martes, 23 de noviembre de 2021
EVANGELIO DEL DÍA - 24 DE NOVIEMBRE - San Lucas 21,12-19.
Libro de Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28.
El rey Baltasar ofreció un gran banquete a mil de sus dignatarios, y bebió vino en la presencia de esos mil.
Estimulado por el vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro y plata que Nabucodonosor, su padre, había sacado del Templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas.
Entonces trajeron los vasos de oro que habían sido sacados del Templo, de la Casa de Dios en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas.
Mientras bebían vino, glorificaban a los dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra.
De pronto, aparecieron unos dedos de mano humana, que escribían sobre el estuco del muro del palacio real, frente al candelabro, y el rey veía el extremo de esa mano que escribía.
Entonces el rey cambió de color y sus pensamientos lo llenaron de espanto; se le aflojaron todos los miembros y se entrechocaban sus rodillas.
Daniel fue introducido en la presencia del rey, y este, tomando la palabra, le dijo: "¿Así que tú eres Daniel, uno de los deportados judíos que el rey, mi padre, hizo venir de Judá?
Yo he oído decir que en ti reside el espíritu de los dioses, y que se han hallado en ti clarividencia, perspicacia y una sabiduría superior.
Yo he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver problemas. Si tú ahora puedes leer la inscripción y me haces conocer su interpretación, te vestirás de púrpura, llevarás un collar de oro en tu cuello y ocuparás el tercer puesto en el reino".
Daniel tomó la palabra y dijo en presencia del rey: "Puedes guardar para ti tus dones y dar a otros tus regalos; de todas maneras, yo leeré al rey la inscripción y le haré conocer su interpretación.
Te has exaltado contra el Señor del cielo: han traído a tu presencia los vasos de su Casa, y han bebido vino en ellos, tú y tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas; has glorificado a los dioses de plata y oro, de bronce, hierro, madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has celebrado al Dios que tiene en su mano tu aliento y a quien pertenecen todos tus caminos.
Por eso ha sido enviada esta mano de parte de él, y ha sido trazada esta inscripción.
Esta es la inscripción que ha sido trazada: Mené, Tequel, Parsín.
Y esta es la interpretación de las palabras: Mené: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha puesto fin; Tequel: tú has sido pesado en la balanza y hallado falto de peso; Parsín: tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y a los persas".
Palabra de Dios.
Libro de Daniel 3,62.63.64.65.66.67.
Sol y luna, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Astros del cielo, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Lluvias y rocíos, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Todos los vientos, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Fuego y calor, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Frío y heladas, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Evangelio según San Lucas 21,12-19.
Jesús dijo a sus discípulos: «Los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán.
Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.
Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.
Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»
Palabra del Señor.
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO -24 DE NOVIEMBRE - “Gracias a la constancia salvarán sus vidas” (Lc 21,12-19)
San Agustín
Sermón 306
“Gracias a la constancia salvarán sus vidas” (Lc 21,12-19)
¿Quieres llegar a la vida en la que quedarás para siempre a salvo del error? ¿Quién no lo querría?... Todos queremos la vida y la verdad. Pero ¿cómo llegar a ellas? ¿Cuál es el camino a seguir? Ciertamente no hemos llegado todavía al término del viaje pero le vemos ya..., aspiramos a la vida y a la verdad. Cristo es la una y la otra. ¿Por dónde llegar a ellas? «Yo soy el camino» dice. ¿Dónde llegar? «Yo soy la verdad y la vida» (Jn 14,6).
Esto es lo que los mártires han amado; he aquí el motivo por el cual han dejado atrás el amor a los bienes presentes y efímeros. No os sorprendáis por su valentía; en ellos es el amor el que ha vencido a los sufrimientos... sigamos sus huellas, con los ojos fijos en aquel que es su Jefe y nuestro Jefe; si deseamos llegar a una felicidad como la suya, no temamos pasar por caminos difíciles. El que nos ha prometido la dicha es veraz, es fiel, no podría engañarnos... ¿Por qué temer los caminos duros del sufrimiento y la tribulación? El Salvador en persona ha pasado por ellos.
Respondes: «¡Es que él era el Salvador!» Debes saber que los apóstoles han pasado también por ellos. Y dirás: «¡Eran los apóstoles!». Lo sé. No olvides que una gran cantidad de hombres como tú han pasado por ellos al seguirles...; también las mujeres han pasado por ellos...; niños e incluso muchachas han pasado también. ¿Es posible que todavía sea duro este camino que tantos transeúntes han allanado?
SANTORAL DEL DÍA - 24 DE NOVIEMBRE - SANTOS ANDRÉS DUNG-LAC Y COMPAÑEROS MÁRTIRES
La iglesia del Vietnam fecundada con la sangre de los mártires. Tomado de la página del Vaticano del día de la canonización del grupo por SS Juan Pablo II (19 de junio de 1988, Plaza de San Pedro)
El trabajo de evangelización, llevado a cabo desde el inicio del siglo XVI y consolidado con los primeros Vicariatos apostólicos del Norte (Dáng-Ngoái) y del Sur (Dáng-Trong) en el 1659, ha tenido en el trascurso de los siglos un admirable desarrollo. Actualmente [escrito de 1988], las Diócesis son 25 (10 en el Norte, 6 en el Centro y 9 en el Sur) y los católicos son, aproximadamente, 6 millones (casi el 10% de la población); la Jerarquía Católica Vietnamita ha sido constituida por el Papa Juan XXIII el 24 de noviembre de 1960.
