martes, 1 de septiembre de 2015

Martes 01 de Septiembre

    Papa Francisco: el consuelo cristiano         está     en Jesús, no en las charlas

       Homilía hoy en la Domus Santa Marta




La esperanza en el encuentro final con Cristo se refuerza entre los cristianos gracias al “consuelo” mutuo hecho de “buenas palabras y buenas obras” y no de “charlas” inútiles. Así lo ha afirmado Papa Francisco durante la homilía de la Misa matutina celebrada en Santa Marta, cuya celebración se ha retomado hoy públicamente después de la pausa estival.

Una fe cierta en el encuentro final con Cristo más fuerte que la duda y tan firme que, alegre todos los días, no se afirma al son de charlas inútiles, sino en el “consuelo” que los cristianos saben darse mutuamente en Jesús. Papa Francisco habla del comportamiento de la antigua comunidad de Tesalónica que emerge de la cita de la carta de San Pablo propuesta por la liturgia. Una comunidad “inquieta” que se preguntaba y preguntaba al Apóstol el “cómo” y el “cuándo” de la vuelta de Cristo, qué sucedía con los muertos y a la que era necesario decir eso de: “El que no trabaja que no coma”

Las charlas no consuelan

San Pablo, destaca Francisco, afirma que el “día del Señor” llegará de repente “como un ladrón”, pero añade que Jesús vendrá a traer la salvación a quien cree en Él. Y concluye: “Consolaos mutuamente y ayudaos los unos a los otros”. Es en este consuelo, afirma el Papa, “que da la esperanza”:

“Este es el consejo: ‘Consolaos’, consolaos mutuamente. Hablar de esto: pero yo os pregunto: ¿hablamos de esto? ¿qué el Señor vendrá, que nos encontraremos con Él? O ¿hablamos de muchas cosas, también de teología, de cosas de la Iglesia, de sacerdotes, de monjas, de obispos, de todo? ¿Y nuestro consuelo es esta esperanza? ‘Consolaos mutuamente’, consolaos en comunidad. En nuestras comunidades, en nuestras parroquias, ¿se habla de esto, que esperamos al Señor que viene? ¿O se habla de esto, de aquello, de aquella, para pasar un poco el tiempo y no aburrirnos mucho?”.

El juicio y el abrazo

En el Salmo responsorial, añade Francisco, “hemos repetido: ‘Estamos seguros de contemplar la bondad del Señor en la tierra de los vivos’. Pero tú, pregunta el Papa, ¿tienes la seguridad de contemplar al Señor?”.

El ejemplo a imitar es Job, que no obstante sus desgracias afirmaba: “Yo sé que Dios está vivo y lo veré, y lo veré con estos ojos”: “Es verdad, Él vendrá a juzgar y cuando vamos a la Sixtina vemos la bella escena del Juicio final, es verdad. Pero pensemos también que Él vendrá a encontrarme para que yo lo vea con estos ojos, lo abrace y esté siempre con Él. Esta es la esperanza que el Apóstol Pedro nos dice que expliquemos con nuestra vida a los demás, que demos testimonio de esperanza. Este es el verdadero consuelo, esta es la verdadera certeza: “Estoy seguro de contemplar la bondad del Señor’”. 

El consuelo de buenas palabras y obras

Como San Pablo a los cristianos de ayer, Papa Francisco vuelve a dar este consejo a la Iglesia de hoy: “Consolaos mutuamente con las buenas obras y sed de ayuda unos a otros. Así iremos adelante”.

“Pidamos al Señor esta gracia: que esa semilla de esperanza que ha sembrado en nuestro corazón crezca hasta el encuentro definitivo con Él. ‘Estoy seguro que veré al Señor’. ‘Estoy seguro de que el Señor vive’. ‘Estoy seguro de que el Señor vendrá a encontrarme’: y este es el horizonte de nuestra vida. Pidamos al Señor esta gracia y consolémonos los unos a los otros con las buenas obras y las buenas palabras, en este camino”.

Artículo publicado por la edición italiana de Radio Vaticano y traducido por Aleteia

Liturgia del Día


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Santoral de la Semana XXII. De la Feria. Salterio II

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