sábado, 29 de febrero de 2020

ABANDONO DE DIOS - CONFIANZA TOTAL



Abandono en Dios

    Si creemos que Dios es amor y nos ama con todo su infinito amor, la conclusión lógica es que podemos abandonarnos tranquilamente en sus manos, sabiendo que Él piensa en nosotros y nos cuida y quiere lo mejor para nosotros. Abandonarse es fiarse de Dios. Es aceptar su voluntad en cada instante. Es no rebelarse contra sus planes sobre nosotros. Es dejarse llevar sin preguntar a dónde ni porqué. Es entregarle la responsabilidad de la vida. Algo así como firmarle un cheque en blanco. Abandonarse significa estar en permanente actitud de escucha y de apertura a su voluntad en cada momento. Es estar totalmente disponible a sus planes. Es dejarse perder en su Amor como una gotita de agua en el mar. Es creer hasta la audacia en su providencia amorosa. Por eso, te pregunto: ¿Estás dispuesto a aceptar una enfermedad o cualquier otra desgracia humana sin rebelarte contra Él? Entonces, ¿por qué tienes miedo de abandonarte? ¿No te fías? ¿No estás dispuesto a aceptar el sufrimiento? ¿Solamente quieres recibir bienes y alegrías?

    Deja que Él piense por ti en lo que más te conviene. Déjalo actuar y confía en Él. Puedes estar seguro que será la mejor decisión de tu vida, porque Dios necesita tener las manos libres para hacer de tu vida una obra de arte espiritual. Él te dice: Yo nunca te dejaré ni te abandonaré (Jos 1,5; Heb 13,5). Puedes estar seguro que Él nunca te va a fallar ni te va a engañar. Por eso, acepta sus planes sobre ti. Entrégale la responsabilidad de tu vida. Vale la pena abandonarse en los brazos de un Dios tan bueno y misericordioso. Si así lo haces, verás maravillas en tu vida.

    Acuérdate de Abraham. Dios le dijo: Sal de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré (Gén 12,1). Y Abraham dejó todas sus seguridades humanas y se lanzó a una aventura desconocida, solamente confiando en Dios. Y Dios lo bendijo, dándole una descendencia numerosa. También bendijo a Moisés que aceptó ir a hablar con el faraón, a pesar de ser tartamudo (Ex 4); y bendijo a Noé que obedeció a Dios al hacer el arca. Y Noé hizo en todo como Dios se lo mandó (Gén 6,22). Y Dios lo salvó a él y a su familia.

    Abandónate en sus brazos como la hija de aquel cirujano que tenía miedo a operarse, pero confiando en su padre, se dejo operar. Vale la pena abandonarse sin condiciones. Y, en los momentos difíciles, cuando todo parezca oscuro y no sientas la mano de Dios en tu vida, cuando parezca que se ha olvidado de ti, dite a ti mismo:

    Mi Padre Dios me ama y cuida de mí. Él sabe todo lo que me pasa y conoce mis necesidades. Confío en Él, y sé que ya está tomando las medidas necesarias para ayudarme y solucionar mis problemas.

Confianza Total

    La confianza es esencial en la vida humana. Si un hijo no tuviera confianza en su madre o una esposa en su esposo, ¿cómo podrían vivir? Lo mismo pasa en la vida espiritual, si desconfiamos de Dios, si le tenemos miedo, si creemos que si seguimos su voluntad nos va a llevar por caminos de sufrimiento, como si se gozara de hacernos sufrir, nuestra vida espiritual será un ir tirando. Nos faltarán las alas de la confianza para correr y volar por los caminos del espíritu.

    Por ello, no te confundas ni te agites, pensando en tus problemas. Esfuérzate, pon de tu parte lo que puedas y después, confía en Dios. Cierra los ojos y dile repetidamente: Jesús, yo te amo y yo confío en Ti. Repítelo hasta el cansancio cuantas veces puedas, día y noche, mañana y tarde, y verás la diferencia.

    Recuerda lo que Jesús le decía a la venerable Consolata Betrone: Tú piensa sólo en amarme. Yo pensaré en ti y en todas tus cosas hasta en los más mínimos detalles (31 de julio de 1936). La confianza es la flor más hermosa del amor. Por eso, decía Jesús a una santa religiosa: Si me amas, confía en Mí; si quieres amarme más, confía más en Mí; si quieres amarme inmensamente, confía inmensamente en Mí.

    La beata Teresa de Calcuta decía: Jesús desea que pongamos toda nuestra confianza en Él. Yo le pido que haga de mí una santa, dejando en sus manos la elección de los medios que pueden llevarme a ella.

    Santa Faustina Kowalska dice sobre las grandes tinieblas espirituales que padecía: El pensamiento que más me atormentaba era el ser rechazada por Dios. Tenía estos pensamientos: ¿A qué empeñarse en la virtud y en las buenas acciones? ¿Para qué, si soy rechazada por Dios? Y sólo Dios sabe lo que ocurría en mi corazón. En un momento, en que estaba terriblemente oprimida por estos sufrimientos, entré en la capilla y dije, desde lo profundo de mi alma: Jesús, haz de mí lo que Tú quieras. Te adoraré de todas maneras. Que se haga tu santa voluntad. Yo glorificaré tu infinita misericordia. Y, repentinamente, cesaron mis terribles tormentos y vi a Jesús y me dijo: Yo estoy siempre en tu corazón.

    Un gozo indecible inundó mi alma y la llenó de tanto amor de Dios que inflamó mi pobre corazón. Veo que Dios no permite nunca pruebas más allá de lo que podemos soportar. Un solo acto de confianza, en esos momentos, da más gloria a Dios que muchas horas transcurridas en el gozo de las consolaciones .

    Ciertamente, en los momentos de oscuridad, el sentir el rechazo de Dios turba al alma y el diablo aprovecha la oportunidad para inculcarle pensamientos de desaliento; pero, si el alma sigue confiando, aunque se sienta condenada, está salvada. Lo único que la apartará de Dios será la desconfianza, la desesperación y la falta de fe. Como dice la Escritura en Prov 28,1: El que confía en Dios es fuerte como un león .

    La confianza en Dios es como una mina de oro de la que podemos sacar inmensas bendiciones para nuestra alma. Santa Teresita del Niño Jesús decía: ¡Qué dulce es el camino del amor! ¡Cómo deseo guiarme con el más absoluto abandono a cumplir la voluntad de Dios! (MA f. 84) Mi camino es todo de confianza y de amor… Veo que basta reconocer la propia nada y abandonarse como un niño en los brazos de Dios (Carta 203). Este camino es el abandono del niñito que se duerme sin miedo en los brazos de su padre (MB 1). El abandono es el fruto delicioso del amor (poesía 42).

    ¡Oh Jesús, cómo se alegra tu pajarillo de ser débil y pequeño! ¿Qué sería de él, si fuera grande? Nunca tendría la audacia de comparecer en tu presencia, de dormitar delante de ti... Oh Jesús, déjame que te diga, en el exceso de mi gratitud, déjame que te diga que tu amor llega hasta la locura. ¿Cómo quieres que ante esta locura mi corazón no se lance hacia Ti? ¿Cómo habría de tener límites mi confianza?... Si por un imposible, encontrases a un alma más débil, más pequeña que la mía, te complacerías en colmarla de favores mayores todavía, con tal que ella se abandonara con entera confianza a tu misericordia infinita (MB f. 5).

    Abandónate en Dios. No temas. Confía. Respira hondo. Respira su amor a través del aire que entra en tus pulmones, mira su bondad, reflejada en las bellezas de la naturaleza, en la sonrisa de los niños o en las flores de los campos. Reacciona, piensa, confía y déjate llevar por Él sin condiciones. Él te dice: No tengas miedo, solamente confía en Mí (Mc 5,36). No tengas miedo, porque yo estoy contigo (Is 41,10).

Y ahora dile con total confianza la oración de Charles de Foucauld:

    Padre mío, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que Tú quieras sea lo que sea te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal de que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre. Te confío mi alma, te la doy con todo el amor de que soy capaz. Porque te amo y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con una confianza infinita, porque Tú eres mi Padre. Amén

    Ojalá que confíes en tu Padre Dios como aquella niñita que, antes de ser operada, hizo esta oración en el mismo quirófano: Jesús, mi querido pastor, bendice a tu corderita en este día y guárdame sana hasta el día de mañana. Entonces, aquella niñita de siete años, sonrió y le dijo al cirujano: Estoy lista. Ahora no tengo miedo, porque Jesús cuidará de mí.

