jueves, 1 de julio de 2021

EVANGELIO - 02 de Julio - San Mateo 9,9-13.


        Libro de Génesis 23,1-4.19.24,1-12.15-16.23-25.32-34.37-38.57-59.61-67.

    Sara vivió ciento veintisiete años, y murió en Quiriat Arbá - actualmente Hebrón - en la tierra de Canaán. Abraham estuvo de duelo por Sara y lloró su muerte.
    Después se retiró del lugar donde estaba el cadáver, y dijo a los descendientes de Het: "Aunque yo no soy más que un extranjero residente entre ustedes, cédanme en propiedad alguno de sus sepulcros, para que pueda retirar el cadáver de mi esposa y darle sepultura".
    Luego Abraham enterró a Sara en la caverna del campo de Macpelá, frente a Mamré, en el país de Canaán.
    Abraham ya era un anciano de edad avanzada, y el Señor lo había bendecido en todo.
    Entonces dijo al servidor más antiguo de su casa, el que le administraba todos los bienes: "Coloca tu mano debajo de mi muslo, y júrame por el Señor, Dios del Cielo y de la tierra, que no buscarás una esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos, con los que estoy viviendo, sino que irás a mi país natal, y de allí traerás una esposa para Isaac".
    El servidor le dijo: "Si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿debo hacer que tu hijo regrese al país de donde saliste?".
    "Cuídate muy bien de llevar allí a mi hijo", replicó Abraham.
    "El Señor, Dios del cielo, que me sacó de mi casa paterna y de mi país natal, y me prometió solemnemente dar esta tierra a mis descendientes, enviará su Ángel delante de ti, a fin de que puedas traer de allí una esposa para mi hijo.
    Si la mujer no quiere seguirte, quedarás libre del juramento que me haces; pero no lleves allí a mi hijo".
    El servidor puso su mano debajo del muslo de Abraham, su señor, y le prestó juramento respecto de lo que habían hablado.
    Luego tomó diez de los camellos de su señor, y llevando consigo toda clase de regalos, partió hacia Arám Naharaim, hacia la ciudad de Najor.
    Allí hizo arrodillar a los camellos junto a la fuente, en las afueras de la ciudad. Era el atardecer, la hora en que las mujeres salen a buscar agua.
    Entonces dijo: "Señor, Dios de Abraham, dame hoy una señal favorable, y muéstrate bondadoso con mi patrón Abraham.
    Aún no había terminado de hablar, cuando Rebeca, la hija de Betuel - el cual era a su vez hijo de Milcá, la esposa de Najor, el hermano de Abraham - apareció con un cántaro sobre el hombro.
    Era una joven virgen, de aspecto muy hermoso, que nunca había tenido relaciones con ningún hombre. Ella bajó a la fuente, llenó su cántaro, y cuando se disponía a regresar, después le preguntó: "¿De quién eres hija? ¿Y hay lugar en la casa de tu padre para que podamos pasar la noche?".
    Ella respondió: "Soy la hija de Betuel, el hijo que Milcá dio a Najor".
    Y añadió: "En nuestra casa hay paja y forraje en abundancia, y también hay sitio para pasar la noche".
    El hombre entró en la casa. En seguida desensillaron los camellos, les dieron agua y forraje, y trajeron agua para que él y sus acompañantes se lavaran los pies.
    Pero cuando le sirvieron de comer, el hombre dijo: "No voy a comer, si antes no expongo el asunto que traigo entre manos". "Habla", le respondió Labán.
    El continuó: "Yo soy servidor de Abraham.
    Ahora bien, mi patrón me hizo prestar un juramento diciendo: "No busques una esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos, en cuyo país resido.
    Ve, en cambio, a mi casa paterna, y busca entre mis familiares una esposa para mi hijo".
    Ellos dijeron: "Llamemos a la muchacha, y preguntémosle qué opina".
    Entonces llamaron a Rebeca y le preguntaron: "¿Quieres irte con este hombre?". "Sí", respondió ella.
    Ellos despidieron a Rebeca y a su nodriza, lo mismo que al servidor y a sus acompañantes, Rebeca y sus sirvientas montaron en los camellos y siguieron al hombre. Este tomó consigo a Rebeca, y partió.
    Entretanto, Isaac había vuelto de las cercanías del pozo de Lajai Roí, porque estaba radicado en la región del Négueb.
    Al atardecer salió a caminar por el campo, y vio venir unos camellos.
    Cuando Rebeca vio a Isaac, bajó del camello y preguntó al servidor: "¿Quién es ese hombre que viene hacia nosotros por el campo?". "Es mi señor", respondió el servidor. Entonces ella tomó su velo y se cubrió.
    El servidor contó a Isaac todas las cosas que había hecho, y este hizo entrar a Rebeca en su carpa. Isaac se casó con ella y la amó. Así encontró un consuelo después de la muerte de su madre.


