viernes, 17 de noviembre de 2023

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO PRIMERO
EL LLAMADO A LA SANTIDAD
También para ti

  

    18. Así, bajo el impulso de la gracia divina, con muchos gestos vamos construyendo esa figura de santidad que Dios quería, pero no como seres autosuficientes sino «como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios» (1 P 4,10). Bien nos enseñaron los Obispos de Nueva Zelanda que es posible amar con el amor incondicional del Señor, porque el Resucitado comparte su vida poderosa con nuestras frágiles vidas: «Su amor no tiene límites y una vez dado nunca se echó atrás. Fue incondicional y permaneció fiel. Amar así no es fácil porque muchas veces somos tan débiles. Pero precisamente para tratar de amar como Cristo nos amó, Cristo comparte su propia vida resucitada con nosotros. De esta manera, nuestras vidas demuestran su poder en acción, incluso en medio de la debilidad humana»[17].

[17] Conferencia de Obispos católicos de Nueva Zelanda, Healing love (1 enero 1988).


-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO DEL DÍA - 18 DE NOVIEMBRE - San Lucas 18,1-8.


    Libro de la Sabiduría 18,14-16.19,6-9.

    Cuando un silencio apacible envolvía todas las cosas, y la noche había llegado a la mitad de su rápida carrera, tu Palabra omnipotente se lanzó desde el cielo, desde el trono real, como un guerrero implacable, en medio del país condenado al exterminio. Empuñando como una espada afilada tu decreto irrevocable, se detuvo y sembró la muerte por todas partes: a la vez que tocaba el cielo, avanzaba sobre la tierra.
    Porque la creación entera, obedeciendo a tus órdenes, adquiría nuevas formas en su propia naturaleza, para que tus hijos fueran preservados incólumes.
    Se vio a la nube cubrir el campamento con su sombra y emerger la tierra seca de lo que antes era agua; apareció en el Mar Rojo un camino despejado y una verde llanura, entre las olas impetuosas: por allí paso todo un pueblo, protegido por tu mano, contemplando prodigios admirables.
    Eran como caballos en un pastizal y retozaban como corderos, alabándote a ti, Señor, su liberador.

    Palabra de Dios.


Salmo 105(104),2-3.36-37.42-43.

Canten al Señor con instrumentos musicales,
pregonen todas sus maravillas!
¡Gloríense en su santo Nombre,
alégrense los que buscan al Señor!

Hirió de muerte a los primogénitos de aquel país,
a las primicias de todo ser viviente;
sacó a su pueblo cargado de oro y plata,
y nadie desfalleció entre sus tribus:

Él se acordó de la palabra sagrada,
que había dado a Abraham, su servidor,
e hizo salir a su pueblo con alegría,
a sus elegidos, entre cantos de triunfo.


    Evangelio según San Lucas 18,1-8.

    Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: "En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: 'Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario'.
    Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'".
    Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto.
    Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?
    Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?".

    Palabra del Señor.

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 18 DE NOVIEMBRE - "¡Soy un pobre, un mendigo, pero Dios es mi sostén!"


San Juan Casiano (c. 360-435) fundador de la Abadía de MarsellaConferencias, VIII-XVII, Sobre la oración, X (SC 54, Conférences VIII- XVII, Cerf, 1958)


"¡Soy un pobre, un mendigo, pero Dios es mi sostén!"

    “Que el débil no retroceda lleno de confusión, que el pobre y el oprimido alaben tu Nombre” (Sal 74(73),21). ¿Qué pobreza es más grande o más santa, que la de un hombre que se sabe desprovisto de todo medio y de toda fuerza? La ayuda que necesita cada día la solicita a la bondad de los otros. Ve que su vida y su ser se sostienen cada instante por la divina asistencia y se proclama, con justicia, un verdadero mendigo del Señor. Grita hacia él cada día, con voz suplicante: “Soy un pobre, un mendigo, pero Dios es mi sostén” Por eso, Dios mismo lo aclarará con su luz, para hacerlo subir a la ciencia multiforme de su Ser. Se saciará con la visión de los misterios más sublimes y escondidos, según dice el profeta “Los altos peñascos son para las cabras, y en las rocas se refugian los erizos” (Sal 104(103),18).

    Este texto conviene a la idea que expresamos. El que persevere en la inocencia y la sencillez, no molesta, ni es una carga para nadie. Contento de su sencillez, sólo desea un abrigo que lo preserve de convertirse en la presa de sus enemigos. Se transformó en una especie de erizo espiritual, que encuentra asilo y protección bajo la piedra de la que habla el Evangelio. Protegido por el recuerdo de la pasión del Señor y la oración incesante (…), escapa a los ataques del enemigo. El libro de los Proverbios habla de los damanes que, como los erizos espirituales, se protegen en las rocas: “Los damanes, pueblo sin poder, que instalan sus casas en la roca” (Prov 30,26). Porque, ¿hay de menos fuerte que un cristiano y de más débil que un monje?

