lunes, 19 de octubre de 2015

EVANGELIO

Evangelio del Día de la Semana XXIX

 De la Feria. Salterio I

Lunes 19 de Octubre



Carta de San Pablo a los Romanos 4,20-25.

El no dudó de la promesa de Dios, por falta de fe, sino al contrario, fortalecido por esa fe, glorificó a Dios,
plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete.
Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación.
Pero cuando dice la Escritura: Dios tuvo en cuenta su fe, no se refiere únicamente a Abraham, sino también a nosotros,
que tenemos fe en aquel que resucitó a nuestro Señor Jesús,
el cual fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.



Evangelio según San Lucas 1,69-70.71-72.73-75.


Nos ha dado un poderoso Salvador
en la casa de David, su servidor,
como lo había anunciado mucho tiempo antes
por boca de sus santos profetas.

Para salvarnos de nuestros enemigos
y de las manos de todos los que nos odian.
Así tuvo misericordia de nuestros padres
y se acordó de su santa Alianza,

Se acordó del juramento que hizo a nuestro padre Abraham
de concedernos que, libres de temor,
arrancados de las manos de nuestros enemigos,
lo sirvamos en santidad y justicia
bajo su mirada, durante toda nuestra vida.

REFLEXIÓN

Reflexiones Espirituales

Lunes 19 de Octubre


LA FRASE DEL DÍA

La Frase del Día de Hoy

Lunes 19 de Octubre


MEDITACIÓN DEL EVANGELIO

Meditación del Evangelio del Día de la Semana XXIX De la Feria. Salterio I

Lunes 19 de Octubre


HIMNO

Recemos con la Iglesia

Lunes 19 de Octubre



SANTORAL

Santoral del Día de la Semana XXIX 

De la Feria. Salterio I

Lunes 19 de Octubre




    Misionero francés, nacido en Orleáns, Francia, el día 10 de enero de 1607; martirizado en Ossernenon, en el actual estado de Nueva York, el día 18 de octubre de 1646. Fue el primer sacerdote católico que llegó a la Isla de Manhattan (Nueva York). Ingresó a la Compañía de Jesús en 1624 y luego de haber sido profesor de literatura en Rouen, fue enviado como misionero a Canadá en 1636. Partió junto con Monmagny, sucesor inmediato de Champlain. Desde Québec se dirigió a las regiones que se encontraban alrededor de los Grandes Lagos en donde el ilustre Padre de Brèbeuf y otros se encontraban trabajando. En aquel lugar, pasó seis días en constante peligro.

    A pesar de ser un misionero valeroso, su personalidad era de una naturaleza más práctica, su propósito siempre fue el de unir a su gente en hogares permanentes. Se encontraba con Garnier entre los Petunos, y junto con Raymbault ingresaron hasta Sault Ste. Marie y “fueron los primeros misioneros” señala Bancroft (VII, 790, Londres, 1853), “en predicar el evangelio a miles de cientos en el interior”, seis días antes de que Juan Eliot se dirigiera a los indios a 6 millas del puerto de Boston. Se cree que ellos no fueron sólo los primeros apóstoles sino también los primeros hombres blancos en llegar a la salida del Lago Superior. Los más conocidos historiadores no mencionan ninguna prueba documental de que Nicolás, el descubridor del Lago Michigan, visitó alguna vez Sault. Bogues propuso no sólo convertir a los indios del Lago Superior sino también a los Sioux, quienes vivían en la cabecera del Mississippi.

    Su plan se frustró debido a su captura al regresar de Québec cerca de los Tres Ríos. Fue tomado prisionero el día 3 a agosto de 1642, y luego de ser cruelmente torturado, fue llevado a la aldea de los indios de Ossernenon, actualmente Auriesville, en Mohawk, alrededor de 40 millas al norte de la actual ciudad de Albania. Allí permaneció durante 13 meses como esclavo, sufriendo por lo visto más allá de lo tolerable. Los calvinistas holandeses del Fort Orange (Albania) realizaron constantes esfuerzos por liberarlo y por último, cuando estuvo a punto de ser quemado, lo persuadieron a refugiarse en un barco de vela, el cual lo llevaría a Nueva Ámsterdam (Nueva York). Su descripción de la colonia, de cómo era en ese entonces, se ha incorporado en la historia documental del estado. Lo enviaron de Nueva York; a mediados de invierno atravesando el océano, en un lugre de sólo 50 toneladas de carga y después de un viaje de dos meses llegaron en una mañana navideña de 1643, a la costa de Bretaña, en un estado de absoluta miseria. Desde allí, encontró su camino a la escuela de la Sociedad más cercana. Fue recibido con gran honor en la corte de la Reina Regente, la madre de Luis XIV. Asimismo, el Papa Urbano VII le concedió el gran privilegio de celebrar la Misa, la cual no se llevó a acabo canónicamente debido a la condición mutilada de sus manos; varios de sus dedos fueron comidos o quemados. Fue nombrado Mártir de Cristo por el Pontífice. Se sabe que además de esta concesión, no se han otorgado otras similares.

    A comienzos de la primavera de 1644, Isaac Bogues regresó a Canadá y en el 1646 lo enviaron para negociar la paz con los Uroqueses. Siguió la misma ruta que cuando fue llevado como cautivo. Esa fue la ocasión en la que le dio el nombre de Lago del Sacramento bendito a estas aguas llamadas Horicon por los indios, actualmente conocido como Lago George. Llegó a Ossernenon el 5 de junio, después de tres semanas de viaje desde St. Lawrence. Fue bien recibido por sus primeros captores y se llevó acabo el tratado de paz. Partió para Québec el 16 de junio y llegó el 3 de julio. Inmediatamente, pidió que lo enviaran de regreso como misionero a los Uroqueses. Pero sólo luego de vacilar muchas veces, sus superiores aceptaron su petición. El 27 de setiembre comenzó su tercer y último viaje a Mohawk. Dentro de la tribu se había desatado una enfermedad y una plaga había caído en las cosechas. A Jogues, a quien los indios consideraron siempre un hechicero, se le culpó por esta doble calamidad. Decidieron vengarse de él debido al hechizo que había arrojado en el lugar y los guerreros fueron enviados en busca de su captura. Las noticias de este cambio de idea se propagaron rápidamente y aunque Jogues estaba completamente consciente del peligro, continuó su camino hacia Ossernenon, a pesar de que todos los hurones y otros que estuvieron con él, a excepción de la Lande, habían huido. Los uroqueses lo encontraron cerca del Lago George. Le quitaron la ropa, lo acuchillaron, lo mordieron y lo llevaron a la aldea. El 18 de octubre de 1646, al entrar en una cabaña lo golpearon con un Tomahawk y luego lo decapitaron. Su cabeza fue clavada en Palisades y el cuerpo arrojado en Mohawk.

    San Isaac Jogues fue canonizado el 29 de junio de 1930, conjuntamente con los mártires San Renato Goupil (+ 29 de septiembre 1642) y San Juan de Lalande (+ 19 de octubre 1646). Son los primeros santos jesuitas de los Estados Unidos de Norteamérica y se les conmemora cada 19 de octubre.