Este resultado se debe al hecho que, desde los primeros años, la semilla de la Fe se ha mezclado, en el territorio vietnamita, con la abundante sangre de los Mártires, tanto del clero misionero como del clero local y del pueblo cristiano de Vietnam. Juntos han soportado las fatigas del trabajo apostólico, como si se hubiesen puesto de acuerdo, han afrontado incluso la muerte para dar testimonio de la verdad evangélica. La historia religiosa de la Iglesia vietnamita señala que han existido un total de 53 Edictos, firmados por los Señores TRINH y NGUYEN o por los Reyes que, durante más de dos siglos, en total 261 años (1625-1886), han decretado contra los cristianos persecuciones una más cruel que la otra. Son alrededor de unas 130.000 las víctimas caídas por todo el territorio nacional.
A lo largo de los siglos, estos mártires de la Fe ha sido enterrados en forma anónima, pero su recuerdo permanece vivo en el espíritu de la comunidad católica. Desde el inicio del siglo XX, 117 de este gran grupo de héroes, martirizados cruelmente, han sido elegidos y elevados al honor de los altares por la Santa Sede en 4 Beatificaciones:
-en el 1900, por el Papa León XIII, 64 personas
-en el 1906, por el Papa S. Pío X, 8 personas
-en el 1909, por el Papa S. Pío X, 20 personas
-en el 1951, por el Papa Pío XII, 25 personas (AAS 043 [1951], pp. 140ss.)
clasificadas así:
11 españoles: todos Dominicos: 6 Obispos, 5 Sacerdotes;
10 franceses: todos de las Misiones Extranjeras de París: 2 Obispos, 8 Sacerdotes;
96 vietnamitas: 37 Sacerdotes (11 de ellos dominicos) y 59 Cristianos (entre ellos: 1 seminarista, 16 catequistas, 10 terciarios dominicos y 1 mujer).
Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero (Apoc 7, 13-14), según el siguiente orden cronológico:
2 caídos bajo el reinado de TRINH-DOANH (1740-1767)
2 caídos bajo el reinado de TRINH-SAM (1767-1782)
2 caídos bajo el reinado de CANH-TRINH (1782-1802)
58 caídos bajo el reinado del Rey MINH-MANO (1820-1840)
3 caídos bajo el reinado del Rey THIEU-TRI (1840-1847)
50 caídos bajo el reinado del Rey TU-DUC (1847-1883)
11 españoles: todos Dominicos: 6 Obispos, 5 Sacerdotes;
10 franceses: todos de las Misiones Extranjeras de París: 2 Obispos, 8 Sacerdotes;
96 vietnamitas: 37 Sacerdotes (11 de ellos dominicos) y 59 Cristianos (entre ellos: 1 seminarista, 16 catequistas, 10 terciarios dominicos y 1 mujer).
Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero (Apoc 7, 13-14), según el siguiente orden cronológico:
2 caídos bajo el reinado de TRINH-DOANH (1740-1767)
2 caídos bajo el reinado de TRINH-SAM (1767-1782)
2 caídos bajo el reinado de CANH-TRINH (1782-1802)
58 caídos bajo el reinado del Rey MINH-MANO (1820-1840)
3 caídos bajo el reinado del Rey THIEU-TRI (1840-1847)
50 caídos bajo el reinado del Rey TU-DUC (1847-1883)
Y en el lugar del suplicio el Edicto real, colocado junto a cada uno de los ajusticiados, precisa el tipo de sentencia:
75 condenados a la decapitación,
22 condenados a ser estrangulados,
6 condenados al fuego, quemados vivos,
5 condenados al desgarro de los miembros del cuerpo,
9 muertos en la cárcel debido a las torturas.
Oremos
Señor y Dios nuestro, que nos da constancia en la fe y fortaleza en la debilidad, concédenos, por el ejemplo y los méritos de los Santos Andrés y compañeros, participar en la muerte y resurrección de tu Hijo para que también gocemos contigo, en compañía de tus mártires, de la plena alegría de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén
75 condenados a la decapitación,
22 condenados a ser estrangulados,
6 condenados al fuego, quemados vivos,
5 condenados al desgarro de los miembros del cuerpo,
9 muertos en la cárcel debido a las torturas.
Oremos
Señor y Dios nuestro, que nos da constancia en la fe y fortaleza en la debilidad, concédenos, por el ejemplo y los méritos de los Santos Andrés y compañeros, participar en la muerte y resurrección de tu Hijo para que también gocemos contigo, en compañía de tus mártires, de la plena alegría de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén
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