    Fuente: Catholic.net

CARTA ENCÍCLICA FIDES ET RATIO DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II SOBRE LAS RELACIONES ENTRE FE Y RAZÓN



CAPÍTULO VI
INTERACCIÓN ENTRE TEOLOGÍA Y FILOSOFÍA




La ciencia de la fe y las exigencias de la razón filosófica

64. La palabra de Dios se dirige a cada hombre, en todos los tiempos y lugares de la tierra; y el hombre es naturalmente filósofo. Por su parte, la teología, en cuanto elaboración refleja y científica de la inteligencia de esta palabra a la luz de la fe, no puede prescindir de relacionarse con las filosofías elaboradas de hecho a lo largo de la historia, tanto para algunos de sus procedimientos como también para lograr sus tareas específicas. Sin querer indicar a los teólogos metodologías particulares, cosa que no atañe al Magisterio, deseo más bien recordar algunos cometidos propios de la teología, en las que el recurso al pensamiento filosófico se impone por la naturaleza misma de la Palabra revelada.

65. La teología se organiza como ciencia de la fe a la luz de un doble principio metodológico: el auditus fidei y el intellectus fidei. Con el primero, asume los contenidos de la Revelación tal y como han sido explicitados progresivamente en la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio vivo de la Iglesia.88 Con el segundo, la teología quiere responder a las exigencias propias del pensamiento mediante la reflexión especulativa.

En cuanto a la preparación de un correcto auditus fidei, la filosofía ofrece a la teología su peculiar aportación al tratar sobre la estructura del conocimiento y de la comunicación personal y, en particular, sobre las diversas formas y funciones del lenguaje. Igualmente es importante la aportación de la filosofía para una comprensión más coherente de la Tradición eclesial, de los pronunciamientos del Magisterio y de las sentencias de los grandes maestros de la teología. En efecto, estos se expresan con frecuencia usando conceptos y formas de pensamiento tomados de una determinada tradición filosófica. En este caso, el teólogo debe no sólo exponer los conceptos y términos con los que la Iglesia reflexiona y elabora su enseñanza, sino también conocer a fondo los sistemas filosóficos que han influido eventualmente tanto en las nociones como en la terminología, para llegar así a interpretaciones correctas y coherentes.

88 Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina Revelación, 10.

PENSAMIENTOS DE LOS SANTOS



    ¡Glorioso San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús y especial abogado y protector mío!. Ya que tan elevado estáis en el Cielo por haber hecho vuestras obras a mayor honra y gloria de Dios, combatiendo a los enemigos de la Iglesia, defendiendo nuestra santa fe, dilatándola por medio de vuestros hijos por todo el mundo, alcánzame de la divina piedad, por los méritos infinitos de Jesucristo, e intercesión de su gloriosa Madre, entero perdón de mis culpas, auxilio eficaz para amar a Dios y servirle con todo empeño en adelante, firmeza y constancia en el camino de la virtud, y la dicha de morir en su amistad y gracia, para verle, amarle, gozarle y glorificarle en vuestra compañía por todos los siglos. Amén.

EVANGELIO - 01 de Marzo - San Mateo 4,1-11


    Evangelio según San Mateo 4,1-11.

    Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.
    Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.
    Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".
    Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
    Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".
    Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
    El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras para adorarme".
    Jesús le respondió: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto".
    Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 01 de Marzo - «No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios»


     San Máximo de Turín Sermón: Alimentarse de la Palabra que sale de boca de Dios Sermón 16: PL 57, 561

«No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios»

    El Salvador responde al diablo: «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra de Dios». Lo que significa: «Él no vive del pan de este mundo, ni del alimento material del que tú te serviste para engañar a Adán, el primer hombre, sino de la Palabra de Dios, de su Verbo, que contiene el alimento de la vida celeste». Por lo tanto, el Verbo de Dios, es Cristo nuestro Señor, como dice el evangelista: «En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios» (Jn 1,1). Todo el que se alimenta de la palabra de Cristo ya no tiene necesidad de alimento de la tierra. Como uno que se restaura con el pan del Señor, no puede ya desear el pan de este mundo. En efecto, el Señor es su propio pan, o más bien, el Señor es el mismo pan, como Él enseña por sus palabras: « Yo soy el pan que ha bajado del cielo» (Jn 6,41). Y este pan hizo decir al Profeta: «El pan fortalece el corazón del hombre» (Sal 103,15).

    ¿Qué me importa el pan que me ofrece el diablo, si yo tengo el pan que reparte Cristo? ¿Qué me importa el alimento que ha expulsado al primer hombre del Paraíso, ha hecho perder a Esaú su derecho de primogenitura...(Gn 25,29), que ha convertido a Judas Iscariote en un traidor (Jn 13,26)? Adán perdió en efecto el Paraíso por causa del alimento, Esaú perdió su derecho de primogenitura por un plato de lentejas, y Judas renunció a su rango de apóstol por un bocado: pues en el momento que él cogió el bocado, dejó de ser un apóstol para ser un traidor... la comida que tenemos que tomar es aquella que abre el camino al Salvador, no al diablo, aquella que transforma al que la come en confesor de la fe y no en traidor.

    El Señor tiene razón al decir, en este tiempo de ayuno, que es el Verbo de Dios el que alimenta, para enseñarnos que no debemos pasar nuestros ayunos preocupándonos de este mundo sino de la lectura de los textos sagrados. En efecto, aquel que se alimenta de la Escritura se olvida del hambre del cuerpo; aquel que se alimenta del Verbo celeste olvida el hambre. Pues bien, este es el alimento que nutre el alma y calma al hambriento...: da también la vida eterna y aleja de nosotros las trampas de la tentación del diablo. Esta lectura de textos sagrados es vida como dice el Señor: « Las palabras que os he dicho son espíritu y vida» (Jn 6,63).

SANTORAL - SAN ROSENDO OBISPO

01 de Marzo


    Obispo y abad Nació Rosendo el 26 de noviembre del 907. Lo bautizó Sabarico, tío paterno del recién nacido. Ante el acontecimiento, agradecidos los padres, intensifican las buenas obras construyendo y dotando monasterios.

    Es nombrado Obispo cuando sólo tiene dieciocho años, en el 925. Sucede a su tío Sabarico en la sede de Mondoñedo. Pide al Señor la paz que buena falta hacía entre su pueblo. Se gana la confianza de los abades del entorno, dirime contiendas entre los nobles, soluciona pleitos, reconcilia penitentes y aconseja en las dudas; también apaga rencores, cura las heridas de la envidia tan presente en todos los tiempos, pacifica matrimonios, sofoca conspiraciones y serena ánimos inquietos.

    Abundando en el influjo social, contribuye poderosamente en la abolición de la esclavitud. Pero en el año 955 le llega una orden un tanto extraña del rey Ordoño III. Ahora comienza a ser, además de obispo, militar y político de su tiempo. Luego, los normandos invadieron, en el 968 y por mar, las costas de su territorio; los expulsa de sus feudos mandándoles a don Gonzalo.

    La sede de Santiago queda vacante en ese tiempo y es la infanta Margarita, tutora del rey don Ramiro III, quien le insta para que la acepte. Cuida de nuevo del clero, rehace monasterios, atiende a los fieles, asegura aspectos civiles de los bienes eclesiásticos, asiste al concilio de León acompañado por san Pedro de Mezonzo e impregna de dinamismo apostólico a los a los clérigos y a los monjes. Pudo pasar los tres últimos años de su vida en el monasterio de Celanova, rezando, predicando y dando ejemplo. Murió el 1 de marzo del 977.

Oremos

    Señor, tú que por la predicación de san Rosendo llamaste a nuestros padres a la luz admirable del Evangelio, te pedimos que, por su intercesión, nosotros crezcamos también en tu gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Que vive y reina contigo. Amén

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL AMORIS LAETITIA SOBRE EL AMOR EN LA FAMILIA



Capítulo tercero
LA MIRADA PUESTA EN JESÚS: VOCACIÓN DE LA FAMILIA




Jesús recupera y lleva a su plenitud el proyecto divino


61. Frente a quienes prohibían el matrimonio, el Nuevo Testamento enseña que «todo lo que Dios ha creado es bueno; no hay que desechar nada» (1 Tt 4,4). El matrimonio es un «don» del Señor (cf. 1 Co 7,7). Al mismo tiempo, por esa valoración positiva, se pone un fuerte énfasis en cuidar este don divino: «Respeten el matrimonio, el lecho nupcial» (Hb 13,4). Ese regalo de Dios incluye la sexualidad: «No os privéis uno del otro» (1 Co 7,5).

