martes, 19 de noviembre de 2024
EVANGELIO - 20 de Noviembre - San Lucas 19,11-28
En ese mismo momento, fui arrebatado por el Espíritu y vi en el cielo un trono, en el cual alguien estaba sentado.
El que estaba sentado tenía el aspecto de una piedra de jaspe y de ágata. Rodeando el trono, vi un arco iris que tenía el aspecto de la esmeralda.
Y alrededor de él, había otros veinticuatro tronos, donde estaban sentados veinticuatro Ancianos, con túnicas blancas y coronas de oro en la cabeza.
Del trono salían relámpagos, voces y truenos, y delante de él ardían siete lámparas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios.
Frente al trono, se extendía como un mar transparente semejante al cristal. En medio del trono y alrededor de él, había cuatro Seres Vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás.
El primer Ser Viviente era semejante a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía rostro humano; y el cuarto era semejante a un águila en pleno vuelo.
Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tenía seis alas y estaba lleno de ojos por dentro y por fuera. Y repetían sin cesar, día y noche: "Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, el que es y el que vendrá".
Y cada vez que los Seres Vivientes daban gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro Ancianos se postraban ante él para adorarlo, y ponían sus coronas delante del trono, diciendo: "Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder. Porque has creado todas las cosas: ellas existen y fueron creadas por tu voluntad".
Salmo 150(149),1-2.3-4.5-6.
alábenlo en su poderoso firmamento;
Alábenlo por sus grandes proezas,
alábenlo por su inmensa grandeza,
Alábenlo con toques de trompeta,
alábenlo con el arpa y la cítara;
alábenlo con tambores y danzas,
alábenlo con laudes y flautas.
Alábenlo con platillos sonoros,
alábenlo con platillos vibrantes,
¡Que todos los seres vivientes
alaben al Señor!
Evangelio según San Lucas 19,11-28.
El les dijo: "Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida.
Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: 'Háganlas producir hasta que yo vuelva'.
Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: 'No queremos que este sea nuestro rey'.
Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más'.
'Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades'.
Llegó el segundo y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más'.
A él también le dijo: 'Tú estarás al frente de cinco ciudades'.
Llegó el otro y le dijo: 'Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo.
Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado'.
El le respondió: 'Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigente, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré, ¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses'.
Y dijo a los que estaban allí: 'Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más'.
'¡Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!'.
Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene.
En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia".
Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén.
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 20 de Noviembre - “Hacedlos fructificar”
SANTORAL - SAN RAFAEL DE SAN JOSÉ
Oriundo de una familia polaca, José Kalinowski, vio la luz en Vilna (Polonia) el 1 de septiembre de 1835. A sus ocho años, en 1843, entra como alumno interno en el Instituto de Nobles, del que su padre es profesor y del que , más tarde, llegará a ser director.
En 1850, comienza sus estudios superiores en el Instituto de Agronomía de Hory-Horki. Dos años más tarde ingresa en la Academia Militar de Ingenieros del Zar Nicolás, en San Petersburgo. Después de obtener el título de Ingeniero en dicha Academia, en 1957, es nombrado profesor de matemáticas en la misma Academia y obtiene el grado de teniente.
Entre 1858-1860, trabaja en el proyecto de la línea de ferrocarril Odessa-Kiew-Kursk. En noviembre de 1860, a petición propia, es destinado a la fortaleza de Brest Litowski, ascendiendo a capitán de Estado Mayor del ejército ruso.
El 17 de mayo de 1863, obtiene la baja solicitada en el ejército del Zar. Un mes más tarde, se alista sin embargo en el levantamiento de Polonia para liberarla del poder zarista de ocupación, y ante las insistencias del Gobierno nacional polaco, clandestino, acepta el cargo de Ministro de la Guerra en Vielna, para toda la comarca de Lituania. Kalinowski, conocedor del poderío militar ruso, sabe cuál va a ser el resultado de aquella insurrección, pero su patriotismo le obliga a no claudicar. En el otoño de este mismo año la insurrección queda vencida.
A causa de su participación en este movimiento de liberación en Polonia, en la noche del 24 al 25 de marzo de 1864 es arrestado por los rusos y el día 2 de junio condenado a muerte. La pena le es conmutada por 10 años de trabajos forzados en Siberia, hacia donde parte el 11 de julio.
En Siberia en 1874, los condenados experimentan algunos cambios en su condición debido a sucesivas amnistías, pasando de deportados a expatriados, con las consiguientes mejoras de vida.
Conseguida la libertad en septiembre de 1874, se traslada a Austria y en octubre a París donde es nombrado educador del príncipe Augusto Czartoryski. En 1875, viaja con el príncipe, que tiene síntomas de tuberculosis, a diversos lugares de Francia, Suiza, Italia y Polonia, buscando remedio para su salud.
En 1877, el día 15 de julio ingresa al Carmelo Teresiano, llega al noviciado de Graz, en Austria. Después de unos meses de prueba, recibe el hábito el 26 de noviembre y cambia su nombre por el de Rafael de San José. De 1878 a 1881, hace sus estudios eclesiásticos en Giör (Hungría). Y en 1882, recibe la ordenación sacerdotal en Czerna (Polonia)
De 1882 a 1907, el P. Rafael consumió el resto de su vida sirviendo en puestos de responsabilidad en la Orden: superior, organizador de la vida carmelitana y formador de varias generaciones de carmelitas. Dedicó mucho tiempo y esfuerzos a los monasterios de las carmelitas descalzas y colaboró en la fundación de dos nuevos conventos. El estudio y la investigación ocuparon buena parte de los últimos años de su vida. Fruto de estos trabajos fue la edición, en cuatro tomos, de las Crónicas de las Carmelitas Descalzas en Polonia durante los siglos XVII y XVIII. Publicó también algunos trabajos propios, así como algunas traducciones del francés al polaco.
Se distinguió en el celo por la unidad de la Iglesia y la incansable dedicación al ministerio del sacramento de la penitencia y a la dirección espiritual. Muy devoto de María, acudían a él los fieles incluso desde muchos kilómetros de distancia, haciendo florecer en Polonia la Orden del Carmelo Teresiano.
Siempre delicado de salud, sobre todo desde su permanencia en Siberia, entregó su alma a Dios en Wadowice el 15 de noviembre de 1907, y enterrado en el convento de Czerna el día 20 de noviembre. El 22 de junio de 1983 era beatificado en Cracovia, y el 17 de noviembre de 1991, canonizado por Juan Pablo II.
Señor Dios, Tú has fortalecido a tu Sacerdote San Rafael en la adversidad y lo has llenado de un gran amor en la promoción de la unidad de la Iglesia. Por medio de sus oraciones, fortalécenos en la fe y en el amor los unos a los otros, para que nosotros también podamos trabajar generosamente juntos por la unidad de todos los creyentes en Cristo. Te lo pedimos por medio de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. Oh querido siervo de Dios San Rafael de San José Kalinowski, ruega por nosotros para caminar con la fuerza de Dios en medio de las adversidades de nuestra vida. Amén.