El Papa Francisco pide rezar en julio por la misión continental en América Latina
Jueves 30 Jun 2016 | 11:47 am Ciudad del Vaticano (AICA)
La intención universal del apostolado de la oración del Santo Padre para el mes de julio de 2016 es: “Para que sean respetados los pueblos indígenas amenazados en su identidad y hasta en su misma existencia”. Su intención evangelizadora es: “Para que la Iglesia de América Latina y el Caribe, a través de la misión continental, anuncie con ímpetu y entusiasmo renovado el Evangelio”.
“Para que sean respetados los pueblos indígenas amenazados en su identidad y hasta en su misma existencia”.
Su intención evangelizadora es:
Su intención evangelizadora es:
“Para que la Iglesia de América Latina y el Caribe, a través de la misión continental, anuncie con ímpetu y entusiasmo renovado el Evangelio”.
La Misión Continental es el gran proyecto propuesto por la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe que tuvo lugar en el santuario de Nuestra Señora Aparecida, Brasil, en 2007.
La Misión no pretende ser un acto más, para ser realizado dentro de un plazo determinado sino, sobre todo, un cambio profundo de actitud: poner a toda la Iglesia en “estado de misión permanente”, como aspecto fundamental de la conversión pastoral que los participantes de la V Conferencia vieron como necesaria y urgente.
Cada conferencia episcopal y cada diócesis están llamadas a asumir el proyecto de la Misión Continental desde su propia realidad, dándole su impronta y dándose sus propios tiempos.
Los obispos, reunidos en Aparecida, definieron la Misión Continental como “un tiempo de gracia para la Iglesia que peregrina en América Latina y el Caribe, un tiempo para tomar conciencia de su auténtica vocación cristiana. Es una Misión permanente, única y variada, que expresa la voluntad de la Iglesia de ser discípula y misionera de Cristo para transmitir a los demás la alegría de la fe en el actual proceso de cambio que vive la sociedad en general”.
La Misión Continental
La Misión no pretende ser un acto más, para ser realizado dentro de un plazo determinado sino, sobre todo, un cambio profundo de actitud: poner a toda la Iglesia en “estado de misión permanente”, como aspecto fundamental de la conversión pastoral que los participantes de la V Conferencia vieron como necesaria y urgente.
Cada conferencia episcopal y cada diócesis están llamadas a asumir el proyecto de la Misión Continental desde su propia realidad, dándole su impronta y dándose sus propios tiempos.
Los obispos, reunidos en Aparecida, definieron la Misión Continental como “un tiempo de gracia para la Iglesia que peregrina en América Latina y el Caribe, un tiempo para tomar conciencia de su auténtica vocación cristiana. Es una Misión permanente, única y variada, que expresa la voluntad de la Iglesia de ser discípula y misionera de Cristo para transmitir a los demás la alegría de la fe en el actual proceso de cambio que vive la sociedad en general”.