Salmo 106(105),1-2.3-4a.4b-5.


¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
¿Quién puede hablar de las proezas del Señor
y proclamar todas sus alabanzas?

¡Felices los que proceden con rectitud,
los que practican la justicia en todo tiempo!
Acuérdate de mi, Señor,
por el amor que tienes a tu pueblo;

para que vea la felicidad de tus elegidos,
para que me alegre con la alegría de tu nación
y me gloríe con el pueblo de tu herencia.


    Evangelio según San Mateo 9,9-13.


    Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió.
    Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos.
    Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?".
    Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
    Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 02 de Julio - “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”


San Francisco de Asís (1182-1226) fundador de los Hermanos menores Carta a un superior de la orden franciscana

“No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”

    Y en esto quiero saber si tú amas al Señor y a mí, siervo suyo y tuyo, si haces esto, o sea que no haya ningún hermano en el mundo que, habiendo pecado todo lo que se puede pecar, y después de haber visto tus ojos, no se vaya nunca sin tu misericordia, si pidió misericordia. Y si no la pide, pregúntale tú a él si la quiere. Y si luego pecara mil veces ante tus ojos, ámalo más que a mí, para que lo atraigas al Señor; y compadécete siempre de esos tales... Si alguno de los frailes peca mortalmente por instigación del enemigo, tendrá que recurrir, por obediencia, a su guardián. Y todos los frailes que sepan que ha pecado, no lo avergüencen ni hablan mal de él, mas tengan gran misericordia con él y tengan muy secreto el pecado de su hermano, porque no necesitan de médico los sanos, sino los enfermos. (Mt 9,12)… Igualmente estén obligados, por obediencia, a mandarlo a su custodio con un compañero. Y el custodio se comporte misericordiosamente con él, como quería que se comportaran con él, si se viese en un caso semejante. Y si cayera en otro pecado venial, se confiese con un hermano suyo sacerdote. Y si no hubiese un sacerdote, se confiese con otro hermano suyo, hasta que haya un sacerdote que lo absuelva canónicamente, como se ha dicho. Y éste no tenga potestad de imponer más penitencia que esta: "Vete y no peques más".(Jn 8,11)

FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DEL HUERTO

02 de Julio

    Surgió como una promesa ante la protección brindada en una epidemia de peste en 1493. Pero en 1609 y 1610 se apareció a dos videntes derramando gracias de curaciones y otros prodigios. En 1613 se le levantó un templo a la patrona de Chavari. En 1809 San Antonio María Gianelli funda en la misma ciudad la Congregación Hijas de María Santísima del Huerto muy conocida en las América y España. Y a un kilómetro y medio de Belén, Monseñor Mariano Soler (Arzobispo de Montevideo) funda en 1901 un santuario Argentino-Uruguayo dedicado a Nuestra Señora del Huerto y regido por tal congregación. En el lugar en que según la tradición se escribió el Cantar de los Cantares.

