viernes, 24 de septiembre de 2021

-PROPÓSITO DEL DÍA-



 

EVANGELIO DEL DÍA - 25 de Septiembre - San Lucas 9,43b-45.



 

Libro de Zacarías 2,5-9.14-15a.

Yo levanté los ojos, y tuve una visión: Había un hombre que tenía en la mano una cuerda de medir.
Entonces le pregunté: "¿A dónde vas?". El mes respondió: "Voy a medir Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y cuánto de largo".
Mientras el ángel que hablaba conmigo estaba allí, otro ángel le salió a su encuentro y le dijo: "Corre, habla a ese joven y dile: Jerusalén será una ciudad abierta por la gran cantidad de hombres y animales que habrá en ella.
Yo seré para ella -oráculo del Señor- una muralla de fuego a su alrededor, y seré su Gloria en medio de ella".
Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti -oráculo del Señor-.
Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas serán un pueblo para él y habitarán en medio de ti. ¡Así sabrás que me ha enviado a ti el Señor de los ejércitos!

Palabra de Dios.


Libro de Jeremías 31,10.11-12ab.13.

¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor,
anúncienla en las costas más lejanas!
Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo cuidará como un pastor a su rebaño.»

Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
lo redimió de una mano más fuerte que él.
Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor.

Entonces la joven danzará alegremente,
los jóvenes y los viejos se regocijarán;
yo cambiaré su duelo en alegría,
los alegraré y los consolaré de su aflicción.


Evangelio según San Lucas 9,43b-45.

Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
"Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres".
Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.

Palabra del Señor.

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 25 de Septiembre - “Ellos no entendían estas palabras” (Lc 9,43b-45.)




Papa Francisco
Homilía, 9 de septiembre de 2018

“Ellos no entendían estas palabras” (Lc 9,43b-45.)


Cristo habla en el lenguaje del amor que sobrepasa esta forma de pensar. Solo teniéndolo en cuenta podremos entender todo lo que hizo Cristo en la cruz y, sobre todo, podremos entender lo que hace Cristo en nuestras vidas. No siempre podremos comprender, pero esto no impide que podamos alimentar nuestras convicciones. Sin importar las dificultades, podemos tener presente que Cristo nos ama, y que todo contribuye para aquellos que le aman.

Esto nos da una luz para entender la misión que se nos encarga, una misión que sobrepasa las fuerzas humanas. Estamos llamados a no limitar nuestro amor y a salir al encuentro de nuestros amigos y enemigos para ser un testimonio vivo. Somos testigos de un hombre que entregó su vida por toda la humanidad; buenos y malos; sencillos y soberbios; generosos y egoístas.

Es así como nuestro amor exige salir al encuentro de todos, pues su fuente es Cristo mismo, el cual dio su sangre por la salvación de toda la humanidad. Somos testigos del amor sin reservas; somos testigos de Aquel que no se supo limitar. Nosotros somos testigos de una persona que se entregó totalmente. Y como testigos estamos llamados a hacer lo mismo.


 

SANTORAL DEL DÍA - 25 SETIEMBRE - NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS

 



A partir de Septiembre de 1983, una mujer de San Nicolás de los Arroyos, manifiesta ver y escuchar a la Santísima Virgen desde su Advocación de María del Rosario de San Nicolás. En cada aparición, la Virgen deja un mensaje a la vidente. El Obispo de San Nicolás, asistido por una Comisión de investigación, discernió los hechos, aprobó la ortodoxia de los mensajes, acompañó la fe del pueblo creyente y estableció las reglas necesarias para conducir al Pueblo de Dios. Maduró su discernimiento sin precipitaciones, según la responsabilidad requerida por un hecho de tal envergadura.

Los mensajes son el fruto de lo que se llama una revelación privada y no existe en ellos nada en contra de las Verdades dadas en la Revelación Pública. Sin embargo, aunque no agreguen nuevas verdades, ayudan a recordar las ya conocidas por la Revelación Pública y son un incentivo para vivirlas.


Progresión de los mensajes

La progresión de los 1.887 mensajes que fueron dados en 6 años y 4 meses, casi cotidianos, es la siguiente: Nuestra Señora prepara a Gladys (la vidente) para su misión, le transmite toda una pedagogía de oración y de vida cristiana, y pide el Santuario que será el lugar de reunión eclesial. Promueve una catequesis profética para los hombres de hoy, con sus angustias y sufrimientos, con el fin de volver a darles una esperanza bien afianzada en su Hijo Jesucristo, Dios Salvador. La Palabra de Jesús (78 mensajes) se asocia con la Palabra de María (1.816 mensajes), cerca de una vez por mes, desde el 15 de Noviembre de 1983 hasta el 30 de Diciembre de 1989, para crear una dinámica de conversión y de impulso espiritual.

Ella invita a restaurar la vida con Dios, dentro de la Iglesia, con sus medios esenciales que son la fe y los sacramentos, el amor que ellos promueven, el sacrificio y el desarrollo de las virtudes cristianas fundamentales. Ella invita a recurrir a todos los medios de gracias, remitidos por Dios a Su Iglesia. Nos invita a realizar la Consagración, es decir la divinización, cuya semilla nos ha sido dada por Dios en el Bautismo y cuya realización se ve trabada por nuestro materialismo y nuestra secularización: ya que esa divinización tiene que abarcar todo nuestro ser y toda nuestra vida. Esta invitación toma todo su alcance en uno de los últimos mensajes, el del 2 de Febrero de 1990, en el cual Jesús, presentado en el Templo por María, manifestó discretamente su consagración divina, al llegar a consagrar con su presencia, la ciudad santa y el templo de Jerusalén.

Oración

Santa María, Madre nuestra que en cada misterio del Santo Rosario
nos brindas al Salvador, acudimos a Ti necesitados, nos alegramos que desde la cruz del Señor te haya encomendado la misión de acercarnos a Él y a su Iglesia por al conversión y la penitencia.
Alentados por la confianza que nos inspiras ponemos en tus manos maternales nuestras preocupaciones y temores, pero deseamos imitar tu fidelidad a Dios aceptando con amor y humildad todas las pruebas.
¡Madre nuestra del Rosario de San Nicolás!, que tu presencia renueve nuestra vida, alivie nuestro ser agobiado por el sufrimiento y la enfermedad, sostenga nuestra docilidad a la gracia y fortalezca nuestro amor a los demás, convirtiéndonos así en testigos del amor del Padre que no vaciló por tu intermedio, en darnos a Jesús. Amén

-FRASE DEL DÍA-


 




BENEDICTO XVI
San Jerónimo. 1
Miércoles 7 de noviembre de 2007


"¿Qué podemos aprender nosotros de san Jerónimo? Me parece que sobre todo podemos aprender a amar la palabra de Dios en la sagrada Escritura. Dice san Jerónimo: "Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo". Por eso es importante que todo cristiano viva en contacto y en diálogo personal con la palabra de Dios, que se nos entrega en la sagrada Escritura. Este diálogo con ella debe tener siempre dos dimensiones: por una parte, debe ser un diálogo realmente personal, porque Dios habla con cada uno de nosotros a través de la sagrada Escritura y tiene un mensaje para cada uno."