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lunes, 30 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA

 


Blanco del Altar - Lavabo

    Como a veces se presenta el Lavabo de las manos del sacerdote en la Misa como consecuencia de recibir él personalmente las ofrendas al pie del altar, veamos primero el rito de las ofrendas, la ubicación del lavabo y el modo de realizarlo hoy según el Misal romano.

    La oblación de los fieles está documentada entre otros por san Cipriano, san Ambrosio, san Jerónimo, san Agustín, san Cesáreo de Arlés, san Gregorio Magno y el Ordo Romanus (OR) I. El lavabo en la Misa, después de preparar los dones eucarísticos sobre el altar, no es por un valor higiénico, ya que es innecesario, sino espiritual, simbólico, ayudando tanto al sacerdote como a los fieles a disponerse interiormente, con corazón puro, al Sacrificio eucarístico. Es la explicación que ofrece san Cirilo de Jerusalén en su Catequesis: “Habéis visto cómo el diácono alcanzaba el agua, para lavarse las manos, al sacerdote y a los presbíteros que estaban alrededor del altar. Pero en modo alguno lo hacía para limpiar la suciedad corporal. Digo que no era ése el motivo, pues al comienzo tampoco vinimos a la Iglesia porque llevásemos manchas en el cuerpo. Sin embargo, esta ablución de las manos es símbolo de que debéis estar limpios de todos los pecados y prevaricaciones. Y al ser las manos símbolo de la acción, al lavarlas, significamos la pureza de las obras y el hecho de que estén libres de toda reprensión. ¿No has oído al bienaventurado David aclarándonos este misterio y diciendo: «Mis manos lavo en la inocencia y ando en torno a tu altar, Señor» (Sal 26,6)? Por consiguiente, lavarse las manos es un signo de la inmunidad del pecado” (Catequesis Mistagógica V, 2).

    Se suele afirmar en ocasiones que el lavabo de las manos del sacerdote corresponde a que se manchaba después de recibir las ofrendas de los fieles. Sin embargo, las ofrendas no eran tocadas por el sacerdote, sino, en todo caso, por los diáconos al pie del altar. Además, no en todos los ritos y familias litúrgicas existía tal procesión de ofrendas de todo tipo, sino que en algunos ritos sólo los diáconos llevaban en procesión al altar el pan y el vino necesarios.

    Ayudado por diáconos o acólitos, el sacerdote se lavaba las manos y luego se las secaba, normalmente en el área del altar. La esterilización del gesto y el alegorismo llevó a que sólo se lavase las puntas de los dedos índice y pulgar para tocar la Hostia, perdiendo visibilidad el gesto y el sentido de purificación interior de toda la persona antes de ofrecer la Oblación, centrándolo sólo en el respeto a la Hostia.

    Vayamos a la actual normativa del Misal. Lo primero que tal vez pueda sorprendernos es que el lavabo de las manos del sacerdote ni se ha suprimido ni se presenta como optativo, a gusto de quien preside. Es obligatorio, si bien se constata cómo en tantos y tantos lugares se omite el rito a voluntad: “En seguida, el sacerdote se lava las manos a un lado del altar, rito con el cual se expresa el deseo de purificación interior” (IGMR 76). “Después de la oración Acepta, Señor, nuestro espíritu humilde, o después de la incensación, el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto: Lava del todo mi delito, Señor, mientras el ministro vierte el agua” (IGRM 145). En la esquina del altar (nunca en el centro), los acólitos lavan las manos del sacerdote (no solamente las yemas de los dedos); y si no hubiere ministro, un recipiente en la credencia (la mesa auxiliar) permitirá al sacerdote lavarse las manos con humildad.

    Lavarse las manos por parte del sacerdote es algo expresivo, significativo, que pide la purificación y pureza interior para ofrecer el Sacrificio de la Eucaristía. Esas manos, ungidas el día de la ordenación, se lavan para que sean transparentes y diáfanas y puedan comunicar el Espíritu Santo. Hace consciente de la gran pureza interior para ofrecer el Sacrificio; hace consciente de la pequeñez del sacerdote y la necesidad de ser sostenido por la Gracia. Pide en silencio mientras se lava: “Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado”.

domingo, 29 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA


Blanco del Altar - Purificador

    Es una pieza de tela, que se coloca sobre el cáliz, y que sirve para enjugar el cáliz mismo, los dedos y boca del sacerdote. En general tiene una crucecita en el centro (así se lo distingue del manutergio, que la tiene en un extremo).El nombre aparece por primera vez en un inventario romano del 1295.