62. Los Padres sinodales recordaron que Jesús «refiriéndose al designio primigenio sobre el hombre y la mujer, reafirma la unión indisoluble entre ellos, si bien diciendo que “por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así” (Mt 19,8). La indisolubilidad del matrimonio —“lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19,6)— no hay que entenderla ante todo como un “yugo” impuesto a los hombres sino como un “don” hecho a las personas unidas en matrimonio [...] La condescendencia divina acompaña siempre el camino humano, sana y transforma el corazón endurecido con su gracia, orientándolo hacia su principio, a través del camino de la cruz. De los Evangelios emerge claramente el ejemplo de Jesús, que [...] anunció el mensaje concerniente al significado del matrimonio como plenitud de la revelación que recupera el proyecto originario de Dios (cf. Mt 19,3)»[55].

63. «Jesús, que reconcilió cada cosa en sí misma, volvió a llevar el matrimonio y la familia a su forma original (cf. Mc 10,1-12). La familia y el matrimonio fueron redimidos por Cristo (cf. Ef 5,21-32), restaurados a imagen de la Santísima Trinidad, misterio del que brota todo amor verdadero. La alianza esponsal, inaugurada en la creación y revelada en la historia de la salvación, recibe la plena revelación de su significado en Cristo y en su Iglesia. De Cristo, mediante la Iglesia, el matrimonio y la familia reciben la gracia necesaria para testimoniar el amor de Dios y vivir la vida de comunión. El Evangelio de la familia atraviesa la historia del mundo, desde la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26-27) hasta el cumplimiento del misterio de la Alianza en Cristo al final de los siglos con las bodas del Cordero (cf. Ap 19,9)»[56].

[55] Ibíd., 14.

[56] Ibíd., 16.

LITURGIA DE LAS HORAS - CATEQUESIS PARTE III



La semana litúrgica

    Como ya se ha señal
ado, los textos de dentro de cada semana también tienen su propio ritmo, que va de domingo a sábado (todo tiempo en la liturgia comienza en domingo), así que tendremos:

    Domingo: de carácter glorioso siempre, incluso en Cuaresma, en recuerdo de la Santa Resurrección, recuerdo que no debe empañarse con ninguna penitencia ni dolor.

    Lunes: los salmos aluden generalmente a las contrariedades de la vida, la persecución, las dificultades.

    Martes: los salmos "responden" con acción de gracias al día anterior por la salvación providencial que Dios nos ofrece.

    Miércoles: de carácter semipenitencial.

    Jueves: los salmos recuerdan la gloria que nos espera, generalmente aludiendo a Sión, Jerusalén, el Templo, etc.

    Viernes: de carácter fuertemente penitencial, aunque a la noche culminan en acción de gracias por el perdón recibido.

    Sábado: de espera y silencio, y simultáneamente marianos (lo propio de la Virgen es precisamente su silencio expectante y esperanzado)

    Como vemos, recorre esta semana el triple acento en el dolor del pecado, el silencio de la espera y la alegría de la salvación.

    Estos caracteres son generales, y no significa que todos los textos hagan inmediata -ni mucho menos exclusiva- mención de cada uno de ellos. En cada día se alude a todo junto, sólo que con un mayor acento en uno u otro aspecto.

Las Horas

    Dentro de cada día se suceden las Horas, que se dividen en dos: Mayores y Menores.

    Las Horas Mayores son las dos que contienen el Padrenuestro: Laudes y Vísperas, y que junto con la Misa dan su ritmo celebratorio de tres momentos fuertes en cada día.

    -Laudes
es oración de la mañana, sus textos aluden al día que comienza, con su esperanza y también con su desafío.

    -Vísperas es oración del atardecer-noche, sus textos aluden al fin de la jornada activa, en la que hemos visto actuar en nuestra vida al Señor, por lo que hay un fuerte acento en la acción de gracias.

    Las Horas Menores son: Oficio de Lecturas, Hora Intermedia y Completas

    El Oficio de Lecturas no tiene un momento propio del día, sino que consiste en una meditación en la Biblia y en el pensamiento eclesiástico que puede realizarse en cualquier ocasión del día. Las lecturas de esta hora son las más ajustadas al tiempo litúrgico, ya que sólo los salmos corresponden al salterio en cuatro semanas, mientras que las lecturas son propias del tiempo. (Este oficio de lecturas es la aplicación eclesial de la “Lectio divina”)

    El Invitatorio:
Si comienza el día litúrgico con el Oficio de Lecturas, se antepone una breve introducción (si el día comienza por Laudes es optativa). Consta de un único salmo y una antífona. La antífona varía, pero el salmo es -en principio- siempre el mismo (aunque hay tres más para reemplazarlo, si se desea). El sentido de esta "mini-hora" introductoria es: el primer minuto del día, que sea para el Señor.

    Hora Intermedia es una pausa en las actividades, para recordar los hechos centrales de la Pasión, por lo que se suele vincular a las tres horas romanas de Tercia (9/12 hs), Sexta (12/15 hs) o Nona (15/18 hs). No se acostumbra rezar las tres sino sólo una de ellas, ya que comparten entre sí varios textos. Como "santificación del tiempo del día" es semejante a la tradición popular del rezo del Ángelus a mediamañana, a mediodía y a mediatarde.

    Las Completas es la oración final del día. Es la única oración de las horas que no sigue el salterio en cuatro semanas sino que tiene su propia distribución, completamente fija, en una única semana, en la que la diferencia entre los tiempos del año sólo se nota en la presencia o ausencia de la aclamación "aleluya". El último minuto del día, como el primero, que sea para el Señor, ése es su carácter. Por eso puede incluso aprenderse de memoria uno sólo de los siete modelos de Completas y utilizarse siempre el mismo.


     Fuente: eltestigofiel.org

viernes, 28 de febrero de 2020

CARTA ENCÍCLICA FIDES ET RATIO DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II SOBRE LAS RELACIONES ENTRE FE Y RAZÓN



CAPÍTULO V
INTERVENCIONES DEL MAGISTERIO EN CUESTIONES FILOSÓFICAS




El interés de la Iglesia por la filosofía

62. Deseo reafirmar decididamente que el estudio de la filosofía tiene un carácter fundamental e imprescindible en la estructura de los estudios teológicos y en la formación de los candidatos al sacerdocio. No es casual que el curriculum de los estudios teológicos vaya precedido por un período de tiempo en el cual está previsto una especial dedicación al estudio de la filosofía. Esta opción, confirmada por el Concilio Laterano V,87 tiene sus raíces en la experiencia madurada durante la Edad Media, cuando se puso en evidencia la importancia de una armonía constructiva entre el saber filosófico y el teológico. Esta ordenación de los estudios ha influido, facilitado y promovido, incluso de forma indirecta, una buena parte del desarrollo de la filosofía moderna. Un ejemplo significativo es la influencia ejercida por las Disputationes metaphysicae de Francisco Suárez, que tuvieron eco hasta en las universidades luteranas alemanas. Por el contrario, la desaparición de esta metodología causó graves carencias tanto en la formación sacerdotal como en la investigación teológica. Téngase en cuenta, por ejemplo, en la falta de interés por el pensamiento y la cultura moderna, que ha llevado al rechazo de cualquier forma de diálogo o a la acogida indiscriminada de cualquier filosofía.

Espero firmemente que estas dificultades se superen con una inteligente formación filosófica y teológica, que nunca debe faltar en la Iglesia.

63. Apoyado en las razones señaladas, me ha parecido urgente poner de relieve con esta Encíclica el gran interés que la Iglesia tiene por la filosofía; más aún, el vínculo íntimo que une el trabajo teológico con la búsqueda filosófica de la verdad. De aquí deriva el deber que tiene el Magisterio de discernir y estimular un pensamiento filosófico que no sea discordante con la fe. Mi objetivo es proponer algunos principios y puntos de referencia que considero necesarios para instaurar una relación armoniosa y eficaz entre la teología y la filosofía. A su luz será posible discernir con mayor claridad la relación que la teología debe establecer con los diversos sistemas y afirmaciones filosóficas, que presenta el mundo actual.


87 Cf. Conc. Ecum. Lateranense V, Bula Apostolici regimini sollicitudo, Sesión: VIII, Conc. Oecum. Decreta, 1991, 605-606.

