sábado, 27 de septiembre de 2025
EVANGELIO - 28 de Septiembre - San Lucas 16,19-31
Libro de Amós 6,1.4-7.
¡Ay de los que se sienten seguros en Sión y de los que viven confiados en la montaña de Samaría, esos notables de la primera de las naciones, a los que acude la casa de Israel!
Acostados en lechos de marfil y apoltronados en sus divanes, comen los corderos del rebaño y los terneros sacados del establo.
Improvisan al son del arpa, y como David, inventan instrumentos musicales; beben el vino en grandes copas y se ungen con los mejores aceites, pero no se afligen por la ruina de José.
Por eso, ahora irán al cautiverio al frente de los deportados, y se terminará la orgía de los libertinos.
Salmo 146(145),7-10.
El Señor hace justicia a los oprimidos
y da pan a los hambrientos.
El Señor libera a los cautivos.
Abre los ojos de los ciegos
y endereza a los que están encorvados,
el Señor ama a los justos
El Señor protege a los extranjeros.
Sustenta al huérfano y a la viuda;
y entorpece el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
reina tu Dios, Sión,
a lo largo de las generaciones.
¡Aleluya!
Primera Carta de San Pablo a Timoteo 6,11-16.
En lo que a ti concierne, hombre Dios, huye de todo esto. Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la bondad.
Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida eterna, a la que has sido llamado y en vista de la cual hiciste una magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos.
Yo te ordeno delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús, que dio buen testimonio ante Poncio Pilato: observa lo que está prescrito, manteniéndote sin mancha e irreprensible hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo, Manifestación que hará aparecer a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad y habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. ¡A él sea el honor y el poder para siempre! Amén.
Evangelio según San Lucas 16,19-31.
Jesús dijo a los fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes.
A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas.
El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado.
En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.
Entonces exclamó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan'.
'Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento.
Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí'.
El rico contestó: 'Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento'.
Abraham respondió: 'Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen'.
'No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán'.
Pero Abraham respondió: 'Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'".
Palabra del Señor
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 28 de Septiembre - «Había un hombre rico... Y un mendigo llamado Lázaro»
San Francisco de Sales, obispo Sermón: Los dos han sido igualmente llamados X, 249, 252, 24-2-1622
«Había un hombre rico... Y un mendigo llamado Lázaro»
«Dijo Jesús a los fariseos: Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino... Y un mendigo llamado Lázaro, estaba echado en su portal... Sucedió que murió el mendigo... Se murió también el rico... Y estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos y vio, de lejos, a Abraham y a Lázaro en su seno...» Lc 16, 19-31
Siempre es el hombre el que falta a la gracia, la gracia jamás nos falta. ¿Quién puede estar seguro y vivir sin el miedo de perder esta gracia o de negarle su consentimiento? ¿Quién no temerá disminuirla, al no rendir a Dios el servicio que le es debido según el deber y la obligación de cada uno?
El mal rico, ¿no fue llamado a la misma vocación que Lázaro?... Sí, sin duda, eso está claro en el Evangelio; el rico era judío, ya que llama padre a Abraham. Padre Abraham, le dice, y le ruega que envíe a Lázaro; y Dios le había demostrado su amor al darle tantos bienes para disfrutarlos.
Y aunque vemos en el Evangelio que esos dos hombres han sido igualmente llamados por Dios, el que más ha recibido está más obligado a servirle y no le sirve y vive y muere desgraciadamente. En cambio el pobre Lázaro, que le ha servido con fidelidad, muere felizmente.
Cuando Dios creó a los ángeles en el cielo y los estableció en su Gracia, parecía que nunca iban a apartarse de Ella y sin embargo Lucifer se rebeló... ¿quién no temerá? y ¿qué reunión, qué vocación puede haber exenta de peligro? Ninguna. Siempre debemos estar temerosos y, por tanto, conservarnos en gran humildad.
Manteneos firmemente agarradas al árbol de vuestra profesión, cada una según su vocación; pero no dejéis de caminar en el santo temor durante toda vuestra vida, no sea que por querer avanzar con demasiada seguridad y libertad, vayáis a caer en los lazos del pecado.
SANTORAL - SAN WENCESLAO DE BOHEMIA
28 de Septiembre
La reina fue expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y misericordia.
Por oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba el trono de su hermano-, invitó a Wenceslao a su reino para que participara de los festejos del santo patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de peregrinaciones.
Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de Checoslovaquia.
Oremos
Dios nuestro, que impulsaste al Santo mártir Wenceslao a anteponer el reino de los cielos a un reino terrenal, concédenos, por su intercesión que tengamos valor para dejar lo que nos impida unirnos a ti de todo corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén
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