    El purificador no se bendice (D.2572) Su uso es poco conocido en la Edad Media; es recién en el s.XVI que se impone su uso. Se comienza a hablar en el s.XIV del "pannus tersorius" (OR14). Antes se purificaba el cáliz en una pequeña pila que se hallaba junto al altar o en la sacristía y luego se lo secaba con un paño.

sábado, 28 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



 Blanco del Altar - Manutergio

    La Instrucción General del Misal Romano dice: “El sacerdote se lava las manos, expresando por este rito su deseo de purificación interior”. Son las manos que dentro de poco se elevarán sosteniendo la oración de la Iglesia, y consagrarán el Cuerpo y la Sangre del Señor. Consciente de su debilidad, el sacerdote hace un gesto penitencial delante de los hermanos porque no se siente digno, ni ante Dios ni ante la comunidad, de elevar esas manos en nombre de todos ante Dios. Cuando se inclina el sacerdote repite en voz baja unas palabras del libro de Daniel (“Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio, y que sea agradable a ti, Señor, Dios nuestro”: Daniel 3,39-40), y mientras se lava, repite las palabras del Salmo 51 (“Lava del todo mi delito, Señor, y limpia mi pecado”).

viernes, 27 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



 Blanco del Altar - Palia

    La Palia nos trae a la memoria el Sudario que envolvió la cabeza de Jesús en el sepulcro. Su uso es opcional, tiene un sentido puramente utilitario e higiénico. La palia o hijuela parece datar de finales del siglo XVI pues antes de dicha fecha ejercía dicha función un extremo de los corporales que se doblaba sobre el cáliz o bien otros corporales plegados, según diferentes costumbres regionales.

    Es una pieza de tela cuadrada, de unos 12 cm por lado, y reforzada generalmente con cartón en el interior. La Palia es usada para cubrir el cáliz durante la Misa y proteger su contenido del polvo, insectos, etc. (Si tiene forma redonda se la llama hijuela). La Palia puede llevar ornamentación solamente en la parte de arriba, esta se puede adornar ricamente. La tela y el color normalmente hacen juego con los ornamentos, aunque puede ser siempre blanco.

    Aunque no esté propiamente mandado, la misma reverencia debida a las cosas sagradas ha establecido en la práctica que, al preparar el cáliz para la Santa Misa y poner la patena sobre el purificador con la Hostia, encima de ella, como para resguardarla especialmente, se coloca la palia, que es una especie de tapa. Por la parte que toca con ella ha de ser lisa. Es curioso ver como esta pieza casi ya no se utiliza y que el nombre de la palia se da ahora más bien a la hijuela. La palia según su origen no es otra cosa que el corporal doblado en nueve partes.

jueves, 26 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA

 


Blanco del Altar - Corporal

    El corporal, que debe emplearse siempre en la celebración de la Misa. Es un paño de forma cuadrada y para guardarlo se pliega habitualmente en nueve secciones. Se despliega al comienzo de la liturgia eucarística (preparación de los dones), para colocar sobre él el cáliz y la patena con la Hostia que será consagrada. En las con celebraciones se puede utilizar un corporal mayor. Es preferible que no lleve adornos, para significar mejor la asociación que tradicionalmente se ha hecho con el santo sudario.

    No obstante, se suele poner una cruz en el centro del lado más próximo al celebrante, que también le sirve de referencia. También se debe usar, además de en la Misa, en la Exposición del Santísimo, para colocar encima la custodia o copón y sobre una mesita cuando se lleva la comunión a los enfermos. Su nombre le viene del Cuerpo del Señor, que va a reposar sobre ese lienzo.

miércoles, 25 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



Blanco del Altar - Mantel 

    El altar debe de cubrirse con un mantel de color blanco. En algunos lugares les gusta poner el mantel del color litúrgico del día, pero eso es incorrecto. El mantel siempre debe de ser blanco (IGMR 117 y 304).

    El mantel debe de ser de la forma medida del altar, de acuerdo a la Instrucción General del Misal Romano. Hay lugares en que se ponen manteles genéricos, que le quedan grandes al altar y lo cubren por el frente, dando la apariencia de desproporción y descuido. Lo más digno es que cubra el altar por la parte superior y que cuelgue solo por los lados, o que solo algún ornato pequeño cubra la parte superior del frontal.

    La Instrucción General del Misal Romano indica que debe ser “al menos un mantel”. Eso significa que eso es lo mínimo. De acuerdo a la tradición, es conveniente poner otro mantel por debajo del exterior, que suele ser más pequeño pues solo cubre la parte superior y no pende por los lados. A este se le llama bajo mantel.