PENSAMIENTO DE LOS SANTOS



    Santa Madre Teresa de Calcuta, tú dabas gran valor a la dignidad de cada persona como hijo de Dios "creado para grandes cosas: para amar y ser amado". Inspirados por tu ejemplo y ayudados por tu intercesión, haz que podamos respetar y cuidar el don de la vida desde su concepción hasta su fin natural. Que, reconociendo a cada persona como "mi hermano y mi hermana", podamos amarnos unos a otros con el tierno amor de Dios. Amén

EVANGELIO - 29 de Febrero - San Lucas 5,27-32


    Evangelio según San Lucas 5,27-32.

    Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme".
    El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
    Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos.
    Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?".
    Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
    Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 29 de Febrero - «Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu... Y después de ayunar cuarenta días, sintió hambre»


San Francisco de Sales - Sermón: La cuaresma conduce al bautismo para el Miércoles de ceniza, 9-2-1622. X

«Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu... 
Y después de ayunar cuarenta días, sintió hambre» 

    Esto es lo que tengo que deciros sobre el ayuno y lo que hay que observar para hacerlo bien. Lo primero es que vuestro ayuno ha de ser total y general, es decir, que hagáis ayunar a todos los miembros de vuestro cuerpo y todas las potencias de vuestra alma: llevando la vista baja, o al menos más que de ordinario; guardando más silencio, por lo menos más puntualmente que de costumbre; mortificando el oído y la lengua para no oír ni decir nada vano e inútil.

    El entendimiento para no considerar sino cosas (que os lleven a devoción); la memoria, llenándola del recuerdo (de lo que nuestro Señor ha sufrido por vos); en fin, sujetando vuestra propia voluntad y vuestro espíritu propio. Si hacéis esto, vuestro ayuno será completo, interior y exterior, pues mortificaréis el cuerpo y el espíritu.

    La segunda condición es que ni vuestro ayuno ni vuestras obras las hagáis para que las vean los hombres... ¡Cuántos hipócritas ponen caras tristes y no estiman como santos sino a los que están flacos. Qué locura! Como si la santidad consistiese en la delgadez. Pues Santo Tomás de Aquino no era delgado sino muy gordo... y era santo. Y otros muchos que no eran delgados, eran muy austeros y excelentes servidores de Dios.

    Pero el mundo, que no mira sino lo externo, no tiene por santos sino a los pálidos y enflaquecidos. Ahí veis lo que es el espíritu humano: no considera más que las apariencias y todas sus obras las hace para aparecer ante los hombres; nuestro Señor no lo hace así, haced vuestro ayuno en secreto, para los ojos de vuestro Padre Celestial.

    Y esta es la tercera condición, a saber, mirar a Dios y hacerlo todo para agradarle... Haced, hija mía, todas vuestras acciones y, por tanto, vuestro ayuno para complacer sólo a Dios, a quien sea el honor y la gloria por todos los siglos. Amén.

SANTORAL - SAN JUAN CASIANO

29 de Febrero


    En Marsella, ciudad de la Provenza, en la Galia, san Juan Casiano, presbítero, que fundó un monasterio para varones y otro para mujeres, y, como fruto de su larga experiencia en la vida monástica, escribió para los monjes dos obras: Instituciones Cenobíticas y Conferencias de los Padres (c. 435).

    Nacido en el año 360 en la ciudad de Dobrudja, en la desembocadura del Danubio, según Genadio, De Viris illustribus, PL, 58, LXI, 1094, quien lo define de nacionalidad escita. De familia poderosa, terminó siendo aún muy joven sus estudios clásicos. Junto con su amigo Germán, al cual se sentía muy unido, se embarcó en un viaje hacia Oriente, interesándose sobre todo en el testimonio cristiano que daban los monjes que poblaban esos lugares.

    No es imposible que haya luchado contra los godos en la batalla de Andrinópolis. Alrededor del año 380, partió con un amigo suyo llamado Germán, a visitar los Santos Lugares. Ambos se hicieron monjes en Belén. Pero en aquella época, el centro de la vida contemplativa era Egipto. Así pues, los dos amigos se trasladaron allá y visitaron uno a uno en la soledad a los famosos santos varones "que estaban llamados a desempeñar una alta misión en el mundo: no sólo la de orar por él, sino la de edificar e instruir a las generaciones futuras" (Ullathorne). Durante algún tiempo, Casiano y Germán llevaron vida eremítica bajo la dirección de Arquebio. Después, Casiano se trasladó al desierto de Esquela para hablar con los anacoretas que habitaban en cuevas excavadas en la ardiente roca y para vivir en los "cenobios" o monasterios de los monjes. No sabemos por qué razón, Casiano emigró a Constantinopla hacia el año 400. Ahí fue discípulo de San Juan Crisóstomo, quien le confirió el diaconado. Cuando se depuso al gran santo, contra todas las leyes canónicas y contra toda justicia, Casiano fue uno de los legados enviados a Roma para defender la causa del arzobispo ante el Papa San Inocencio I. Tal vez en Roma recibió la ordenación sacerdotal, pero no volvemos a saber nada de él hasta que le encontramos en Marsella, varios años después.

    Ahí fundó Casiano dos monasterios: uno para monjes, en el sitio en que había sido sepultado el mártir San Víctor, y otro para religiosas. Casiano y sus monasterios habían de irradiar en el sur de la Galia el espíritu y el ideal ascético de Egipto. Para guía e instrucción de sus discípulos, Casiano compuso sus "Conferencias" o "Colaciones" y las "Reglas de la vida monástica." Ambas obras estaban destinadas a ejercer una influencia inmensamente mayor de lo que su autor pudo sospechar. En efecto, San Benito las recomendó, junto con las "Vitae Patrum" y la Regla de San Basilio, como la mejor lectura que sus monjes podían hacer después de la Biblia. También es sensible la influencia de Casiano en la Regla de San Benito y en su espiritualidad, de suerte que puede decirse que Casiano influenció a la cristiandad entera a través de San Benito. En los cuatro primeros libros de las "Reglas de la vida monástica" describe la forma de vida que deben llevar los monjes; el resto de la obra está consagrado a las virtudes que deben tratar de adquirir y a los pecados mortales en los que más peligro tienen dé caer. Casiano dice en el prefacio de dicha obra: "No voy a describir milagros y prodigios ni a contar anécdotas. Porque, aunque mis mayores me contaron muchas cosas increíbles y aunque me ha sido dado presenciar algunas con mis propios ojos, el repetirlas produce simplemente asombro en el lector, pero no contribuye a instruirle en el camino de la perfección." Tal sobriedad es característica de Casiano.

    En el 399 se dirigieron a Constantinopla, debiendo huir de Egipto a causa de su "origenismo." Casiano fue admirador y partidario de Orígenes, particularmente en lo que se refiere a su exégesis escriturística. Mantuvo, sin embargo, una posición equilibrada y evitó seguirlo en ciertos aspectos más dudosos y menos ortodoxos. En Constantinopla, Casiano fue ordenado diácono por Juan Crisóstomo, por el cual conservó siempre una profunda devoción. Luego que Juan Crisóstomo fuera expulsado, también los dos amigos se tuvieron que ir, y se dirigieron a Roma, al papa Inocencio I, para solicitar su ayuda en favor del obispo perseguido. Desde ese momento se pierde el rastro de Germán, a quien suponemos muerto en Roma.

    Con toda probabilidad, Casiano fue ordenado presbítero en Roma. De allí se dirigió a Marsella, en el año 415, donde fundó el monasterio de san Víctor y un monasterio femenino, Murió alrededor del año 435.

    Por medio de sus dos grandes obras, Instituciones cenobíticas y Colaciones espirituales, Casiano transmitió a Occidente un conocimiento bastante exacto a propósito de la institución monástica en Oriente y Occidente.

    Es curioso que el Martirologio Romano no mencione a Casiano. Sin duda que Baronio no quiso incluirle en él, porque en su época se le consideraba como el iniciador y el principal exponente de las enseñanzas que ahora se conocen con el nombre de semipelagianismo. Casiano expuso su teoría en su tratado "Acerca de la Reprobación y de la Gracia", en el curso de una controversia acerca de San Agustín; basándose en dicho tratado, se puede tachar a Casiano de "anti-agustinista", pero no de semipelagiano. El santo pasó todo el resto de su vida en Marsella, donde murió hacia el año 433. Los bizantinos celebran su fiesta el 29 de febrero.

    De las Instituciones y de las Colaciones de Casiano, existen varias traducciones en distintos idiomas. En cuanto a las Instituciones, se puede ver la edición italiana a cargo de P. M. Ernetti, Padva, 1957; la traducción francesa con el texto latino se encuentra en la colección Sources Chrétiennes 109. Las Conferencias, en la edición italiana a cargo de O. Lari, De. Paulinas, 1965; la traducción francesa con texto latino está en Sources Chrétiennes 42-54-64.

