viernes, 26 de febrero de 2021

EVANGELIO - 27 de Febrero - San Mateo 5,43-48.


        Deuteronomio 26,16-19.

    Moisés habló al pueblo diciendo: Hoy el Señor, tu Dios, te ordena practicar estos preceptos y estas leyes. Obsérvalas y practícalas con todo tu corazón y con toda tu alma.
    Hoy tú le has hecho declarar al Señor que él será tu Dios, y que tú, por tu parte, seguirás sus caminos, observarás sus preceptos, sus mandamientos y sus leyes, y escucharás su voz.
    Y el Señor hoy te ha hecho declarar que tu serás el pueblo de su propiedad exclusiva, como él te lo ha prometido, y que tú observarás todos sus mandamientos; que te hará superior - en estima, en renombre y en gloria - a todas las naciones que hizo; y que serás un pueblo consagrado al Señor, como él te lo ha prometido.


Salmo 119(118),1-2.4-5.7-8.

Felices los que van por un camino intachable,
los que siguen la ley del Señor,
Felices los que cumplen sus prescripciones
y lo buscan de todo corazón,

Tú promulgaste tus mandamientos
para que se cumplieran íntegramente.
¡Ojalá yo me mantenga firme
en la observancia de tus preceptos!

Te alabaré con un corazón recto,
cuando aprenda tus justas decisiones.
Quiero cumplir fielmente tus preceptos:
no me abandones del todo.


    Evangelio según San Mateo 5,43-48.


    Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
    Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
    Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
    Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
    Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 27 de Febrero - “Yo os digo, amad a vuestros enemigos”


        San Cesáreo de Arlés (470-543) monje y obispo Sermones al pueblo, n° 37; SC 243

“Yo os digo, amad a vuestros enemigos”

    Uno de vosotros dirá: "No puedo amar a mis enemigos". En las Escrituras Santas, Dios te dijo que podías hacerlo; ¿y tú, respondes al contrario que no puedes? Reflexiona ahora: ¿a quién debemos creer, a Dios o a ti? Ya que el que es la misma Verdad no puede mentir, que la debilidad humana abandone en lo sucesivo sus excusas fútiles. El que es justo no pudo pedir algo imposible, y el que es misericordioso no condenará a un hombre por lo que no pudo evitar. ¿Por qué pues nuestras evasivas? Nadie sabe mejor lo que podemos hacer que el que nos dio el poder. ¿Tantos hombres, mujeres, niños, jovencitas tan delicadas soportaron por Cristo las llamas, el fuego, la espada y las fieras de modo imperturbable, y nosotros decimos que no podemos sostener los insultos de la gente estúpida?... En efecto, ¿si tan sólo los buenos deben ser amados, qué diremos sobre la conducta de nuestro Dios cuando está escrito: " Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único "? (Jn 3,16) Porque ¿qué había hecho el mundo para que Dios lo amara de esta manera? Cristo nuestro Señor encontró a todos los hombres no sólo malos, sino también muertos a causa del pecado original; y sin embargo "nos amó y se entregó por nosotros" (Ef. 5,2). Actuando así, amó hasta aquellos que no le amaban, como dice el apóstol Pablo: "Cristo murió por los culpables" (Rm 5,6). Y en su misericordia infinita dio este ejemplo a todo el género humano, diciendo: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mt 11,29).

SANTORAL - SAN GREGORIO DE NAREK

27 de Febrero


     En el monasterio de Narek, en Armenia, san Gregorio, monje, doctor de los armenios, ilustre por su doctrina, sus escritos y su sabiduría mística.

    Nació hacia el 950 en una familia de eclesiásticos ilustrados. San Gregorio ingresó al monasterio de Narek, en el sudeste del lago Van (en la actualidad perteneciente a Turquía) siendo de joven edad. Cercano ya al primer milenio del cristianismo, el monasterio de Narek se alzaba como un floreciente centro de estudios. Eran estos tiempos de relativa calma, tiempos de creatividad, antes de que las invasiones mongolas y turcas cambiaran Armenia para siempre. Armenia experimentó en esa época un renacimiento de su literatura, pintura, arquitectura y teología, de los que san Gregorio fue una figura central. Su obra de madurez fue el «Libro de Oraciones». Él mismo pensó en esta obra como su testamento: «Sus letras son como mi cuerpo, y su significado como mi alma» (oración 54e), y llamó a su obra una «enciclopedia de oración para todas las naciones»; tenía la esperanza de que su obra sirviera de guía para todos los hombres en cualquier situación. San Gregorio busca responder a la pregunta de que podemos ofrecerle a Dios, que ya tiene todo, y encuentra que lo mejor que podemos es ofrecerle los «suspiros del corazón» (frase con la que encabeza cada oración), que él plasma en estas oraciones, a veces llamadas también Lamentaciones. Según parece, escribió su libro tras una penosa y debilitante enfermedad:

    Los tormentos de mis enfermedades [...] como un cáncer que se disemina, han tocado todas las partes de mi cuerpo, no hay bálsamo -como no lo hubo para Israel- para mis innumerables llagas, cada parte de mi cuerpo, de la cabeza a los pies, está enferma y alejada del auxilio de los médicos. Pero tú, misericordioso, benéfico, bendito, de largos sufrimientos, rey inmortal, escucha por misericordia las oraciones de mi asediado corazón cuando a ti grito, Señor, en el tiempo de mi necesidad. (oración 18k, trad. del inglés)

    En 95 oraciones llenas de gracia, san Gregorio lleva a plenitud la expresividad de la lengua clásica armenia para traducir los suspiros del corazón contrito y humillado en una ofrenda de palabras agradables a Dios; el resultado es un edificio de la fe para todas las edades, de rica imaginería, teología sutil, erudición bíblica, unidos a la inmediatez sincera de su comunicación con Dios. San Gregorio dejó este mundo hacia el 1005, pero a través de su obra su voz continúa hablando.

    Esta breve noticia proviene de un sitio web en inglés dedicado al Libro de Oraciones de san Gregorio. Lamentablemente las referencias al santo en Occidente son escasísimas, prácticamente no hay datos sobre él en los santorales, incluso en los muy completos, ya que su incorporación al Martirologio Romano es reciente. El lector puede atisbar la belleza de su obra en dicho web, donde está volcado por entero al inglés por Thomas J. Samuelian, autor también del web.

    San Gregorio fue un distinguido teólogo y uno de los poetas más importantes de la literatura armenia. Entre sus obras se destacan un Comentario sobre el Cantar de los Cantares, muchos panegíricos y una colección de noventa y cinco oraciones en forma poética llamada “Narek”, por el monasterio en el que vivió. Murió alrededor del año 1005 y fue enterrado en el mismo monasterio. Su tumba fue el destino de peregrinaciones hasta la época de las masacres perpetradas por los turcos.