    Cuando no se celebra misa, es conveniente poner un lienzo sobre el mantel para protegerlo del polvo. Se le llama cubremantel. Es mejor colocarlo a quitar los manteles cuando no se celebra misa, porque la ausencia de mantel es un símbolo del luto del Viernes Santo.

martes, 24 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA


Vasos Sagrados Copón

    El copón, llamado también ciborio, es un vaso en forma de cáliz utilizado para guardar el Santísimo Sacramento. La palabra es de etimología bastante dudosa. Algunos la derivan de la palabra latina cibus, "comida", ya que se utiliza para contener el Pan Celestial; mientras que otros la remontan al griego kiborion, "copa", debido a la forma original de este recipiente eucarístico. En los primeros tiempos cristianos el término “ciborio” se aplicó también aldosel que coronaba el altar, pero de acuerdo con el uso litúrgico actual la palabra “ciborio” denota exclusivamente el vaso sagrado utilizado para la reserva de las especies consagradas. En la actualidad se utilizan dos vasos para reservar el Santísimo Sacramento: uno, llamada píxide, es una caja pequeña y redonda y sirve para llevar el Santísimo Sacramento a los enfermos; y el otro, generalmente llamado copón, se utiliza para distribuir la Sagrada Comunión en las iglesias y para reservar las partículas consagradas en el sagrario.

    En su forma el copón se asemeja al cáliz, pero la copa o recipiente es redonda en lugar de alargada, y tiene una cubierta cónica coronada por una cruz o algún otro dispositivo apropiado. La parte inferior de la copa debe ser un poco elevada en el centro de manera que las últimas partículas puedan ser removidas fácilmente y la purificación se lleve a cabo más convenientemente. El material debe ser oro o plata (a veces se permiten metales no preciosos), El copón no se consagra, pero es bendecido por un obispo o un sacerdote delegado por él, según la forma dada en el Ritual Romano. Mientras contiene las sagradas especies debe estar cubierto con un velo blanco pequeño de seda o con un paño dorado, y sólo puede ser manejado por los ministros sagrados; cuando está vacío y purificado puede ser tocado por todos los clérigos , y por laicos especialmente autorizados. En las Iglesias Orientales se usa comúnmente la patena para la distribución de la Comunión, y el Santísimo Sacramento se reserva en cajas de oro o de plata cubiertas de seda y suspendidas del dosel de altar, de acuerdo con la costumbre antigua.

lunes, 23 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



 Vasos Sagrados Custodia

    La custodia (ostensorio) es una urna enmarcada en vidrio en la que se expone públicamente el Santísimo Sacramento. Puede ser de oro, plata, latón o cobre dorado. La forma más adecuada es la del sol que emite sus rayos a todas partes. La base debe ser amplia, y a una corta distancia por encima de ella debe haber una perilla para una mayor facilidad en el manejo. La custodia debe estar coronada por una cruz. No debe ser adornada con estatuas de santos, ya que se prohíbe que éstas y las reliquias de los santos se coloquen sobre el altar durante la bendición solemne. A los lados del recipiente donde se coloca la luneta es conveniente tener dos estatuas que representen a ángeles en adoración.

    La luneta (o lúnula) es el recipiente que está en medio de la custodia, de un tamaño tal que se pueda poner la hostia fácilmente en ella; se debe tener cuidado que la hostia no toque los lados del recipiente. En la parte frontal y posterior de este receptáculo debe haber un cristal, y el de atrás debe abrir como una puerta; cuando está cerrado, la puerta debe encajar herméticamente. La circunferencia de este receptáculo puede ser de oro o si es de otro material, debería ser dorado, y tan suave y pulido que cualquier partícula que pueda caer desde la hostia sea fácilmente detectada y removida. La luneta debe ser insertada y retirada sin dificultad, de ahí que el dispositivo para mantenerla en posición vertical debe estar construido con este fin. La custodia no tiene necesariamente que ser bendecida, pero es mejor que lo sea. Cuando se lleva hacia y desde el altar debe estar cubierta con un velo blanco.

domingo, 22 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



 Vasos Sagrados Patena

    La patena. Es un complemento del Cáliz. Sobre ella dice el actual Misal: “Para consagrar las hostias puede conveniente­mente usarse una patena más grande, en la cual se deposite el pan tanto del celebrante como de los ministros y de los fieles” (n. 293). Por lo tanto, su tamaño dependerá de la afluencia de comulgantes; y también el número, si la comunión ha de ser administrada por varios sacerdotes o diáconos. No obstante, ad­viértase que siempre el copón queda como vaso sagrado, también para la comunión. Antiguamente las patenas eran de cuatro clases, lo mismo que los cálices: sacrificiales, ministeriales, ofren­darías y crismales, y servían para idénticos ministerios. Las actuales van tomando formas diversas.


sábado, 21 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA


Vasos Sagrados Cáliz

    Los vasos sagrados. El templo es como el palacio de Dios, el Sagrario su recámara y como su sala de recepción; el cáliz, la patena, el copón, y la custodia son a modo de vajilla de Su mesa eucarística. El templo todo, y el altar y el Sagrario en especial, son santos; pero santos y dignos de todo respeto son asimismo los Vasos sagrados.