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POST-SINODAL CHRISTIFIDELES LAICI SOBRE VOCACIÓN Y MISIÓN DE LOS LAICOS EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO



CAPÍTULO II
SARMIENTOS TODOS DE LA ÚNICA VID
La participación de los fieles laicos en la vida de la Iglesia-Comunión




Formas agregativas de participación

29. La comunión eclesial, ya presente y operante en la acción personal de cada uno, encuentra una manifestación específica en el actuar asociado de los fieles laicos; es decir, en la acción solidaria que ellos llevan a cabo participando responsablemente en la vida y misión de la Iglesia.

En estos últimos años, el fenómeno asociativo laical se ha caracterizado por una particular variedad y vivacidad. La asociación de los fieles siempre ha representado una línea en cierto modo constante en la historia de la Iglesia, como lo testifican, hasta nuestros días, las variadas confraternidades, las terceras órdenes y los diversos sodalicios. Sin embargo, en los tiempos modernos este fenómeno ha experimentado un singular impulso, y se han visto nacer y difundirse múltiples formas agregativas: asociaciones, grupos, comunidades, movimientos. Podemos hablar de una nueva época asociativa de los fieles laicos. En efecto, «junto al asociacionismo tradicional, y a veces desde sus mismas raíces, han germinado movimientos y asociaciones nuevas, con fisonomías y finalidades específicas. Tanta es la riqueza y versatilidad de los recursos que el Espíritu alimenta en el tejido eclesial; y tanta es la capacidad de iniciativa y la generosidad de nuestro laicado»[105].

Estas asociaciones de laicos se presentan a menudo muy diferenciadas unas de otras en diversos aspectos, como en su configuración externa, en los caminos y métodos educativos y en los campos operativos. Sin embargo, se puede encontrar una amplia y profunda convergencia en la finalidad que las anima: la de participar responsablemente en la misión que tiene la Iglesia de llevar a todos el Evangelio de Cristo como manantial de esperanza para el hombre y de renovación para la sociedad.

El asociarse de los fieles laicos por razones espirituales y apostólicas nace de diversas fuentes y responde a variadas exigencias. Expresa, efectivamente, la naturaleza social de la persona, y obedece a instancias de una más dilatada e incisiva eficacia operativa. En realidad, la incidencia «cultural», que es fuente y estímulo, pero también fruto y signo de cualquier transformación del ambiente y de la sociedad, puede realizarse, no tanto con la labor de un individuo, cuanto con la de un «sujeto social», o sea, de un grupo, de una comunidad, de una asociación, de un movimiento. Esto resulta particularmente cierto en el contexto de una sociedad pluralista y fraccionada —como es la actual en tantas partes del mundo—, y cuando se está frente a problemas enormemente complejos y difíciles. Por otra parte, sobre todo en un mundo secularizado, las diversas formas asociadas pueden representar, para muchos, una preciosa ayuda para llevar una vida cristiana coherente con las exigencias del Evangelio y para comprometerse en una acción misionera y apostólica.

Más allá de estos motivos, la razón profunda que justifica y exige la asociación de los fieles laicos es de orden teológico, es una razón eclesiológica, como abiertamente reconoce el Concilio Vaticano II, cuando ve en el apostolado asociado un «signo de la comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo»[106].

Es un «signo» que debe manifestarse en las relaciones de «comunión», tanto dentro como fuera de las diversas formas asociativas, en el contexto más amplio de la comunidad cristiana. Precisamente la razón eclesiológica indicada explica, por una parte, el «derecho» de asociación que es propio de los fieles laicos; y, por otra, la necesidad de unos «criterios» de discernimiento acerca de la autenticidad eclesial de esas formas de asociarse.

Ante todo debe reconocerse la libertad de asociación de los fieles laicos en la Iglesia. Tal libertad es un verdadero y propio derecho que no proviene de una especie de «concesión» de la autoridad, sino que deriva del Bautismo, en cuanto sacramento que llama a todos los fieles laicos a participar activamente en la comunión y misión de la Iglesia. El Concilio es del todo claro a este respecto: «Guardada la debida relación con la autoridad eclesiástica, los laicos tienen el derecho de fundar y dirigir asociaciones y de inscribirse en aquellas fundadas»[107]. Y el reciente Código afirma textualmente: «Los fieles tienen derecho a fundar y dirigir libremente asociaciones para fines de caridad o piedad, o para fomentar la vocación cristiana en el mundo; y también a reunirse para procurar en común esos mismos fines»[108].

Se trata de una libertad reconocida y garantizada por la autoridad eclesiástica y que debe ser ejercida siempre y sólo en la comunión de la Iglesia. En este sentido, el derecho a asociarse de los fieles laicos es algo esencialmente relativo a la vida de comunión y a la misión de la misma Iglesia.



[105] Juan Pablo II, Ángelus (23 Agosto 1987): Insegnamenti, X, 3 (1987) 240.

[106] Conc. Ecum. Vat. II, Dec. sobre el apostolado de los laicos Apostolicam actuositatem, 18.

[107] Ibid., 19. Cf. también Ibid., 15; Id., Const. dogm. sobre la Iglesia Lumen gentium, 37.

[108] C.I.C., can. 215.

LITURGIA DE LAS HORAS - CATEQUESIS PARTE II



Las cuatro semanas del Salterio

    Además del ritmo anual de los tiempos débiles y fuertes, la Liturgia de las Horas contiene un ritmo mensual de cuatro semanas, que se llaman las "cuatro semanas del Salterio", porque a lo largo de ellas se utilizan todos los salmos (excepto tres y algunos pocos fragmentos), pero que no afecta sólo a los salmos sino a todos los textos: en las cuatro semanas se suceden antífonas, lecturas, preces, etc, que se volverán a repetir cuatro semanas más tarde.

    Entonces, cada día será la conjunción de los textos del salterio en cuatro semanas, con los textos del «propio del tiempo», es decir, de los textos que varían a lo largo del año.

El calendario santoral

    Junto con el año litúrgico y el salterio mensual, la Liturgia comprende el recuerdo de los santos y de los hechos memorables de la vida del Señor, o de la Virgen, o de la Iglesia.

    Estas celebraciones intermedias están siempre sujetas a ser combinadas con el año litúrgico, que es mucho más importante que cualquier otra celebración. Las celebraciones que tienen que ver con el año litúrgico, son las Solemnidades del Señor, mientras que las celebraciones del año santoral sólo excepcionalmente son solemnidades, en general suelen ser fiestas (cuando son muy importantes), memorias obligatorias, memorias libres o simples conmemoraciones.

    La memorias (ya sean obligatorias, libres o conmemoriales) son lo más abundante del calendario santoral, su texto principal es la oración final, que recuerda al santo o hecho que se celebra. Los demás textos pueden ser, generalmente, del día que toque en el salterio. La diferencia entre una y otra clase de memoria no está en los textos, sino en que:

-las memorias obligatorias se celebran siempre (¡pero no en los tiempos fuertes, en los que no hay memorias ni obligatorias ni libres!)

-las memorias libres pueden ser rezadas o no, e incluso en un mismo día puede haber para elegir varias memorias libres. Si no se celebra ninguna memoria, se reza el día que toca según el salterio en cuatro semanas y el propio, es decir, la "Feria".

-Las conmemoraciones es un recuerdo de un santo que se hace al final de una celebración de tiempo fuerte, en el que no puede haber memorias, es simplemente el añadido de la oración del santo al final de la Hora.

Resumiendo:

    Solemnidades: las celebraciones más importantes, generalmente propias de los tiempos del año litúrgico, que recuerdan los hechos centrales de la Historia de la Salvación.

    Fiestas: celebraciones también importantes pero más vinculadas al ritmo del calendario santoral (es decir que coinciden con el año civil).

    Memorias (obligatorias y libres): recuerdo de un santo.

    Conmemoraciones:
lo mismo que lo anterior, pero en tiempos fuertes.

    Feria: lo que toca cada día según el salterio en cuatro semanas.

    Rezar la "feria del martes de la tercera semana", por ejemplo, significa simplemente que se rezarán los textos correspondientes al martes de la tercera semana del salterio, sin ninguna otra celebración añadida.


