jueves, 7 de abril de 2016

LA FRASE DEL DÍA

Jueves 7 de abril









Porque esta no es una palabra vana, 

sino que es la vida de ustedes...

(Deuteronomio 32, 47)

CATEQUESIS SOBRE LOS SACRAMENTOS

CAPÍTULO PRIMERO
EL MISTERIO PASCUAL EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA





Porque esta no es una palabra vana, 
sino que es la vida de ustedes... 
(Deuteronomio 32, 47)


DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA ( CAP III )



LA PERSONA HUMANA "IMAGO DEI"







REFLEXIÓN

TIEMPO PASCUAL

JUEVES DE SEMANA II
Salterio II.
7 de abril

SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, presbítero. MEMORIA



De las Meditaciones de san Juan Bautista de la Salle, presbítero.
(Meditación 201)


EL AMOR DE DIOS DEBE APREMIARNOS

    Reflexionad lo que dice el apóstol Pablo, a saber, que Dios ha puesto en la Iglesia apóstoles, profetas y doctores, y os convenceréis de que es Dios quien os ha asignado vuestro cargo. De ello os da testimonio el mismo Apóstol, cuando dice que hay diversos ministerios y diversas operaciones, y que en cada uno de estos dones se pone de manifiesto un mismo Espíritu Santo para común utilidad, esto es, para utilidad de la Iglesia.

    Debéis estar, pues, bien seguros de que la gracia que se os ha dado, es decir, la de enseñar a los niños, anunciarles el Evangelio y formarlos cristianamente, es un gran don de Dios, ya que es él quien os ha llamado a esta santa ocupación.

    Por consiguiente, procurad que los niños confiados a vuestros cuidados vean, en toda vuestra manera de enseñar, que sois ministros de Dios, ejerciendo vuestro cargo con una caridad no fingida y con verdadera diligencia. Tanto más debéis sentiros vinculados a vuestra labor, cuanto que sois ministros no sólo de Dios, sino también de Jesucristo y de la Iglesia.

     Así lo afirma san Pablo, exhortando a que sean tenidos como ministros de Cristo todos los que anuncian el Evangelio, los que escriben aquella carta, dictada por el mismo Cristo, no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo, no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne del corazón, que son los corazones de los niños. Por esto el amor de Dios debe apremiaros, ya que Jesucristo murió por todos, a fin de que los que viven no vivan ya para sí mismos, sino para aquel que por ellos murió y resucitó. Y, así, vuestros discípulos, impresionados por vuestra diligencia y asiduidad, han de sentir realmente que es Dios quien los exhorta a través de vosotros, ya que sois embajadores de Cristo.

    Conviene, además, que manifestéis a la Iglesia el gran amor que le tenéis, y que le deis pruebas de vuestra diligencia. Vosotros, en efecto, trabajáis en unión con la Iglesia, que es el cuerpo de Jesucristo. Demostrad, pues, con vuestra actividad, que amáis a los que Dios os ha confiado, como Cristo amó a la Iglesia.

    Esforzaos porque los niños entren verdaderamente a formar parte de este templo espiritual y lleguen a hacerse dignos de presentarse un día ante el tribunal de Jesucristo, gloriosos, sin mancha ni arruga ni cosa parecida, para que se muestre en los siglos venideros la sublime riqueza de la gracia que Dios les ha dado, ayudándolos a ellos en su aprendizaje y a vosotros en vuestra labor de enseñarlos y educarlos, para que posean la herencia en el reino de Dios y de Jesucristo, nuestro Señor.







Porque esta no es una palabra vana, 
sino que es la vida de ustedes...
(Deuteronomio 32, 47)

EVANGELIO

TIEMPO PASCUAL
JUEVES DE SEMANA 
7 de abril



    

    Libro de los Hechos de los Apóstoles 5,27-33. 

    Los guardias hicieron comparecer a los Apóstoles ante el Sanedrín, y el Sumo Sacerdote les dijo:
"Nosotros les habíamos prohibido expresamente predicar en ese Nombre, y ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina. ¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!".
    Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
    El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo.
    A él, Dios lo exaltó con su poder, haciéndolo Jefe y Salvador, a fin de conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados.
    Nosotros somos testigos de estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha enviado a los que le obedecen".
    Al oír estas palabras, ellos se enfurecieron y querían matarlos.



Salmo 34(33),2.9.17-18.19-20. 

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
¡Felices los que en El se refugian!

pero el Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.

El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
El justo padece muchos males,
pero el Señor lo libra de ellos.




    Evangelio según San Juan 3,31-36. 

    El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo
da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.
    El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.
    El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida.
    El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.
    El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.





Porque esta no es una palabra vana, 
sino que es la vida de ustedes...
(Deuteronomio 32, 47)


MEDITACIÓN DEL EVANGELIO

TIEMPO PASCUAL
JUEVES DE SEMANA II
7 de abril



Afraates (¿-c. 345), monje, obispo cerca de Mossul Las Disertaciones, nº 6

“Dios le da el Espíritu sin medida”

    Si tú, a partir de un fuego primero enciendes muchos otros en muchos y diversos lugares, el primero no queda empequeñecido… Lo mismo es Dios son su Mesías; son uno a pesar de permanecer en multitud de hombres. El sol no empequeñece por el mero hecho de que su fuerza llege a toda la tierra. Y cuanto más grande es la fuerza de Dios puesto que es por su fuerza que existe el sol…

    Para Moisés representaba una carga conducir él solo el campamento de Israel. El Señor le dijo: “Derramaré de tu mismo Espíritu sobre setenta hombres de entre los ancianos de Israel” (Nm 11,17) Cuando cogió del Espíritu de Moisés y los setenta hombres quedaron llenos de él ¿acaso disminuyó el Espíritu que habitaba en Moisés? ¿Acaso percibieron que Moisés tenía menos espíritu? El bienaventurado Pablo dice también: Dios repartió el Espíritu de Cristo, el Mesías, y lo envió a los profetas (1C 12,11.28). Pero el Mesías no estuvo perjudicado en nada, porque su Padre le dio el Espíritu sin medida.