    Los Vasos sagrados propiamente dichos son cuatro. Dos de ellos: el cáliz y la patena se usan para la celebración del Santo Sacrificio de la Misa; los otros dos: el copón y la custodia con su viril, sirven para conservar, trasladar o exponer el Santísimo Sacramento. Vaso subsidiario es la cajita usada para llevar la comunión a los enfermos.

    A otro nivel, son también vasos del culto: las crismeras, las vinajeras y el vasito de las abluciones. A ellos podemos agregar algunos otros utensilios: acetre, incensario con la naveta, portapaz, campanas y campanillas, y las diferentes clases de bandejas. Los Vasos sagrados han de ser bendecidos o consagrados, según los ritos prescritos en los libros litúrgicos.

    El Cáliz. El primer Cáliz fue el que usó Nuestro Señor en la última Cena, al instituir la Eucaristía. Actualmente, los vasos sagrados deben ser de materiales sólidos y que se consideren nobles, según la estima común de cada región, y con preferencias irrompibles e incorruptibles. Los cálices y demás vasos destinados a recibir la Sangre del Señor deben tener la copa de metal de suerte que no absorba los líquidos, aunque el pie puede ser de materiales sólidos y dignos
(Mi­sal, n. 290-91)

    Los vasos sagrados metálicos llevan, por lo general, dorada la parte interior, en el caso en que los materiales puedan oxidarse; Pero si el material es inoxidable, o de oro noble, no hace falta el baño de oro
(ib. n. 294)

    En cuanto a la forma, con tal que sean adecuados para su uso litúrgico correspondiente, puede el artista crearlos como mejor responda a las costumbres de cada región, siempre dentro de lo admitido por el episcopado. Si es verdad que hay cálices modernos preciosos, también abundan demasiado los raros y de dudosa belleza y seguridad funcional.

viernes, 20 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



El Templo y sus Partes

    “La renovación de la vida bautismal exige la penitencia. Por tanto el templo debe estar preparado para que se pueda expresar el arrepentimiento y la recepción del perdón, lo cual exige asimismo un lugar apropiado.” (Catec. I.C., 1185). “El lugar propio para oír confesiones es una iglesia u oratorio. Por lo que se refiere a la sede para oír confesiones, la Conferencia Episcopal da normas, asegurando en todo caso que existan siempre en lugar patente confesionarios provistos de rejillas entre el penitente y el confesor que puedan utilizar libremente los fieles que así lo deseen. No se deben oír confesiones fuera del confesionario, si no es por justa causa.” (CIC, 964)

    La penitenciaría o confesionario deberá diseñarse de modo que el fiel pueda optar por 1° una confesión que resguarde el anonimato, o bien 2° en contacto visual con el confesor. En todos los casos, el penitente debe poder realizar su confesión de rodillas y el diseño deberá contribuir a la discreción auditiva respecto de las otras personas que se encuentren en el templo. En esto último juega un papel importante el lugar destinado para el confesionario. Según el tamaño del templo, deberá preverse uno o más confesionarios. Además, se considerará la posibilidad que cada uno pueda ser identificado con el nombre del confesor habitual. “En el diseño de estos deberá brindarse una buena iluminación y ventilación al recinto del confesor; atendiendo también a la posición relativa del asiento con respecto a las rejas de escuchar, de manera que pueda permanecer en una postura natural, debida cuenta de las muchas horas que en él pasa en no pocas oportunidades. Es práctico tener algún lugar para colocar libros o publicaciones.” (CEA). También debe preverse la instalación de locales pequeños y cerrados que permitan conversaciones privadas entre el sacerdote y el fiel, con visión directa del interior de la iglesia, destinados al trabajo de dirección espiritual (cfr. CEA).

    Junto al sagrario luce constantemente una lámpara, con la que se indica y honra la presencia de Cristo. La presencia del Señor en el sagrario.

jueves, 19 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA

 


El Templo y sus Partes 

    La sacristía estará ubicada en un lugar interior de la iglesia aunque distinto de la nave y del presbiterio, se guarda el ajuar sagrado. En ella el celebrante y los ministros se preparan para la celebración en los días feriales, y también en los días festivos o solemnidades .

La Sacristía tiene las siguientes funciones (cfr. CEA)

1- Lugar de guarda y custodia de vestimentas, ornamentos y objetos sagrados.

2- Depósito ordenado de los elementos más variados que hacen a las distintas celebraciones.

3- Cuarto donde los celebrantes se revisten y se recogen antes de salir al presbiterio.