La Aparición de Chiavari

    En 1493 una grave epidemia de cólera azotó a la ciudad de Génova, alcanzando la vecina localidad de Chiavari. Donde María Turquina Quercio, piadosa mujer del suburbio de Rupinaro, prometió a la Virgen una señal de público reconocimiento si la mantenía inmune a la peste. Superado el flagelo, María Turquina encargó al artista Benedicto Borzone pintar sobre un muro del huerto ubicado entre el Palacio de Gobierno y el puerto, una imagen de la Santa Madre y el Niño. Que debía ser venerada por los transeúntes que, en su diario trajín, no tenían tiempo de entrar al templo para orar. Con el paso de los años el huerto fue transformado en depósito y chiquero.

    Pero la bella pintura siguió allí, manteniendo su aspecto y tonalidad y llamando poderosamente la atención de quienes pasaban por el lugar. En 1528 la peste volvió a castigar la Liguria, abatiéndose con especial fuerza en Chiavari, hecho que acrecentó la devoción por la imagen.

    Por esa razón, las autoridades de la ciudad decidieron construirle un altar que permitiese a los fieles inclinarse y orar ante ella. La noche del 18 de diciembre de 1609, Gerónima Turrio, una lavandera del barrio de Rupinaro, rezaba frente a la Virgen cuando, repentinamente, la pintura comenzó a irradiar una luz intensa.

    El prodigio se conoció en los alrededores y al cabo de un tiempo, cientos de peregrinos comenzaron a acudir al lugar para implorar gracias. La fama de Nuestra Señora del Huerto se vio reforzada el 2 de julio de 1610 cuando, en horas de la mañana, se le apareció a Sebastián Descalzo, un humilde poblador de las inmediaciones.

    Quien en esos momentos caminaba desde su casa al suburbio de Carrasco, recitando sus oraciones. Transitaba Sebastián la plaza de la ciudad cuando vio frente a sí a la Virgen bendita luciendo un hermoso manto celeste. Poco después, comenzaron los milagros.

    Una rajadura que atravesó el muro de un extremo a otro de la pintura, se reparó sola, sin la intervención de ningún albañil. Otro día, frente a su imagen, dos enemigos acérrimos fray Miguel Raggio y Battino Marini, se reconciliaron dándose el abrazo de la paz. Y al cabo de un tiempo se producían curaciones, se solucionaban diferendos y se concedían peticiones, todo por medio de la Virgen del Huerto.

    La aparición de María en el huerto de Chiávari respondía al designio de la Providencia que quería suscitar un despertar en la fe y en la piedad mediante el culto de María, Mediadora y Corredentora del género humano. María concedió una lluvia de dones y gracias: curaciones de enfermedades, extinción de odios y enemistades y conquistó el corazón aún de los incrédulos.

    La fama de estas maravillas se divulgó acrecentando más la devoción entre los chiavareses y las poblaciones vecinas, de tal manera que se originó una reforma general de vida. Fueron desterradas las diversiones ilícitas; se volvió a la devoción, a una enmienda en el lenguaje, a la sinceridad en las obras, a la prontitud en los actos religiosos, a la oración. Fueron a postrarse delante de la imagen aquellos que la habían profanado con sus juegos y blasfemias.

La Imagen


    La imagen representa a la Virgen en el acto de estrechar en su seno con la mano izquierda al Niño Jesús, que se toma de su cuello. Mientras que con la mano derecha sostiene alzado el pequeño brazo del Hijo para bendecir a la ciudad ya cualquiera que tuviese la gracia de pasar delante de ella. En torno a la cabeza de la Virgen se leen las palabras del saludo angélico: Ave gratia plena, y, más alto, la frase bíblica: Hortus Conclusus.