    Es en este sentido… que Cristo habita en los creyentes. No queda perjudicado en nada si es compartido con la multitud, porque es el Espíritu de Cristo que han recibido los profetas [del Nuevo Testamento], cada uno según lo que necesitaba. Y todavía hoy, es este mismo Espíritu de Cristo el que es derramado sobre toda carne a fin de que profeticen hijos e hijas, ancianos y jóvenes, siervos y siervas (Jl 3,1; Hch 2,17). El Mesías está en nosotros, y el Mesías está en el cielo a la derecha de su Padre. No ha recibido el Espíritu comedidamente, sino que su Padre lo ha amado y lo ha puesto todo en sus manos, dándole poder sobre todo su tesoro… Nuestro Señor dice también: “Todo me lo ha entregado mi Padre” (Mt 11,27)… En fin, el apóstol Pablo dice: “Todo será sometido a Cristo, salvo su Padre que todo se lo ha sometido. Al final, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo para todos” (1C 15, 27-28).



Porque esta no es una palabra vana, 
sino que es la vida de ustedes...
(Deuteronomio 32, 47)

HIMNO

TIEMPO PASCUAL
JUEVES DE SEMANA II
Salterio II. 
7 de abril

SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, presbítero. MEMORIA








Porque esta no es una palabra vana, 
sino que es la vida de ustedes...
(Deuteronomio 32, 47)


SANTORAL

TIEMPO PASCUAL
JUEVES DE SEMANA II
7 de abril

SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, presbítero. MEMORIA

Nació en Reims (Francia) el año 1651. Ordenado sacerdote, se dedicó principalmente a la educación de los niños, fundando escuelas para los pobres. Reunió en una Congregación a los compañeros que se le habían adherido, Congregación por la que tuvo que sufrir muchas tribulaciones. Murió en Roma el año 1719.



    Es el fundador de los Hermanos Cristianos y nació en Francia en 1651, en Reims y murió en Rouen, las dos ciudades que hizo famosas Santa Juana de Arco. Su vida coincide casi exactamente con los años del famoso rey Luis XIV. Para él, lo imprescindible, lo que constituía su obsesión, era obtener la salvación del alma de los educandos y hacerlos crecer en la fe. Juan Bautista había estudiado en el famoso seminario de San Suplicio en París. Fue ordenado sacerdote y queda encargado de una obra para niños pobres que el santo sacerdote había fundado y un orfelinato para niñas pobres, dirigido por unas hermanitas llamadas de El Niño Jesús. Allí en esa obra lo esperaba la Divina Providencia para encaminarlo hacia la gran obra que le tenía destinada: ser el reformador de la educación.

    La Salle le dio un viraje de 180 grados a los antiguos métodos de educación. Antes se enseñaba a cada niño por aparte. Ahora La Salle los reúne por grupos para darles clases (en la actualidad eso parece tan natural, pero en aquel tiempo era una novedad). La Salle empezó a reunir a sus profesores para instruirlos en el arte de educar y para formarlos fervorosamente en la vida religiosa. Y con los más entusiastas fundó la Comunidad de Hermanos de las Escuelas Cristianas que hoy son unos 15.000 en más de mil colegios en todo el mundo. Y siguen siendo una autoridad mundial en pedagogía, en el arte de educar a la juventud. Siendo de familia muy rica, repartió todos sus bienes entre los pobres y se dedicó a vivir como un verdadero pobre.

    Los últimos años cuando renunció a ser Superior General de su Congregación, pedía permiso al superior hasta para hacer los más pequeños gastos. Su humildad era tan grande que se creía indigno de ser el superior de la comunidad. No se cansaba de recomendar con sus palabras y sus buenos ejemplos, a sus religiosos y amigos que la preocupación número uno del educador debe ser siempre el tratar de que los educandos crezcan en el amor a Dios y en la caridad hacia el prójimo.

    Que cada maestro debe esforzarse con toda su alma por tratar de que los jovencitos conserven su inocencia si no la han perdido o que recuperen su amistad con Dios por medio de la conversión y de un inmenso horror al pecado y a todo lo que pueda hacer daño a la santidad y a todo lo que se oponga a la eterna salvación. Pasaba muchas horas en oración y les insistía a sus religiosos que lo que más éxito consigue en la labor de un educador es orar, dar buen ejemplo y tratar a todos como Cristo lo recomendó en el evangelio: "haciendo a los demás todo el bien que deseamos que los demás nos hagan a nosotros".

    San Juan Bautista de la Salle murió el 7 de abril de 1619 a los 68 años. Fue declarado santo por el Sumo Pontífice León XIII en el año 1900. El Papa Pío XII lo nombró Patrono de los Educadores del mundo entero.







Porque esta no es una palabra vana, 
sino que es la vida de ustedes...
(Deuteronomio 32, 47)