4-
En él se realizan las abluciones y purificaciones que corresponde a la liturgia. La sacristía debe tener un ambiente decoroso, decorado adecuadamente para acoger a celebrantes y ministros, suficientemente amplio para contener los siguientes roperos, armarios, anaqueles y cajones, debidamente etiquetados.
  • a) Roperos: para el resguardo de los ornamentos y vestiduras sagradas (cfr. IGMR 337 - 341) del sacerdote, del diácono y de los otros ministros. Estos armarios deberán disponer de percheros especiales para la colocación de las casullas, de forma tal que no se arruguen o se dañen mientras están colgadas.

  • b) Armarios para guardar: objetos sagrados para la celebración: cálices, patenas, copones, cruz procesional, báculo, cirial, custodia, hisopos para aspersión (aspersorios), fuentes para abluciones, turíbulos, naveta, manteles, purificadores, manutergios, etc. insumos litúrgicos: hostias grandes y pequeñas, vino, velas, incienso, óleos, floreros, etc. mobiliario litúrgico: candelabros, floreros, estandartes, etc.

  • c) Bibliotecas con los libros sagrados: Misales, Leccionarios, Evangeliarios, Rituales, etc. El registro parroquial se conserva a menudo en la sacristía, por lo que deberá disponerse de un lugar apropiado y seguro para tal fin.

  • d) Una mesada amplia para ayudar a revestir a los ministros.

  • e) Un sagrario móvil para la reserva Eucarística temporal (conciertos en el templo, Triduo Sacro, etc.).

  • f) Un lavabo (sacrarium) cuyo desagüe no debe estar conectado al sistema cloacal, sino directamente a la tierra natural, donde el ministro celebrante se pueda lavar las manos, y para la purificación de objetos sagrados y otros usos litúrgicos.

  • g) Un reclinatorio y un espejo de cuerpo entero.

  • h) Un crucifijo o alguna imagen conveniente ante la que el ministro celebrante hace una reverencia antes de entrar al santuario o al regresar de él.

  • i) Es conveniente que esté dotada de servicios higiénicos.

  • j) Se acostumbra también tener en la puerta que lleva al santuario una fuente de agua bendita, y una campanilla para avisarle a la congregación de la llegada del celebrante. La puerta de entrada, a ser posible, ha de ser doble: una directamente hacia la zona del presbiterio y la otra hacia la nave, para facilitar el desarrollo de las procesiones de entrada y salida de la celebración. Por la importancia de los objetos, vestiduras e insumos que se resguardan en la sacristía, la misma deberá tener la conveniente seguridad contra eventuales intentos de robo y/o profanación. También su disposición deberá ser tal que impida el ingreso de personas no autorizadas, especialmente en los momentos previos al inicio de la celebración litúrgica. La sacristía no puede ser "lugar de paso". Junto a la sacristía –o en su misma entrada– se podría prever un lugar para el "coloquio" entre sacerdotes y fieles, a fin de favorecer la debida reserva. La sacristía también puede encontrarse en un anexo o en un edificio separado del templo (como en algunos monasterios), aunque por su función y para resguardar la seguridad de los objetos que contiene, se deberá evaluar con cautela este tipo de disposición espacial. El depósito para almacenamiento de otros objetos e instrumentos varios, que además puede servir para la preparación de los adornos florales, podrá ser diferente y separado de la sacristía.

miércoles, 18 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



 El Templo y sus Partes

    Es un asiento situado detrás o cerca del altar, en un lugar y altura idónea, para que el celebrante pueda ser visto como presidente de la Asamblea. Debe ser adecuada al estilo y tamaño de la iglesia, sin dar sensación de trono, porque la cátedra o sede de una catedral, sí que es un trono reservado a los obispos. Junto a la sede hay asientos para los diáconos. La sede puede ser de piedra o de madera, y debe tener dignidad. ¿Qué simboliza la cátedra o sede en la catedral?

    La cátedra o sede del obispo en la catedral es la silla eminente, el trono reservado al obispo cuando preside la comunidad cristiana, especialmente cuando celebra la Eucaristía. Es un trono y se sitúa sobre unos escalones. Simboliza la autoridad magisterial que posee el obispo en su iglesia particular.

¿La catedral donde está la cátedra del obispo es la más importante de todas las iglesias?

    Sí. "La catedral es la iglesia donde el obispo tiene su cátedra, símbolo de Magisterio y de la potestad del Pastor de la iglesia particular y signo de la unidad de la fe de los creyentes, que anuncia el obispo como Pastor de la grey".

martes, 17 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA


El Templo y sus Partes

    Es un pequeño cofre o arca inamovible en el que se guardan las Sagradas Especies para que los fieles puedan adorar al Señor, y para que pueda llevarse la comunión a los ancianos o enfermos que no pueden participar de la Misa. “Es muy de recomendar que el lugar destinado para la reserva de la Santísima Eucaristía sea una capilla adecuada para la adoración y la oración privada de los fieles.

