó la fundación de Academias y Centros pedagógicos que darían inicio a la Institución Teresiana. Se trasladó a Jaén para consolidar la misma Institución que recibiría allí la aprobación diocesana y después, estando él ya en Madrid como capellán real, la aprobación pontificia. Sacerdote prudente y audaz, pacífico y abierto al diálogo, entregó su vida por causa de la fe en la madrugada del 28 de julio de 1936, identificándose: “Soy sacerdote de Cristo” ante quienes le conducirían al martirio.

    Fue beatificado por Vuestra Santidad el 10 de octubre de 1993.

Oremos

    Señor Dios nuestro, que has concedido a San Pedro Poveda, Fundador de la Institución Teresiana, la gracia de impulsar la acción evangelizadora de los cristianos, mediante la educación y la cultura, y de entregar la vida en martirio como sacerdote de Jesucristo: haz que sepamos, como él, participar fielmente en la misión de la Iglesia con el testimonio de nuestra vida cristiana y la entrega generosa al anuncio de tu Reino. Te pedimos, por su intercesión, nos concedas el favor que deseamos alcanzar. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

-FRASE DEL DÍA-