lunes, 23 de agosto de 2021

-PROPÓSITO DEL DÍA-



 

Oremos.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A Ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.

EVANGELIO DEL DÍA - 24 de Agosto - San Juan 1,45-51.



 

Apocalipsis 21,9b-14.

Luego se acercó uno de los siete Angeles que tenían las siete copas llenas de las siete últimas plagas, y me dijo: "Ven que te mostraré a la novia, a la esposa del Cordero".
Me llevó en espíritu a una montaña de enorme altura, y me mostró la Ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios.
La gloria de Dios estaba en ella y resplandecía como la más preciosa de las perlas, como una piedra de jaspe cristalino.
Estaba rodeada por una muralla de gran altura que tenía doce puertas: sobre ellas había doce ángeles y estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel.
Tres puertas miraban al este, otras tres al norte, tres al sur, y tres al oeste.
La muralla de la Ciudad se asentaba sobre doce cimientos, y cada uno de ellos tenía el nombre de uno de los doce Apóstoles del Cordero.

Palabra de Dios.


Salmo 145(144),10-11.12-13ab.17-18.

Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.

El Señor es justo en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan,
de aquellos que lo invocan de verdad;


Evangelio según San Juan 1,45-51.

Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret".
Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?". "Ven y verás", le dijo Felipe.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez".
"¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera".
Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".
Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía".
Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."

Palabra del Señor.

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 24 de Agosto - «Felipe le contestó: «Ven y verás» (Jn 1,46)



 
San Gregorio de Nisa
(Extracto) Homilía 15: PG 44, 1087-1090 -
 Sobre el Cantar de los Cantares: La Palabra ha dado testimonio de él

«Felipe le contestó: «Ven y verás» (Jn 1,46)

Así pues, Felipe —digno de tales y tan grandes conciudadanos—, después de haber sido encontrado por el Señor —como se dice en el evangelio que Jesús encontró a Felipe—, fue también seguidor del Verbo, que le dijo: Sígueme. Y una vez conducido a la luz verdadera, retuvo, cual lámpara, parte del esplendor, y envolvió en esta luz incluso a Natanael, como pasándole la antorcha del misterio de la piedad. Estas son sus propias palabras: Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas lo hemos encontrado: A Jesús, hijo de José, de Nazaret.

Natanael, por su parte, acogió ponderadamente esta alegre noticia, pues era muy versado en el misterio del Señor a través de los libros de los profetas y sabía que la primera manifestación corporal de Dios habría de tener lugar en Belén y que, más tarde, por haber vivido en Nazaret, sería llamado Nazareno. Por eso, Natanael, considerando ambos aspectos y reflexionando cómo el misterio debía actuarse, por lo que se refiere al nacimiento corporal —gruta, pañales, pesebre—, en Belén, la ciudad de David, y, por otra parte, que a Galilea debía corresponderle un día darle su propio nombre, a causa de que el Verbo se habría establecido voluntariamente en la Galilea de los gentiles, cotejando finalmente la aseveración de quien le había mostrado el esplendor de tal conocimiento, se despachó con aquellas palabras: ¿De Nazaret puede salir algo bueno?

Entonces, Felipe se le ofrece resueltamente como guía a esta gracia, diciéndole: Ven y verás. A esta invitación, Natanael, abandonando la higuera de la ley, cuya sombra le impedía recibir la luz, llegó a aquel que secó las hojas de la higuera, de la higuera estéril, de la higuera que no daba fruto. Por este motivo, la Palabra dio testimonio de él, diciendo que era un israelita de verdad, porque demostraba en sí mismo el carácter del patriarca Israel, libre de toda intención engañosa. Ahí tenéis —dijo— a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.

SANTORAL DEL DÍA - 24 DE AGOSTO - FIESTA DE SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL

 


Fiesta de san Bartolomé, apóstol, a quien generalmente se identifica con Natanael. Nacido en Caná de Galilea, fue presentado por Felipe a Cristo Jesús en las cercanías del Jordán, donde el Señor le invitó a seguirle, agregándolo a los Doce. Después de la Ascensión del Señor, es tradición que predicó el Evangelio en la India y que allí fue coronado con el martirio.

A este santo (que fue uno de los doce apóstoles de Jesús) lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien lleva un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo. Parece que Bartolomé es un sobrenombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre que era Natanael (que significa "regalo de Dios").

Muchos autores creen que el personaje que el evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael. El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera: "Jesús se encontró a Felipe y le dijo: "Sígueme". Felipe se encontró a Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas.

Es Jesús de Nazaret". Natanael le respondió: " ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le dijo: "Ven y verás". Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño" Natanael le preguntó: "¿Desde cuando me conoces?" Le respondió Jesús: "antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, yo te vi". Le respondió Natanael: "Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel". Jesús le contestó: "Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre." (Jn. 1,43 )-

Desde entonces nuestro santo fue un discípulo incondicional de este enviado de Dios, Cristo Jesús que tenía poderes y sabiduría del todo sobrenaturales. Con los otros 11 apóstoles presenció los admirables milagros de Jesús, oyó sus sublimes enseñanzas y recibió el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Para San Bartolomé, como para nosotros, la santidad no se basa en hacer milagros, ni en deslumbrar a otros con hazañas extraordinarias, sino en dedicar la vida a amar a Dios, a hacer conocer y amar mas a Jesucristo, y a propagar su santa religión, y en tener una constante caridad con los demás y tratar de hacer a todos el mayor bien posible.


Oremos

Fortalece, Señor, nuestra fe, para que nos adhiramos a Cristo, tu Hijo, con la misma sinceridad con que lo hizo el apóstol San Bartolomé, y haz que, por la intercesión de este santo, sea siempre tu Iglesia sacramento de salvación universal para todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

-FRASE DEL DÍA-



 

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



 Vasos Sagrados Custodia

    La custodia (ostensorio) es una urna enmarcada en vidrio en la que se expone públicamente el Santísimo Sacramento. Puede ser de oro, plata, latón o cobre dorado. La forma más adecuada es la del sol que emite sus rayos a todas partes. La base debe ser amplia, y a una corta distancia por encima de ella debe haber una perilla para una mayor facilidad en el manejo. La custodia debe estar coronada por una cruz. No debe ser adornada con estatuas de santos, ya que se prohíbe que éstas y las reliquias de los santos se coloquen sobre el altar durante la bendición solemne. A los lados del recipiente donde se coloca la luneta es conveniente tener dos estatuas que representen a ángeles en adoración.

    La luneta (o lúnula) es el recipiente que está en medio de la custodia, de un tamaño tal que se pueda poner la hostia fácilmente en ella; se debe tener cuidado que la hostia no toque los lados del recipiente. En la parte frontal y posterior de este receptáculo debe haber un cristal, y el de atrás debe abrir como una puerta; cuando está cerrado, la puerta debe encajar herméticamente. La circunferencia de este receptáculo puede ser de oro o si es de otro material, debería ser dorado, y tan suave y pulido que cualquier partícula que pueda caer desde la hostia sea fácilmente detectada y removida. La luneta debe ser insertada y retirada sin dificultad, de ahí que el dispositivo para mantenerla en posición vertical debe estar construido con este fin. La custodia no tiene necesariamente que ser bendecida, pero es mejor que lo sea. Cuando se lleva hacia y desde el altar debe estar cubierta con un velo blanco.