    Si esto no puede hacerse, el Santísimo Sacramento se pondrá, según la estructura de cada iglesia y las legítimas costumbres de cada lugar, o en algún altar, o fuera del altar, en una parte más noble de la iglesia, bien ornamentada” (OGMR, 276).

    Es costumbre poner un pequeño corporal dentro y debe cubrirse con un conopeo, un velo. Este velo es señal principal de la presencia real de Cristo. Puede ser blanco o del color del día, pero nunca negro.

     Representa la tienda santa del Señor; y se manifiesta la paradoja del misterio: la revelación, por velación de la presencia del Emmanuel que acampa entre nosotros.

¿Desde cuándo se guardan las Especies Eucarísticas en las iglesias?

    Es una costumbre muy antigua, que se remonta, al menos, a la época en que terminaron las persecuciones.

¿Dónde ha de estar situado el Sagrario?

    En una parte de la iglesia u oratorio verdaderamente noble, destacada, convenientemente adornada y apropiada para la oración.
    Este lugar debe ser muy destacado, verdaderamente noble y debidamente decorado. Debe ser inamovible, hecho de materia sólida no transparente, de manera que se evite al máximo el peligro de profanación.
    El espacio que rodea al Sagrario debe conducir a la adoración y la oración personal. Por eso el Pueblo cuele contar con asientos, reclinatorios y libros de espiritualidad o la Sagrada Escritura.
    El Sagrario es, en palabras de Pablo VI "el corazón vivo de cada una de nuestras iglesias" (Credo del Pueblo de Dios)

lunes, 16 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA

 


El Templo y sus Partes

    “Toda iglesia parroquial ha de tener pila bautismal.” (CIC, 858). “La reunión del pueblo de Dios comienza por el Bautismo; por tanto, el templo debe tener lugar apropiado para la celebración del Bautismo y favorecer el recuerdo de las promesas del bautismo (agua bendita).” (Catec. I.C., 1185). De acuerdo con lo que se estipula en el ritual del Bautismo, la pila bautismal debiera estar cerca o adyacente al presbiterio, ya que todo el ritual guarda relación estrecha con los actos cuyas sedes naturales se encuentran en éste (la proclamación de la palabra, exhortaciones y homilías, bendición, etc.) Además, tal como se entiende y realiza hoy, en que la ceremonia incluye a numerosos miembros de la comunidad presentando a sus hijos en conjunto, el espacio debe ser lo suficientemente amplio para asegurar la debida participación (cfr. CEA). En lo posible, la pila será suficientemente sólida y estable, procurando que sea fija, y debe contar con desagües o pozo independiente en tierra (distinto del desagüe cloacal), como debe ser tratada toda el agua bendita después de usada (cfr. CEA). Las pilas bautismales son normalmente redondas u octogonales. La razón de utilizar el octógono como forma geométrica se basa en su significado simbólico: El Domingo es el "octavo día", y se refiere a la regeneración de la creación realizada por la Resurrección de Cristo (cfr. Catec. I.C. 2174). La Iglesia ha visto en el Arca de Noé una prefiguración de la salvación por el Bautismo. En efecto, por medio de ella "unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvados a través del agua" (cfr. Catec. I.C. 1219). Este simbolismo se enlaza con la tradición judaica de circuncidar al niño a los ocho días de nacido (cfr. Génesis 17,12; Lucas 2,21; Filipenses 3,5).

Fuente: : Alejandro Hoese EL TEMPLO CATÓLICO

domingo, 15 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA

 


El Templo y sus Partes

    “La dignidad de la Palabra de Dios exige que en la iglesia haya un sitio reservado para su anuncio, hacia el que, durante la liturgia de la Palabra, se vuelva espontáneamente la atención de los fieles" (IGMR 309, Catec. I.C., 1184). El ambón es el lugar reservado para la proclamación de la Palabra de Dios por los lectores, el salmista y el diácono o presbítero que proclame el Pregón Pascual y el Evangelio en ausencia de diácono, y se enuncian las intenciones de la oración universal o de los fieles. (cfr IGMR, 130, 134, 135, 309; OLM, 17, 22, 31). También puede usarse para realizar la homilía y dirigir la oración de los fieles, aunque por ser éstas funciones presidenciales, se realizarán normalmente desde la sede. (cfr. IGMR, 136, 138, 309; OLM, 31; El presidente de la celebración, 29, Secr. Nac. de Liturgia, España, 1988). “Conviene que en general el ambón sea un lugar fijo y no móvil… y estar dispuesto de tal manera que los ministros ordenados y los lectores puedan ser cómodamente vistos y oídos por los fieles.” (IGMR, 309). Su forma debe guardar correlación con el altar y debe estar situado en el presbiterio (IGMR, 295). Se debe cuidar en el diseño del ambón, “ya que en general estará en un lugar elevado, la facilidad para acceder y descender de él con seguridad. Es conveniente en lo posible disponer de bocas y bases fijas para la conexión de micrófonos, eliminando cruces de cables en el presbiterio. No deberá descuidarse un correcto nivel de luz sobre los libros, y la suficiente solidez y dimensión al atril propiamente dicho como para apoyarse en él.” (cfr. CEA)