    El conjunto de la imagen es una admirable representación pictórica de la palabras inspiradas del salmista: “Has sostenido mi mano derecha y me has guiado según tu voluntad”. La obra de Borzone logró conseguir una belleza incomparable, ya por la profunda verdad teológica que encarna, ya por la feliz disposición de las figuras y por la frescura y naturalidad del colorido. La imagen de María que sostiene levantado el brazo del Hijo para bendecir, era común en el siglo XV. Pero en las representaciones de aquel tiempo la bendición de Jesús era sólo para el pequeño Juan Bautista.

    El pintor Borzone, por el contrario, sustituye al pequeño hijo de Isabel por una numerosa familia de almas que imploran la bendición del Hijo de María.Y haciéndolo así prolonga el horizonte del cuadro de un círculo restringido de un episodio familiar, a la vida de un pueblo entero. Más aún, de toda la humanidad, para confirmar el poder y la bondad de la Madre Divina, solícita y piadosa hacia las necesidades de todos los hombres redimidos con la sangre de su Hijo.

    La imagen da hacia la plaza, mirando con el rostro al poniente y con los ojos hacia Chiávari. Encontrándose situada en el ángulo del camino, resulta muy visible a cuantos, ciudadanos o forasteros, deben entrar en aquella plaza, que es muy frecuentada por ser camino obligado para las comunicaciones con los valles. La Turquina había escogido el lugar más apropiado para colocar a la Virgen Madre exactamente sobre el camino de los chiavareses y de los forasteros. Una posición muy adecuada para provocar el encuentro entre la Madre y sus hijos.


Santa Patrona de Chiavari
    

    El día 27 de julio de 1610 se congregó todo el pueblo para un acto de pública veneración. Después del canto de las letanías, entonadas por el vicario, hizo el primer panegírico de la Virgen del Huerto el Padre Gavanto, uno de los más insignes teólogos de entonces. Con el consentimiento del Vicario, en lugar del simple nicho se construyó una capilla, para preservar mejor la sagrada imagen de los peligros de la intemperie. El 25 de marzo de 1612 el canónigo Bartolomé Chiappe celebraba en la capilla de la Virgen del Huerto la primer Misa solemne. Finalmente se decidió construir una nueva Iglesia que fuera una digna respuesta de las muestras de predilección que María hacía a los del pueblo.
    
    El 1 de julio de 1613 se puso la primera piedra del templo de María del Huerto, bendecida por Mons. Papiniano Denalio, vicario general de la curia de Génova. Dentro de la piedra fue encerrada una medalla de plata representando a la Virgen del Huerto. Los trabajos para levantar el Santuario requirieron años y a menudo fueron suspendidos por falta de fondos.

    Para poder continuar con esta obra contribuyó mucho la familia Costaguta, que se comprometió a levantar el Coro y la Capilla Mayor a sus expensas.La inauguración con la bendición del templo se hizo el 23 de noviembre de 1633. Terminada la construcción del Santuario se iniciaron enseguida los preparativos para el traslado de la sagrada imagen a la capilla central, al puesto de honor.

    Se fijó como fecha el día 8 de septiembre de 1634. El 7 de marzo de 1634 el Consejo de Gobierno de la ciudad declaró a la Virgen del Huerto patrona de la población y del distrito de Chiávari. Y el 8 de septiembre el sector de la pared donde se hallaba pintada la imagen fue trasladado al Altar Mayor del santuario, inaugurado el año anterior.

    En 1769 Nuestra Señora del Huerto fue solemnemente coronada con oro del Capitolio Vaticano y su iglesia entregada a la congregación de los Carmelitas Descalzos quienes la tuvieron en su poder hasta 1797, cuando al proclamar Napoleón la República Ligur, se alejaron.

    En 1892, instituida la nueva diócesis de Chiavari, S.S. León XIII elevó el santuario a Catedral designando dos años después a su primer obispo, Monseñor Fortunato Vinelli. El 3 de julio de 1907 San Pío X la elevó a Basílica.


