jueves, 23 de octubre de 2025

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 24 de Octubre - San Lucas 12,54-59


     Carta de San Pablo a los Romanos 7,18-25a.

    Porque sé que nada bueno hay en mí, es decir, en mi carne. En efecto, el deseo de hacer el bien está a mi alcance, pero no el realizarlo.
    Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.
    Pero cuando hago lo que no quiero, no soy yo quien lo hace, sino el pecado que reside en mí.
    De esa manera, vengo a descubrir esta ley: queriendo hacer el bien, se me presenta el mal.
    Porque de acuerdo con el hombre interior, me complazco en la Ley de Dios, pero observo que hay en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi razón y me ata a la ley del pecado que está en mis miembros.
    ¡Ay de mí! ¿Quién podrá librarme de este cuerpo que me lleva a la muerte?
    ¡Gracias a Dios, por Jesucristo, nuestro Señor! En una palabra, con mi razón sirvo a la Ley de Dios, pero con mi carne sirvo a la ley del pecado.

    Palabra de Dios


Salmo 119(118),66.68.76.77.93.94.

¡Enséñame tus mandamientos, Señor!

Enséñame la discreción y la sabiduría,
porque confío en tus mandamientos.
Tú eres bueno y haces el bien:
enséñame tus mandamientos.

Que tu misericordia me consuele,
de acuerdo con la promesa que me hiciste.
Que llegue hasta mí tu compasión, y viviré,
porque tu ley es toda mi alegría.

Nunca me olvidaré de tus preceptos:
por medio de ellos, me has dado la vida.
Sálvame, porque yo te pertenezco
y busco tus preceptos.


    Evangelio según San Lucas 12,54-59.

    Jesús dijo a la multitud: "Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede.
    Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
    ¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?
    ¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?
    Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel.
    Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo."

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 24 de Octubre - «Trata de arreglarte con tu hermano por el camino»


      San Francisco de Sales, obispo Carta: Sencillez A la Hna. de Soulfour, 1603.


«Trata de arreglarte con tu hermano por el camino» 

    Si tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo lo será, dice el Salvador. Simplificad vuestros juicios; no hagáis tantas reflexiones ni réplicas, sino caminad sencillamente y con confianza. Para vos no hay sino Dios y vos en este mundo; con el resto no tenéis nada que ver, sino en la medida en que Dios os lo exija y como Él os lo exija. Os lo ruego: no andéis mirando tanto para acá y para allá; tened vuestra vista recogida en Dios y en vos. Nunca veréis a Dios sin bondad y sin misericordia, ni os veréis a vos misma sin miseria. Su bondad la veréis siempre propicia a vuestra miseria y vuestra miseria, objeto de su bondad y misericordia. Por tanto, no os fijéis sino en eso, me refiero a mirarlo con detenimiento y expresamente; y todo lo demás vedlo como de paso.

    Por tanto, no escudriñéis lo que hacen los demás ni lo que les sucede; miradlos sencillamente, con dulzura y afecto. No exijáis de ellos más perfección que la que tenéis vos, ni os asombréis de sus imperfecciones tan variadas, que por ser raras y extrañas no son mayores. Haced como la abeja, que liba la miel de todas las flores y hierbas.

    Os mando, en segundo lugar que hagáis como los niños: mientras notan que su madre los sostiene por el brazo, se sienten valientes y corren sin asombrarse de los tropezones que la debilidad de sus piernas les ocasiona. Pues lo mismo hagáis cuando notéis que Dios os sostiene por la buena voluntad y resoluciones que os ha dado para servirle, id animosa, sin asombraros de las caídas y tropezones que tengáis; y sin enfadaros, siempre que de vez en cuando os echéis en sus brazos y le beséis con el beso de la caridad.

    Caminad con alegría y a corazón abierto, lo más que podáis; y si no siempre vais alegremente, al menos id con valor y confianza. No huyáis de la compañía de las Hermanas, aunque no sean de vuestro agrado; más bien huid del propio gusto cuando os cueste seguir la conversación de las Hermanas.

    Amad la santa virtud de la tolerancia y la flexibilidad, pues dice San Pablo que así cumpliréis la ley de Jesucristo.