Fuente: Alejandro Hoese EL TEMPLO CATÓLICO

sábado, 14 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



El Templo y sus Partes

    El altar es la piedra horizontal donde el sacerdote renueva en forma incruenta el único Sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo en la Cruz del Calvario: “El altar de la Nueva Alianza es la Cruz del Señor (cf Hb 13,10), de la que manan los sacramentos del Misterio pascual. Sobre el altar, que es el centro de la iglesia, se hace presente el sacrificio de la cruz bajo los signos sacramentales. El altar es también la mesa del Señor, a la que el Pueblo de Dios es invitado (cfr. IGMR, 296). En algunas liturgias orientales, el altar es también símbolo del sepulcro (Cristo murió y resucitó verdaderamente).” (Catec. I.C., 1182). “En la construcción de nuevas iglesias se ha de erigir un solo altar, que sea signo para la asamblea de que hay un solo Cristo y una sola Eucaristía de la Iglesia” (IGMR, 303). “Conviene que en todas las iglesias haya un altar fijo, que es signo más claro y permanente de Cristo Jesús, la Piedra viva… Se llama altar fijo al que está adherido al suelo y por tanto no se puede mover.” (IGMR, 298; CIC, 1235). “El altar sea construido separado de la pared, de modo que se pueda caminar en torno a él con facilidad y la celebración se pueda hacer de cara al pueblo ("versus populum"), lo cual conviene que en cualquier parte sea posible. El altar ocupe el lugar que en verdad sea el centro hacia el que espontáneamente converja la atención de toda la asamblea de los fieles.” (cfr. IGMR 276-277; IGMR, 299). Se ha de tener en cuenta también que la disposición del altar no deberá impedir la celebración de la forma extraordinaria del rito romano latino promulgado por San Pio V, según la edición típica del Misal Romano del año 1962 promulgado por el Papa San Juan XXIII (cfr. Motu Proprio "Summorum Pontificum",). Esto implica que el sacerdote deberá tener espacio suficiente a ambos lados principales del altar (posterior y frontal) para poder celebrar los ritos tanto "versus populum" como "ad orientem"3 , y que disponga convenientemente de bocas y bases fijas para la conexión de micrófonos, eliminando cruces de cables alrededor del mismo. Por lo anterior, si el altar ha de estar un poco más elevado que el presbiterio, el escalón deberá ser lo suficientemente amplio para que el sacerdote pueda estar de pié y realizar genuflexión ante el altar desde ambos lados principales del mismo. “Según la costumbre tradicional de la Iglesia y por lo que significa, la mesa del altar fijo sea de piedra, y además de un solo bloque de piedra natural… El pie o basamento que sostiene la mesa puede ser de cualquier material, con tal que sea digno y sólido.” (IGMR, 301; CIC, 1236). El altar puede prever un lugar para colocar reliquias auténticas de Mártires o Santos (cfr. IGMR 302), que no deberán colocarse dentro de la mesa, sino por debajo. “Normalmente sobre él, o apoyado en él, o a un costado del altar deberá preverse la colocación de la Cruz y en un lugar conveniente la mesa para las credencias.” (CEA; cfr. IGMR 308).

viernes, 13 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA



El Templo y sus Partes

    El atrio y la puerta A la nave se accede a través de un atrio y de una puerta de entrada. Mientras que el atrio es el espacio que significa la acogida materna de la Iglesia, la puerta es el elemento significativo del Cristo, "puerta" del rebaño (cfr.Gv 10,7). El posible programa iconográfico de la puerta central deberá basarse en estos valores. Las dimensiones de la entrada no sólo deben ser proporcionales a la capacidad de la nave, sino también a las exigencias del paso de las procesiones solemnes. El atrio deberá prever la colocación de pilas de agua bendita para los fieles cuando llegan. A diferencia del umbral, que es un espacio abierto, el atrio es un espacio cerrado o cuasicerrado (p.ej. encolumnado o en forma de galería), que forma parte de la antesala del templo. Dado que estos espacios suelen usarse también para exponer informaciones murales (carteles), habrá que diseñar elementos muebles apropiados para esta función. “No debemos olvidar que las celebraciones no se realizan solo y exclusivamente en el interior. Muchas de ellas usan el ámbito exterior creado por la arquitectura para desarrollarse plenamente” (cfr. CEA). Esto hace referencia a ritos que incluyen procesiones (p.ej. Domingo de Ramos) o la Liturgia de la Luz del Domingo de Resurrección, además de la recepción de los bautizados con sus padres y padrinos. “Este lugar de encuentro, que se llamó siempre atrio, deberá ser tenido presente siempre que fuera posible, en el proyecto de las iglesias, máxime teniendo en cuenta su carácter de espacio de transición entre el ámbito profano y el específicamente religioso”