     Fuente: eltestigofiel.org

jueves, 27 de febrero de 2020

CARTA ENCÍCLICA FIDES ET RATIO DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II SOBRE LAS RELACIONES ENTRE FE Y RAZÓN



CAPÍTULO V
INTERVENCIONES DEL MAGISTERIO EN CUESTIONES FILOSÓFICAS





El interés de la Iglesia por la filosofía

61. Si en diversas circunstancias ha sido necesario intervenir sobre este tema, reiterando el valor de las intuiciones del Doctor Angélico e insistiendo en el conocimiento de su pensamiento, se ha debido a que las directrices del Magisterio no han sido observadas siempre con la deseable disponibilidad. En muchas escuelas católicas, en los años que siguieron al Concilio Vaticano II, se pudo observar al respecto una cierta decadencia debido a una menor estima, no sólo de la filosofía escolástica, sino más en general del mismo estudio de la filosofía. Con sorpresa y pena debo constatar que no pocos teólogos comparten este desinterés por el estudio de la filosofía.

Varios son los motivos de esta poca estima. En primer lugar, debe tenerse en cuenta la desconfianza en la razón que manifiesta gran parte de la filosofía contemporánea, abandonando ampliamente la búsqueda metafísica sobre las preguntas últimas del hombre, para concentrar su atención en los problemas particulares y regionales, a veces incluso puramente formales. Se debe añadir además el equívoco que se ha creado sobre todo en relación con las « ciencias humanas ». El Concilio Vaticano II ha remarcado varias veces el valor positivo de la investigación científica para un conocimiento más profundo del misterio del hombre.85 La invitación a los teólogos para que conozcan estas ciencias y, si es menester, las apliquen correctamente en su investigación no debe, sin embargo, ser interpretada como una autorización implícita a marginar la filosofía o a sustituirla en la formación pastoral y en la praeparatio fidei. No se puede olvidar, por último, el renovado interés por la inculturación de la fe. De modo particular, la vida de las Iglesias jóvenes ha permitido descubrir, junto a elevadas formas de pensamiento, la presencia de múltiples expresiones de sabiduría popular. Esto es un patrimonio real de cultura y de tradiciones. Sin embargo, el estudio de las usanzas tradicionales debe ir de acuerdo con la investigación filosófica. Ésta permitirá sacar a luz los aspectos positivos de la sabiduría popular, creando su necesaria relación con el anuncio del Evangelio.86


85 Cf. Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 57 y 62.

86 Cf. ibíd., 44.

PENSAMIENTO DE LOS SANTOS



    Santa Madre Teresa de Calcuta, tú dabas gran valor a la dignidad de cada persona como hijo de Dios "creado para grandes cosas: para amar y ser amado". Inspirados por tu ejemplo y ayudados por tu intercesión, haz que podamos respetar y cuidar el don de la vida desde su concepción hasta su fin natural. Que, reconociendo a cada persona como "mi hermano y mi hermana", podamos amarnos unos a otros con el tierno amor de Dios. Amén

EVANGELIO - 28 de Febrero - San Mateo 9,14-15


    Evangelio según San Mateo 9,14-15.

    Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?".
    Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 28 de Febrero - «Entonces ayunarán»


       San León Magno - Sermón: Conviene renovarnos diariamente 6 de Cuaresma: SC 49, 56-58

«Entonces ayunarán» 

    Amados míos, «la tierra está llena de la misericordia de Dios» (Sal 32,5) en todo tiempo... No obstante, el retorno de los días más particularmente marcados por el misterio de la restauración humana, estos día que preceden a la fiesta de Pascua, nos anima a prepararnos por una purificación religiosa... La fiesta de pascua tiene la particularidad que toda la Iglesia se alegra a causa del perdón de los pecados. Este perdón se realiza no solamente en aquellos que renacen por el bautismo sino también en aquellos que ya forman parte de la comunidad de los hijos (adoptivos) de Dios.

    Es verdad que, principalmente por el baño de un nuevo nacimiento, somos regenerados en hombres nuevos (Tit 3,5). Con todo, nos conviene a todos renovarnos diariamente para combatir el deterioro de nuestra condición mortal y, en las etapas de nuestro progreso, no hay nadie que no tenga que caminar siempre hacia una perfección mayor. Todos debemos esforzarnos para que el día de la redención nadie permanezca en los vicios de otros tiempos.

    Lo que cada cristiano tiene que hacer en todo momento, queridos míos, hay que hacerlo ahora con un empeño mayor y generosidad más grande. Así cumpliremos el ayuno de cuarenta días instituido por los apóstoles, no tanto reduciendo nuestro alimento, sino, sobre todo, guardando abstinencia de nuestros pecados... No hay nada más provechoso que unir a los ayunos razonables de los santos la práctica de la limosna... Bajo el nombre de las obras de misericordia, la limosna engloba las acciones de bondad dignas de elogio, y así las almas de todos los fieles pueden unirse en un mismo mérito, sea cual sea la desigualdad de su condición y sus recursos.

SANTORAL - BEATO CARLOS GNOCCHI

28 de Febrero


    En Milán, Italia, beato Carlos Gnocchi, presbítero, llamado "el apóstol de los mutilados" por su especial dedicación a los huérfanos y heridos de guerra.

    Don Carlos Gnocchi nació el 25 de octubre de 1902, en San Colombano al Lambro, cerca de Lodi, Italia. Fue ordenado sacerdote en 1925, en Milán. Se destacó inmediatamente como notable educador, al punto tal que en 1936 el Cardenal Ildefonso Schuster lo nombró director espiritual de la escuela más prestigiosa de Milán, el Instituto Gonzaga de los Hermanos de las Escuelas Cristianas; en este período estudió intensamente la pedagogía y escribió algunos ensayos sobre estos temas.

    En los años finales de la década del ’30, el mismo Cardenal Schuster le encargó la asistencia de los universitarios de la Segunda Legión de Milán, que comprendía en buena parte estudiantes de la Universidad Católica y muchos ex alumnos del Instituto Gonzaga. Como es sabido en 1940 Italia entró en la Segunda Guerra Mundial y muchos jóvenes estudiantes fueron enviados al frente de batalla. Don Carlos no quiso abandonar a sus jóvenes en estos momentos de peligro y se enroló como capellán voluntario del batallón "Val Tagliamento" de los alpinos, destinado al frente griego-albanés. Después de un breve intervalo en Milán, en 1942 volvió a partir, esta vez al frente ruso con los alpinos de la Tridentina. En enero de 1943 comenzó la dramática retirada del contingente italiano derrotado en aquel frente; retirada devastadora que sembró de muertos las heladas tierras rusas: "setecientos kilómetros de marcha en la estepa blanca y sin confines, sobre la nieve harinosa, entumecidos por el viento helado, flagelados por la tormenta, con 40 grados bajo cero, sin víveres, con pocas municiones arrastradas fatigosamente sobre los trineos sobrevivientes, durmiendo al descampado, a veces caminando durante la noche, atacados rabiosamente por el enemigo, agredidos a traición por los partisanos, asaltados a cada momento por tanques enemigos, bajo la pesadilla de las incursiones aéreas, cuando los camiones se detenían por falta de combustible, la artillería quedaba bloqueada por la nieve, las mulas caían extenuadas por el frío y la fatiga, las armas se encasquillaban por el hielo, la fila de los combatientes menguaba poco a poco por los caídos, los heridos y los congelados; quince días de marchas y combates, de vigilias y hambre, de privaciones y heroísmos en la más inhóspita y cruel de las estaciones y de las tierras europeas, contra enemigos aguerridos y enardecidos por el éxito, constituyen una de las más altas victorias del espíritu sobre la materia, de la voluntad por sobre la fortuna adversa, y una de las más luminosas afirmaciones de la grandeza de nuestro pueblo", escribía Don Carlos Gnocchi en uno de sus más conocidos escritos: "Cristo con los alpinos".

    Fue precisamente su experiencia del dolor en esta terrible huida la que inspiró su futura fundación. Habiendo caído a un costado de la helada ruta rusa junto a un grupo de agotados soldados y a punto de morir, un vehículo militar que pasaba intentó llevarlo sólo a él hasta la próxima base militar, pues no tenían más lugares en el transporte, dejando allí agonizando al resto de los soldados. Don Carlos se negó a abandonar a los suyos; pero estos le insistieron diciendo: "Vaya, Capellán, y ayude a nuestros hijos, ampare usted a nuestros huérfanos". Sólo ante la impresión de este conmovedor testamento, aceptó ser trasladado al hospital militar, terminando de este modo su participación en la guerra.

