martes, 14 de marzo de 2023
EVANGELIO - 15 de Marzo - San Mateo 5,17-19.
Tengan bien presente que ha sido el Señor, mi Dios, el que me ordenó enseñarles los preceptos y las leyes que ustedes deberán cumplir en la tierra de la que van a tomar posesión.
Obsérvenlos y pónganlos en práctica, porque así serán sabios y prudentes a los ojos de los pueblos, que al oír todas estas leyes, dirán: "¡Realmente es un pueblo sabio y prudente esta gran nación!".
¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos?.
¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes?.
Pero presta atención y ten cuidado, para no olvidar las cosas que has visto con tus propios ojos, ni dejar que se aparten de tu corazón un sólo instante. Enséñalas a tus hijos y a tus nietos."
Salmo 147,12-13.15-16.19-20.
alaba a tu Dios, Sión!
El reforzó los cerrojos de tus puertas
y bendijo a tus hijos dentro de ti.
Envía su mensaje a la tierra,
su palabra corre velozmente;
reparte la nieve como lana
y esparce la escarcha como ceniza.
Revela su palabra a Jacob,
sus preceptos y mandatos a Israel:
a ningún otro pueblo trató así
ni le dio a conocer sus mandamientos.
Evangelio según San Mateo 5,17-19.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.»
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 15 de Marzo - «He venido a dar cumplimiento»
«Jesús subió a un monte; se le acercaron sus discípulos y les dijo: Antes pasarán el cielo y la tierra que falte una jota o una tilde de la Ley hasta que todo se cumpla.» (Mt 5, 1-18). El deseo de Dios de que cumplamos sus mandamientos es muy grande... Un mandato, por suave que sea, se convierte en duro cuando lo impone un corazón tirano y cruel, pero se hace fácil cuando es el amor quien lo ordena...
Hay muchos que guardan los mandamientos como quien traga un medicamento, más por miedo a condenarse que por el gozo de vivir dando gusto al Salvador. Pero lo mismo que hay personas que por agradable que sea un medicamento lo toman con disgusto solamente por el nombre que tiene de medicamento, también hay almas que sienten horror a hacer lo que se les manda, únicamente por el hecho de que se les mande hacerlas.
Por el contrario, los corazones amantes aman los mandamientos y cuanto más difíciles, más dulces y agradables los encuentran porque complacen más al Amado y le dan más honor... El amante encuentra tanta suavidad en cumplirlos, que en nada encuentra más aliento que en la cruz, en la mortificación... La ley del Salvador es una carga que alivia, que da descanso, que recrea los corazones que aman a su divina Majestad... Un trabajo, cuando va mezclado al santo amor, es más agradable al gusto que si fuera una pura dulzura.
El amor divino nos hace así conformes con la voluntad de Dios y nos hace observar exactamente sus mandamientos de modo que coinciden absolutamente con nuestros deseos. Convierte en nosotros esa necesidad de obedecer, que la ley nos impone en virtud de dilección, y torna en deleite toda dificultad.
SANTORAL - SAN LONGINOS MÁRTIR
San Longinios fue el centurión que por órdenes de Pilatos, estuvo con otros soldados al pie de la cruz de Nuestro Señor y el que traspasó su costado con una lanza. Longinos fue quien, al ver las portentosas convulsiones de la naturaleza que se produjeron a la muerte de Cristo, pronunció la famosa frase que le hizo el primer convertido a la fe cristiana: "Verdaderamente, Este era Hijo de Dios". También se dice que se estaba quedando ciego y al dar la lanzada, una gota del Salvador cayó sobre sus ojos y lo dejó sano al instante; por tal razón, abandonó la carrera de soldado y después de haber sido instruido por los apóstoles, llevó una vida monástica en Cesárea, Capadocia, donde ganó muchas almas para Cristo por medio de palabras y ejemplo.
Muy pronto cayó en manos de los perseguidores, que lo llevaron a juicio y como se rehusó a ofrecer sacrificio, el gobernador ordenó que se le quebrantaran a golpes todos los dientes y que le cortaran la lengua. Sin embargo, el santo cogió una hacha y redujo a fragmentos los ídolos, de donde salió una horda de demonios que se apoderó del gobernador y sus ayudantes, que comenzaron a dar gritos y gemidos. Longinos fue hacia el gobernador y le dijo que solo con su muerte podrá ser curado, por lo que fue condenado a ser decapitado. Tan pronto fue ejecutado el santo, el gobernador mostró su arrepentimiento y en el mismo momento recuperó la cordura y terminó su vida haciendo toda clase de buenas obras.
Dios todopoderoso, haced, os lo suplicamos, que por la intercesión del bienaventurado Longinos, sean librados nuestros cuerpos de toda adversidad y nuestro espíritu de todo mal pensamiento. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.