viernes, 15 de diciembre de 2023

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO SEGUNDO
DOS SUTILES ENEMIGOS DE LA SANTIDAD
El gnosticismo actual - Los límites de la razón


    46. Cuando san Francisco de Asís veía que algunos de sus discípulos enseñaban la doctrina, quiso evitar la tentación del gnosticismo. Entonces escribió esto a san Antonio de Padua: «Me agrada que enseñes sagrada teología a los hermanos con tal que, en el estudio de la misma, no apagues el espíritu de oración y devoción»[43]. Él reconocía la tentación de convertir la experiencia cristiana en un conjunto de elucubraciones mentales que terminan alejándonos de la frescura del Evangelio. San Buenaventura, por otra parte, advertía que la verdadera sabiduría cristiana no se debe desconectar de la misericordia hacia el prójimo: «La mayor sabiduría que puede existir consiste en difundir fructuosamente lo que uno tiene para dar, lo que se le ha dado precisamente para que lo dispense. [...] Por eso, así como la misericordia es amiga de la sabiduría, la avaricia es su enemiga»[44]. «Hay una actividad que al unirse a la contemplación no la impide, sino que la facilita, como las obras de misericordia y piedad»[45].

[43] Carta a Fray Antonio, 2: FF 251.

[44] Los siete dones del Espíritu Santo, 9, 15.

[45] Id., In IV Sent., 37, 1, 3, ad 6.


-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO DEL DÍA - 16 DE DICIEMBRE - San Mateo 17,10-13.


    Libro de Eclesiástico 48,1-4.9-11.

    Surgió como un fuego el profeta Elías, su palabra quemaba como una antorcha.
    El atrajo el hambre sobre ellos y con su celo los diezmó.
    Por la palabra del Señor, cerró el cielo, y también hizo caer tres veces fuego de lo alto.
    ¡Qué glorioso te hiciste, Elías, con tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti?
    Tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego en un carro con caballos de fuego.
    De ti está escrito que en los castigos futuros aplacarás la ira antes que estalle, para hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos
y restablecer las tribus de Jacob.
    ¡Felices los que te verán y los que se durmieron en el amor, porque también nosotros poseeremos la vida!
 
    Palabra de Dios.


Salmo 80(79),2ac.3b.15-16.18-19.

Escucha, Pastor de Israel,
Tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder y ven a salvarnos.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,

observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que Tú hiciste vigoroso.

Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,
al hombre que Tú fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.


    Evangelio según San Mateo 17,10-13.

    Al bajar del monte, los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?".
    El respondió: "Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre".
    Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.

    Palabra del Señor.

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 16 DE DICIEMBRE - "El Nuevo Elías"


     San Cirilo de Jerusalén (313-350) obispo de Jerusalén, doctor de la Iglesia Catequesis bautismal 3


"El Nuevo Elías"

    El bautismo es el punto final del Antiguo Testamento, pero también es el principio del Nuevo. En efecto, Juan Bautista, el «que no ha nacido de mujer uno más grande» (Mt 11,11), fue su promotor. Juan acabó la serie de profetas porque «los profetas y la Ley habían profetizado hasta que vino Juan» (Mt 11,13). Y él abrió la era del Evangelio, tal como está escrito: «Comienza el Evangelio de Jesucristo... Juan bautizaba en el desierto, predicaba que se convirtieran y se bautizaran» (Mc 1,1.4).

    ¿Osarías oponerlo a Elías, el Tesbita, que fue llevado al cielo? Y sin embargo no es superior a Juan. Enoch fue transportado al cielo, pero no es más grande que Juan. Moisés fue un gran legislador en Israel. Todos los profetas han sido admirables, pero no eran más grandes que Juan. No se trata de comparar unos profetas con otros; pero su Señor, nuestro Maestro, el Señor Jesús, declaró: «No ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista» (Mt 11,11). La comparación se hace entre el gran servidor y sus compañeros de servicio, mas, la superioridad y la gracia del Hijo frente a sus servidores, no admite comparación.

    ¿Te fijas en la calidad de este hombre que Dios ha escogido como primer beneficiario de esta gracia? Un pobre, un amigo del desierto y, sin embargo, no era enemigo de los hombres. Comiendo saltamontes daba alas a su alma. Alimentándose con miel, pronunciaba palabras más dulces y más útiles que la misma miel. Vistiendo con piel de camello, con su forma de obrar demostraba y daba ejemplo de austeridad. Es que desde el seno de su madre había sido santificado por el Espíritu Santo (Lc 1,15). También Jeremías había sido santificado pero no había profetizado ya desde el seno materno. Tan sólo Juan, saltó de gozo ya en la cárcel del seno de su madre (Lc 1,44); bajo la acción del Espíritu reconoció al Maestro sin haberle visto todavía con sus propios ojos de carne. La grandeza de la gracia del bautismo exigía un gran dirigente.

SANTORAL - BEATA MARÍA DE LOS ÁNGELES FONTANELLA

16 de Diciembre


    En Turín, del Piamonte, beata María de los Ángeles (Mariana) Fontanella, virgen de la Orden de Carmelitas, que brilló por sus penitencias voluntarias y por la virtud de la obediencia.

    Nació en Turín (Italia) el 7 de enero de 1661. Fue la última de los once hijos de los condes Juan y María. A los 14 años quedó huérfana de padre y, a disgusto de su madre, vistió el hábito en el Carmelo de su ciudad en 1675, cambiando su nombre de Mariana por el de María de los Ángeles. Hizo su profesión en diciembre de 1676. Ya antes de ingresar en el Carmelo manifestó una singular disposición para conservarse pura y virtuosa. A los 13 años era su contento pasar horas ante el Santísimo. Todas sus ansias eran de mortificarse privándose en la mesa de lo más apetitoso; por la noche se levantaba para hacer oración. Su humildad y mansedumbre eran la admiración de todos; su caridad en palabras y acciones era de santa. Socorría a los pobres dándoles cuanto tenía.

    Su espíritu de mortificación está condensado en la súplica que continuamente dirigía al Señor: "O dadme mortificaciones o hacedme morir". Escogida de Dios para participar de la unión que transforma en él, fue probada con sensibles arideces y tentaciones infernales, sintiendo repugnancia en practicar el bien, atormentándola el estar en desgracia de Dios, sufriendo por parte del diablo representaciones deshonestas o contra la fe, etc. Hablaba de Dios con tanta suavidad y tiernas palabras que encendía a las almas en el mismo afecto. Los pecadores eran objeto de su caridad alcanzando con sus oraciones notables conversiones. Profesó una devoción singular al glorioso San José, en cuyo honor hizo erigir un nuevo convento de monjas en la ciudad de Moncalieri.

    En 1702 fundó un nuevo Carmelo en Moncalien. Practicó la pobreza con cariño, usando el hábito más pobre, la celda más incómoda y el peor jergón. Por convicción se tenía por la más inútil de la comunidad, aunque cuatro veces la eligieron priora y también maestra de novicias. Las monjas quisieron elegirla priora por quinta vez, pero ella contestó: "Pueden empeñarse en hacerme priora; yo me empeñaré con mi Jesús a ver quien puede más". El mismo año la asaltó una fiebre devoradora y, conseguido el permiso para morir, miró al crucifijo y expiró dulcemente. Era el 16 de diciembre de 1717. Fue beatificada por el papa Pío IX el 25 de abril de 1865.

Oremos

    Señor, tú que te complaces en habitar en los limpios y sinceros de corazón; concédenos, por intercesión de la Beata María de los Ángeles, vivir siempre en gracia ante tus ojos, para que tengas en nosotros tu morada. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

-FRASE DEL DÍA-