    Ya nuevamente en Italia, a partir de 1945, comenzó a diseñar su proyecto para ayudar a los mutilados de guerra y a los hijos de los sobrevivientes; lo que le daría el título de "padre de los mutiladitos". En 1949 su obra obtuvo el primer reconocimiento oficial, llamándose "Federación por la Infancia Mutilada"; más tarde sería reemplazada por la "Fundación por la Juventud".

    Don Carlos murió el 28 de febrero de 1956, tras una dolorosa enfermedad. Durante los últimos meses de vida redactó su opúsculo "Pedagogía del dolor inocente", auténtico testamento espiritual donde toca las cumbres del sentido cristiano del dolor.

Oremos 

     Oh Dios, tú eres nuestro Padre, y en Jesucristo nos haces hermanos, te damos gracias por habernos dado a Don Carlos Gnocchi que la Iglesia venera como beato. Danos su profunda fe, su esperanza tenaz, su ardiente caridad, para que podamos seguir su ejemplo heroico, de ayudar en la vida de cada hombre "golpeado y despojado por el dolor".Que Don Carlos nos enseñe a buscarte cada día en los más frágiles, en los ojos castos de los niños, en la sonrisa cansada de los ancianos, en el ocaso de los moribundos, para amarte cada día con el"incansable trabajo de la ciencia, con las obras de la solidaridad humana y en los prodigios de la caridad sobrenatural". Amén

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL CHRISTUS VIVIT



Capítulo cuarto
El gran anuncio para todos los jóvenes



¡Él vive!

124. Pero hay una tercera verdad, que es inseparable de la anterior: ¡Él vive! Hay que volver a recordarlo con frecuencia, porque corremos el riesgo de tomar a Jesucristo sólo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace dos mil años. Eso no nos serviría de nada, nos dejaría iguales, eso no nos liberaría. El que nos llena con su gracia, el que nos libera, el que nos transforma, el que nos sana y nos consuela es alguien que vive. Es Cristo resucitado, lleno de vitalidad sobrenatural, vestido de infinita luz. Por eso decía san Pablo: «Si Cristo no resucitó vana es la fe de ustedes» (1 Co 15,17).

125. Si Él vive, entonces sí podrá estar presente en tu vida, en cada momento, para llenarlo de luz. Así no habrá nunca más soledad ni abandono. Aunque todos se vayan Él estará, tal como lo prometió: «Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Él lo llena todo con su presencia invisible, y donde vayas te estará esperando. Porque Él no sólo vino, sino que viene y seguirá viniendo cada día para invitarte a caminar hacia un horizonte siempre nuevo.

126. Contempla a Jesús feliz, desbordante de gozo. Alégrate con tu Amigo que triunfó. Mataron al santo, al justo, al inocente, pero Él venció. El mal no tiene la última palabra. En tu vida el mal tampoco tendrá la última palabra, porque tu Amigo que te ama quiere triunfar en ti. Tu salvador vive.

127.
Si Él vive eso es una garantía de que el bien puede hacerse camino en nuestra vida, y de que nuestros cansancios servirán para algo. Entonces podemos abandonar los lamentos y mirar para adelante, porque con Él siempre se puede. Esa es la seguridad que tenemos. Jesús es el eterno viviente. Aferrados a Él viviremos y atravesaremos todas las formas de muerte y de violencia que acechan en el camino.

128.
Cualquier otra solución será débil y pasajera. Quizás servirá para algo durante un tiempo, y de nuevo nos encontraremos desprotegidos, abandonados, a la intemperie. Con Él, en cambio, el corazón está arraigado en una seguridad básica, que permanece más allá de todo. San Pablo dice que él quiere estar unido a Cristo para «conocer el poder de su resurrección» (Flp 3,10). Es el poder que se manifestará una y otra vez también en tu existencia, porque Él vino para darte vida, «y vida en abundancia» (Jn 10,10).

129. Si alcanzas a valorar con el corazón la belleza de este anuncio y te dejas encontrar por el Señor; si te dejas amar y salvar por Él; si entras en amistad con Él y empiezas a conversar con Cristo vivo sobre las cosas concretas de tu vida, esa será la gran experiencia, esa será la experiencia fundamental que sostendrá tu vida cristiana. Esa es también la experiencia que podrás comunicar a otros jóvenes. Porque «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva».

miércoles, 26 de febrero de 2020

CARTA ENCÍCLICA FIDES ET RATIO DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II SOBRE LAS RELACIONES ENTRE FE Y RAZÓN



CAPÍTULO V
INTERVENCIONES DEL MAGISTERIO EN CUESTIONES FILOSÓFICAS




El interés de la Iglesia por la filosofía

60. El Concilio Ecuménico Vaticano II, por su parte, presenta una enseñanza muy rica y fecunda en relación con la filosofía. No puedo olvidar, sobre todo en el contexto de esta Encíclica, que un capítulo de la Constitución Gaudium et spes es casi un compendio de antropología bíblica, fuente de inspiración también para la filosofía. En aquellas páginas se trata del valor de la persona humana creada a imagen de Dios, se fundamenta su dignidad y superioridad sobre el resto de la creación y se muestra la capacidad trascendente de su razón.80 También el problema del ateísmo es considerado en la Gaudium et spes, exponiendo bien los errores de esta visión filosófica, sobre todo en relación con la dignidad inalienable de la persona y de su libertad.81 Ciertamente tiene también un profundo significado filosófico la expresión culminante de aquellas páginas, que he citado en mi primera Encíclica Redemptor hominis y que representa uno de los puntos de referencia constante de mi enseñanza: « Realmente, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado. Pues Adán, el primer hombre, era figura del que había de venir, es decir, de Cristo, el Señor. Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación ».82

El Concilio se ha ocupado también del estudio de la filosofía, al que deben dedicarse los candidatos al sacerdocio; se trata de recomendaciones extensibles más en general a la enseñanza cristiana en su conjunto. Afirma el Concilio: « Las asignaturas filosóficas deben ser enseñadas de tal manera que los alumnos lleguen, ante todo, a adquirir un conocimiento fundado y coherente del hombre, del mundo y de Dios, basados en el patrimonio filosófico válido para siempre, teniendo en cuenta también las investigaciones filosóficas de cada tiempo ».83

Estas directrices han sido confirmadas y especificadas en otros documentos magisteriales con el fin de garantizar una sólida formación filosófica, sobre todo para quienes se preparan a los estudios teológicos. Por mi parte, en varias ocasiones he señalado la importancia de esta formación filosófica para los que deberán un día, en la vida pastoral, enfrentarse a las exigencias del mundo contemporáneo y examinar las causas de ciertos comportamientos para darles una respuesta adecuada.84


80 Cf. nn. 14-15.

81 Cf. ibíd., 20-21.

82 Ibíd., 22; cf. Enc. Redemptor hominis (4 de marzo de 1979), 8: AAS 71 (1979), 271-272.

83 Decr. Optatam totius, sobre la formación sacerdotal, 15.

84 Cf. Const. ap. Sapientia christiana (15 de abril de 1979), arts. 79-80: AAS 71 (1979), 495-496; Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis (25 de marzo de 1992), 52: AAS 84 (1992), 750-751. Véanse también algunos comentarios sobre la filosofía de Santo Tomás: Discurso al Pontificio Ateneo Internacional Angelicum (17 de noviembre de 1979): Insegnamenti II, 2 (1979), 1177-1189; Discurso a los participantes en el VIII Congreso Tomista Internacional (13 de septiembre de 1980): Insegnamenti III, 2 (1980), 604-615; Discurso a los participantes en el Congreso Internacional de la Sociedad « Santo Tomás » sobre la doctrina del alma en S. Tomás (4 de enero de 1986): Insegnamenti IX, 1 (1986), 18-24. Además, S. Congr. para la Educación Católica, Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis (6 de enero de 1970), 70-75: AAS 62 (1970), 366-368; Decr. Sacra Theologia (20 de enero de 1972): AAS 64 (1972), 583-586.

PENSAMIENTO DE LOS SANTOS



    Santa Madre Teresa de Calcuta, tú dabas gran valor a la dignidad de cada persona como hijo de Dios "creado para grandes cosas: para amar y ser amado". Inspirados por tu ejemplo y ayudados por tu intercesión, haz que podamos respetar y cuidar el don de la vida desde su concepción hasta su fin natural. Que, reconociendo a cada persona como "mi hermano y mi hermana", podamos amarnos unos a otros con el tierno amor de Dios. Amén

EVANGELIO - 27 de Febrero - San Lucas 9,22-25


    Evangelio según San Lucas 9,22-25.