Hijas de María Santísima del Huerto

    La Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, conocidas también como Gianellinas, es fundada por Antonio María Gianelli, obispo de Bobbio, (Sacerdote nombrado Santo por la Iglesia Católica Apostólica Romana) el 12 de enero de 1829 en la ciudad de Chiávari, provincia de Liguria, Italia.

    En 1846, fallece el Santo Fundador, y cinco años después (en 1853) la Iglesia Católica Diocesana reconoce oficialmente al Instituto. Este reconocimiento otorga un nuevo impulso a la Institución, y en 1856, ocho religiosas gianellinas expanden la obra de Gianelli hacia el continente americano, llegando ese año a Montevideo, Uruguay.

    Dos años después (1858) la Congregación llega a Argentina.En 1868, el Instituto consigue la aprobación pontificia. En 1882, la Santa Sede de la Iglesia Católica aprueba las Constituciones. Durante el siglo XX, el Instituto sigue su expansión por América, Asia y África.

    En 1901, la Congregación asume la custodia del Santuario del Hortus Conclusus, en Ortás, cerca de Belén (Palestina) y sucesivamente la dirección del orfanato anexo. En 1908 llegan a Brasil; en 1915 a Chile; en 1945 a Paraguay; en 1949 a España; en 1962 a los EE. UU.; en 1979 a India; en 1989 a la República Democrática del Congo y, por último, en 2001 en Bolivia, en la extremadamente pobre ciudad de Potosí.

    Las hijas de María Santísima del Huerto se expandieron por 13 países entre los que se encontraba Jordania. Del cual se retiraron recientemente debido a la inestabilidad del lugar y a la dificultad de llevar adelante su obra por la falta de recursos humanos, quedando actualmente la congregación presente en 12 países.

El "Hortus Conclusus" de Tierra Santa

        Las palabras latinas Hortus Conclusus, significan Huerto Cerrado, y se aplican a María Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra. En Tierra Santa, en las inmediaciones de Belén, existe el verdadero Hortus Conclusus, bíblico, figura de María.

    Por iniciativa del gran devoto de María del Huerto, Mons. Mariano Soler, Arzobispo de Montevideo, allí, en ese Huerto sagrado, las Repúblicas Uruguaya y Argentina han levantado un Santuario dedicado a Nuestra Señora del Huerto. Con la ayuda del pueblo uruguayo y argentino se levantó ese santuario en sólo cuatro años(fue terminado en 1901).

    Además, muchas de las primeras hermanas que fueron eran argentinas, por lo cual se llamó al Santuario “El rincón argentino en Tierra Santa”. El Santuario argentino – uruguayo dedicado a Nuestra Señora del Huerto se encuentra ubicado en la localidad de Ortás, a un kilómetro y medio al sur de Belén.

    Según una tradición fue aquí donde se escribió el Cantar de los Cantares. Ciertamente que al menos se inspiró en ese valle para escribir ese libro de la Biblia, pues las expresiones que encontramos en el Cantar de los Cantares sobre vegetación, jardines, sobre hermosura natural, no se encuentran en ningún lugar de Judea a excepción del Valle de Ortás.


Oración a Nuestra Señora del Huerto

Oh, María del Huerto! Madre piadosísima,
dignaos aceptar benigna la pobre ofrenda
de nuestros obsequios y oraciones que,
como hijos amantes, venimos a ofreceros.

Dignaos inclinar vuestros oídos a nuestras humildes súplicas
para que no sea vana la confianza que en Vos ponemos,
seguros de obtener de vuestro divino Hijo
el perdón de nuestros pecados y el favor particular que solicitamos por vuestra poderosa mediación.

Alcanzadnos a todos la gracia de la perseverancia final,
viviendo y muriendo como verdaderos hijos vuestros,
para poder bendecir y alabar a Dios eternamente
y ensalzar para siempre vuestras misericordias
en el Huerto dichoso de la Jerusalén celestial. Amén.