SANTORAL - MÁRTIRES SALESAS

18 de Noviembre


    Sor Gabriela; Sor Teresa María; Sor Josefa María; Sor Ángela; Sor Inés; Sor Engracia; Sor Cecilia (Monjas de la Visitación de Santa María [fundación Salesas]). La siete oyeron un día la «llamada» a la Visitación y dijeron que Sí a Cristo y día a día en el silencio del claustro fueron viviendo su entrega. Ocultas a los ojos de los hombres, pero llevando en su corazón las preocupaciones y sufrimientos de todos ellos en constante oración y sacrificio, fueron gastando su existencia en bien de la Iglesia.

    «Desde aquí se puede ser misionera aprovechando todos los instantes de una vida de inmolación y sacrificio.» « Todo por su amor, su gloria, las almas» Este es el motivo de su entrega. « Junto a Dios todo se transforma, todo cambia de aspecto... ¡vivir en estrecha unión con Jesús nuestro Dios, nuestro todo! ¡Que dicha, qué felicidad tan grande! ¡Pobrecitos los que aún no saben que existe! Pero todo lo que tengamos... lo daremos para ellos...» (extracto de sus escritos) Verano de 1936. Está a punto de estallar la guerra. Alarmas, inquietudes... El riesgo es grande porque intentan incendiar el Monasterio de la Visitación de Santa María. Cómo vírgenes prudentes sale de él refugiándose en un bajo semi-sótano que se convierte en una pequeña catacumba donde suben incesantemente al Señor sus ardientes súplicas y constante oración.

    El hecho de vivir varias mujeres juntas y oyéndolas rezar, infunde sospechas de su estado religioso que origina la persecución... Algunos de sus familiares les suplican que vayan con ellos. El portero de la finca se ofrece a ponerlas a salvo una a una ... pero no aceptan. « Queremos seguir reunidas, dispuestas a sufrir todo lo que el Señor permita, felices y contentas de dar nuestra vida por Él « Su fe viva les hace ver la voluntad de Dios en el simple consejo de su Superiora que le había insinuado que, mientras fuera posible no se separan: fe heroica en estas circunstancias, fiel ante la prueba, inconmovible a la vida del martirio.

    «Hemos prometido ante Jesús las siete juntas, no separarnos» Fraternidad exquisita exenta de todo egoísmo, no queriendo dejar a las otras para salvarse cada una a sí misma, y tampoco comprometer a los demás. Amor a su vocación al no aceptar estas ofertas, continuando en la observancia de su vida religiosa con mayor sacrificio... Con paz, serenidad y alegría. Disposición de ánimo tan notoria en todas que admiró a cuantos las visitaron.« El hará de nosotras lo que más convenga» Abandonadas a El permanecen tranquilas.

    El Padre Vargas Zúñiga S.J. que tuvo contacto con cada una de ellas se expresa así: « Fui testigo presencial de la santa vida que llevaban estas religiosas en Manuel G. Longoria, 4. La confesé las dos últimas veces y pude admirar la fineza de sus almas y la serenidad de sus ánimos.» Dado su fervor anhelan el martirio y hasta lo esperan con júbilo y deseo de la salvación de las almas: «¡Jesús mío, cuanto antes! « ¡Si por nuestra sangre se salvara España!» Acostumbradas a ver a Dios en las personas y acontecimientos exclaman ante el peligro inminente: « El Señor nos anuncia el martirio «... No miran a las criaturas; se sienten llamadas por Dios a la suprema entrega del amor: dar la vida. « Estamos esperando que de un momento a otro vengan a buscarnos en nombre de Dios.» Una noche de oración templa sus almas.

    Están preparadas; sus lámparas bien encendidas con el óleo de la fe y el fuego de la caridad. Pronto darán la mayor prueba de ella. Ansían este momento y crece el deseo a medida que se acerca, dando gracias a Dios al ver llegada la hora. Al dirigirse al camión que las conduce al martirio, las siete, con gran entereza y serenidad proclaman valientemente su fe haciendo la señal de la cruz ante el alboroto de cuantos presencian su marcha.

    Apenas llegadas a un descampado, acribilladas a balazos rubrican con su sangre el último y generoso Sí de su entrega. Hna. M.a Cecilia al sentir que se desploma Hna. M.a Gabriela a la que va tomada de la mano, instintivamente huye aterrorizada, pero bien pronto se entregará diciendo: « Soy religiosa « En la checa lo repetirá a amigos y enemigos... Anima a sus compañeras de prisión a sufrir por Dios, edificándolas por su paciencia y unión a la voluntad divina.

    Cinco días después, 23 noviembre seguirá las huellas de sus Hermanas dando la vida por Cristo ¿Cuántas almas habrán sentido el influjo de esta entrega?

Oremos

    Jesús, manso y humilde de Corazón, que has coronado con la palma del martirio a siete Hermanas de la Orden de la Visitación de Santa María, te rogamos nos concedas imitar su vida de generosa entrega y fidelidad en el amor y la gracia que te pedimos por su intercesión. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

-FRASE DEL DÍA-