    Jesús dijo a sus discípulos: "El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día".
    Después dijo a todos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga.
    Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.
    ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 27 de Febrero - «Que cada día tome su cruz y me siga»


       Santa Madre Teresa de Calcuta El Gozo del Don: Solo muriendo contigo podremos resucitar

«Que cada día tome su cruz y me siga» 

    Señor, que tu crucifixión y tu resurrección nos enseñen a afrontar las luchas de la vida cotidiana y a atravesar las angustias de la muerte a fin de que vivamos una vida más plena y más creadora. Paciente y humildemente has aceptado los fracasos de la vida humana, como son los sufrimientos de tu crucifixión. Ayúdanos a aceptar las penas y las luchas que nos trae cada día como ocasiones de crecer y asemejarte mejor. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con valentía, con plena confianza en tu protección. Haznos comprender que no llegaremos a la plenitud de la vida si no es a través de una incesante muerte de nosotros mismos y de nuestros deseos egoístas, porque es solamente muriendo contigo que podremos contigo resucitar.

SANTORAL - SAN GREGORIO DE NAREK

27 de Febrero


    En el monasterio de Narek, en Armenia, san Gregorio, monje, doctor de los armenios, ilustre por su doctrina, sus escritos y su sabiduría mística.

    Nació hacia el 950 en una familia de eclesiásticos ilustrados. San Gregorio ingresó al monasterio de Narek, en el sudeste del lago Van (en la actualidad perteneciente a Turquía) siendo de joven edad. Cercano ya al primer milenio del cristianismo, el monasterio de Narek se alzaba como un floreciente centro de estudios. Eran estos tiempos de relativa calma, tiempos de creatividad, antes de que las invasiones mongolas y turcas cambiaran Armenia para siempre. Armenia esperimentó en esa época un renacimiento de su literatura, pintura, arquitectura y teología, de los que san Gregorio fue una figura central. Su obra de madurez fue el «Libro de Oraciones». Él mismo pensó en esta obra como su testamento: «Sus letras son como mi cuerpo, y su significado como mi alma» (oración 54e), y llamó a su obra una «enciclopedia de oración para todas las naciones»; tenía la esperanza de que su obra sirviera de guía para todos los hombres en cualquier situación. San Gregorio busca responder a la pregunta de que podemos ofrecerle a Dios, que ya tiene todo, y encuentra que lo mejor que podemos es ofrecerle los «suspiros del corazón» (frase con la que encabeza cada oración), que él plasma en estas oraciones, a veces llamadas también Lamentaciones. Según parece, escribió su libro tras una penosa y debilitante enfermedad:

    Los tormentos de mis enfermedades [...] como un cáncer que se disemina, han tocado todas las partes de mi cuerpo, no hay bálsamo -como no lo hubo para Israel- para mis innumerables llagas, cada parte de mi cuerpo, de la cabeza a los pies, está enferma y alejada del auxilio de los médicos. Pero tú, misericordioso, benéfico, bendito, de largos sufrimientos, rey inmortal, escucha por misericordia las oraciones de mi asediado corazón cuando a ti grito, Señor, en el tiempo de mi necesidad. (oración 18k, trad. del inglés)

    En 95 oraciones llenas de gracia, san Gregorio lleva a plenitud la expresividad de la lengua clásica armenia para traducir los suspiros del corazón contrito y humillado en una ofrenda de palabras agradables a Dios; el resultado es un edificio de la fe para todas las edades, de rica imaginería, teología sutil, erudición bíblica, unidos a la inmediatez sincera de su comunicación con Dios. San Gregorio dejó este mundo hacia el 1005, pero a través de su obra su voz continúa hablando.

    Esta breve noticia proviene de un sitio web en inglés dedicado al Libro de Oraciones de san Gregorio. Lamentablemente las referencias al santo en Occidente son escasísimas, prácticamente no hay datos sobre él en los santorales, incluso en los muy completos, ya que su incorporación al Martirologio Romano es reciente. El lector puede atisbar la belleza de su obra en dicho web, donde está volcado por entero al inglés por Thomas J. Samuelian, autor también del web.

    San Gregorio fue un distinguido teólogo y uno de los poetas más importantes de la literatura armenia. Entre sus obras se destacan un Comentario sobre el Cantar de los Cantares, muchos panegíricos y una colección de noventa y cinco oraciones en forma poética llamada “Narek”, por el monasterio en el que vivió. Murió alrededor del año 1005 y fue enterrado en el mismo monasterio. Su tumba fue el destino de peregrinaciones hasta la época de las masacres perpetradas por los turcos.

EL CANON DE LAS ESCRITURAS

ANTIGUO TESTAMENTO 
PENTATEUCO


    El título del libro es antiguo, aunque no original. Mientras el libro de Josué se centra en un único protagonista, que le da su nombre, este otro se reparte entre muchos protagonistas sucesivos, que quedan asumidos bajo un título común. «Juez» es un oficio bastante definido y homogéneo; en cambio, al leer el libro nos encontramos con jefes militares, una profetisa, un extraño soldado consagrado, un usurpador y varios jefes pacíficos mal definidos, entre otros. Para ganar en claridad podríamos reunir en un grupo a los personajes que intervienen militarmente contra la opresión o la agresión extranjera –los llamados jueces mayores–, y en otro, al resto, registrado en forma de lista en 10,1-5 y 12,8-15 –los jueces menores–. De estos últimos no se cuentan maravillosas hazañas, no han merecido cantos épicos; solamente se consigna que se sucedieron en el cargo de «jueces», lo ejercieron vitaliciamente durante veintitrés, veintidós, siete, diez, ocho años, murieron y fueron sepultados en su tierra. Estos personajes aparecen en una lista de fórmulas repetidas, con todas las apariencias de lista oficial, conservada quizás en los archivos de la administración judicial. En cambio, los «jueces mayores» no se suceden continuamente, sino que surgen cuando el Espíritu del Señor los arrebata; no dirimen litigios, sino vencen al enemigo en campaña abierta o con estratagemas; rehúsan un cargo vitalicio, como Gedeón (8,22s), o mueren relativamente jóvenes, como Sansón. El sociólogo Max Weber llamó a los mayores «jefes carismáticos», con una fórmula que ha hecho fortuna, porque contrapone la institución (jueces menores) al carisma (jueces mayores).


Composición y contexto histórico del libro

    ¿Cómo se explica la unificación de este material heterogéneo? Podemos imaginarnos así el trabajo del autor que compuso el libro definitivo –sin bajar a muchos detalles–: Quiso llenar el espacio de vacío histórico que discurre en el suelo de Canaán antes de la monarquía, de manera que aparezca una continuidad. Para ello echa mano del material antiguo a su disposición: por una parte, «cantares de gesta» típicos de una edad heroica, transmitidos oralmente y recogidos en colecciones menores; por otra, una lista de funcionarios centrales, que representan una verdadera institución. Con estos materiales heterogéneos construye una historia seguida, una cronología sin huecos. Realiza un trabajo de unificación, superpuesto al material preexistente.
    El libro logra presentar una continuidad de salvación. Esa continuidad se desenvuelve en una alternancia irregular de momentos espectaculares y tiempos cotidianos. Todo el material está proyectado sobre la totalidad de Israel, sean los jueces institucionales (hecho probablemente histórico), sean los liberadores locales o los de la confederación.
    En una primera operación tenemos que dividir el libro en una sección inicial que se refiere todavía a la conquista (1,1–2,10), un cuerpo que comprende los jueces y salvadores (2,11–16,31), un par de episodios tribales «antes de la monarquía» (17–21). En el libro de los Jueces, como en pocos del Antiguo Testamento, se puede apreciar la existencia de materiales antiguos y la elaboración artificiosa en un conjunto unificado. El material antiguo se remonta por etapas orales hasta poco después de los hechos; la composición final parece caer en tiempo del destierro, como parte de la gran Historia Deuteronomística.
    El balance final es que no podemos reconstruir una historia del período. Pero sí podemos saborear unos cuantos relatos magistrales.


Mensaje religioso

    La idea teológica que recorre todo el Deuteronomio, la fragilidad humana y la inagotable paciencia y providencia de Dios aparece en el libro de los Jueces como un componente del esquema narrativo con que viene tratado cada episodio: pecado del pueblo, castigo a manos de los enemigos y la aparición de un salvador carismático que lleva de nuevo a la comunidad recalcitrante a los caminos de Dios. Un paso más en la afirmación de la fe de Israel en tiempos difíciles: Dios no abandonará a su pueblo.


Fuente: La BIBLIA de NUESTRO PUEBLO
Texto: LUIS ALONSO SCHÖKE