jueves, 12 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA


El Templo y sus Partes

    La nave “Los lugares de los fieles han de disponerse como sumo cuidado, a fin de que puedan participar con la vista y con el espíritu en las celebraciones sagradas… Los bancos o sillas, sobre todo en los edificios recientemente construidos, han de disponerse de tal modo que los fieles puedan adoptar las posturas indicadas para las diversas partes de la celebración y puedan acercarse sin dificultad a recibir la sagrada Comunión.” (IGMR, 311). “El templo también debe ser un espacio que invite al recogimiento y a la oración silenciosa, que prolonga e interioriza la gran plegaria de la Eucaristía.” (Catec. I.C., 1185). Las posturas de los fieles en la celebración eucarística son: de pié, de rodillas y sentados (cfr. IGMR, 42-43). La disposición de los bancos en la nave también debe prever -y facilitar los diversos movimientos procesionales: Entrada, Evangelio, Ofertorio, Comunión, Salida, Vía Crucis, etc. (Cfr. IGMR, 44; 47; 74;86). Los principales requerimientos que debe satisfacer la nave son (cfr. CEA): - Visión: hacia el altar y presbiterio, en todas las posturas rituales (de pié, de rodillas, sentados) - Audición: clara, reforzada eventualmente con equipos de amplificación y parlantes de haz chato para evitar reverberaciones y ecos. Aquí también es necesario considerar que diseños rectilíneos de las paredes de la nave, con muros paralelos, son perjudiciales a la acústica del lugar. - Iluminación: de una intensidad mínima de 100 lux y uniforme en los sectores de asientos, deberá prever refuerzos escalonados en los sectores de circulaciones y adyacentes al presbiterio, reservándose para éste y en especial el altar, el mayor énfasis de iluminación. Las ventanas deberán ser elevadas, de modo que los fieles no tengan visión directa hacia el exterior, y viceversa. - Ventilación y calefacción: La arquitectura debe prever la adaptación al clima de la zona donde se emplazará el templo. Se debe procurar la formación de corrientes naturales de aire, cruzando en lo posible el sector de los asientos o en su defecto mediante corrientes ascendentes con suficiente chimenea. La conjunción del diseño y las orientaciones adecuadas en cuanto a vientos dominantes son de gran ayuda en este sentido.

miércoles, 11 de agosto de 2021

ELEMENTOS MATERIALES DE LA LITURGIA

 


El Templo y sus Partes

    El presbiterio “El presbiterio es el lugar donde se encuentra el altar, se proclama la Palabra de Dios (ambón), y el sacerdote (sede), el diácono y los demás ministros ejercen su función. Deberá distinguirse convenientemente de la nave de la iglesia, por hallarse en un plano más elevado o por su particular estructura y ornato. Sea de amplitud tal que la celebración de la Eucaristía pueda desarrollarse con comodidad y ser vista.” (IGMR, 295) En el presbiterio se ha de colocar la sede del celebrante y los asientos para los sacerdotes concelebrantes y para los presbíteros que asisten a la celebración, aunque no concelebren. “El asiento para el diácono colóquese cerca de la sede del celebrante.

    Para los otros ministros ubíquense de tal modo que se distingan claramente de los asientos del clero y ellos mismos puedan cumplir con facilidad el oficio que se les ha confiado.” (cfr. IGMR, 310). El presbiterio “es asimismo un lugar de uso o circulación restringida a quienes desempeñan alguna tarea de ministerio sagrado. El resto de la asamblea no penetra en él, allí están sus representantes. Generalmente se resuelve en un plano elevado respecto de la nave, de manera de permitir una fácil visión de todo lo que ocurre en él.” (CEA) Deberá tenerse en cuenta que en ocasiones los desplazamientos que ocurren en el presbiterio toman forma procesional. En el Presbiterio también debe preverse el comulgatorio. Si bien éste no siempre es necesario, de ordinario debe existir de algún modo, y ser sólido y apto para los fieles que quisieran comulgar arrodillados, lo cual es frecuente en la celebración del rito extraordinario. El comulgatorio sirve, además, para señalar el límite del Presbiterio, ya que éste es un lugar reservado. En todo caso, sea de pocos o solamente un escalón, y el espacio no perturbe a los movimientos procesionales.