SANTORAL - SAN LUIS GUANELLA

24 de Octubre


    En la ciudad de Como, en Italia, San Luis Guanella, presbítero, que fundó la Congregación de los Siervos de la Caridad y también la de las Hijas de Santa María de la Providencia, para atender a las necesidades de los desamparados y afligidos, y procurarles la salvación eterna. Luis Guanella nació en Fraciscio, Sondrio, el 19 de diciembre de 1842, el noveno de trece hijos. Desde niño aprendió una fe viva y operante, un constante amor al trabajo y una gran caridad para con los pobres.

    Pasada su niñez entre sus montes siempre nostálgicamente amados, fue alumno del Colegio Gallio de Como, frecuentó después, para los estudios eclesiásticos, los seminarios diocesanos, distinguiéndose por la angélica piedad, amabilidad de carácter y aprovechamiento en las disciplinas escolares. Ordenado sacerdote el 26 de mayo de 1868, estuvo encargado de cura de almas en Prosto y en Savogno, en Val Chiavena, donde construyó una escuela elemental, y enseñó en las escuelas, por cuanto tenía un diploma de maestro. Multiplicó las iniciativas benéficas a favor de los pobres y con entusiasmo organizó la acción Católica juvenil, fundada en 1867 por Juan Acquaderni y Mario Fani. En 1875 fue a Turín, a donde Juan Bosco, de quien aprendió el camino de la santidad y el método pedagógico. Se vinculó con los votos religiosos a la sociedad salesiana. Pero en 1878 fue llamado por su obispo a la diócesis, fue nuevamente párroco en Traona, Olmo y Pianello Lario, donde en 1885 sonó la hora de la misericordia con la primera fundación de las obras soñadas de tiempo atrás a favor de los pobres abandonados.

    Este sacerdote valteliense, en la escuela de los santos de su tiempo: Juan Bosco, José Cafasso, José Benito Cottolengo, Leonardo Murialdo, Luis Orione, Madre Francisca Javier Cabrini, también él fue iniciador de numerosas obras de beneficencia, que florecerían rápidamente gracias a su espíritu de dedicación, y a su capacidad de comunicar entusiasmo y valor a sus colaboradores.

    Devoto y admirador de San Francisco de Asís, ingresó en su Tercera Orden. De la vida del Pobrecillo asumió el espíritu de pobreza y de perfecta alegría, de gran confianza en Dios y de amor por los hermanos más pobres: los huérfanos, los deficientes, los ancianos y los enfermos. Para continuar la institución fundó dos congregaciones religiosas: los siervos de la Caridad (Guanelianos) y las Hijas de Santa María de la Providencia (Guanellianas). La obra se desarrolló admirablemente en Italia y en el exterior. La pía unión del tránsito de San José, iniciada por él en Roma, cuenta hoy con más de diez millones de miembros. En años de encendido anticlericalismo, fue mirado con sospecha por las autoridades laicas y fue blanco de injusticias y persecuciones, pero las superó con la fuerza de su fe y el fuego de la caridad. Fue a América siguiendo a los emigrantes, trabajó mucho por la asistencia religiosa a los mismos. Para instruir a la juventud abrió escuelas de iniciación, y oratorios. Para asistir a las víctimas del terremoto de Calabria, en Marsica y en Mesina, no economizó energías ni medios.

    En Como el 24 de octubre de 1915, a los 73 años concluyó su activa jornada este héroe de la caridad. Su cuerpo se venera en el Santuario del Sagrado Corazón en Como. Fue beatificado por Pablo VI el 25 de octubre de 1964 y canonizado por Benedicto XVI el 23 de octubre de 2011.

Oremos

    Señor Jesús, Tú viniste a la Tierra para ofrecer a todos el amor del Padre, y ser apoyo y consuelo de los pequeños y de los que sufren. Te damos gracias por habernos dado a tu siervo fiel, don Luis Guanella, como signo maravilloso del amor de Dios. Haz que el ejemplo de su vida pueda resplandecer en todo el mundo, para gloria de Dios Padre y para beneficio del pueblo cristiano. Concédenos, por su intercesión, la grecia que ahora te pedimos y haz que podemos imitar sus virtudes: el ardiente amor hacia la Eucaristía,, la confianza serena en la Providencia, la tierna caridad para con los más pobres, la pasión pastoral por tu pueblo, para que -junto con él- podemos recibir el premio de gloria que nos preparaste en la casa del Padre. Amén.

-FRASE DEL DÍA-