viernes, 29 de marzo de 2019

LITURGIA DE LAS HORAS - OFICIO DE LECTURA - SÁBADO SEMANA III - SALTERIO III

TIEMPO DE CUARESMA
SÁBADO DE LA SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III. I Vísperas del Domingo IV de Cuaresma.

30 de marzo


OFICIO DE LECTURA

Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V. Señor abre mis labiosR. Y mi boca proclamará tu alabanza

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. 
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»

Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
.
Himno: ¿QUÉ TENGO YO QUE MI AMISTAD PROCURAS?


¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!»

y ¡cuántas, hermosura soberana:
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana! Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Dad gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los hombres.

Salmo 106 I - ACCIÓN DE GRACIAS: DIOS SALVA A SU PUEBLO DE LAS CRISIS POR LAS QUE PASA A TRAVÉS DE LA HISTORIA

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Que lo confiesen los redimidos por el Señor,
los que él rescató de la mano del enemigo,
los que reunió de todos los países:
norte y sur, oriente y occidente.

Erraban por un desierto solitario,
no encontraban el camino de ciudad habitada;
pasaban hambre y sed,
se les iba agotando la vida;
pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.

Los guió por un camino derecho,
para que llegaran a ciudad habitada.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Calmó el ansia de los sedientos,
y a los hambrientos los colmó de bienes.

Yacían en oscuridad y tinieblas,
cautivos de hierros y miserias;
por haberse rebelado contra los mandamientos,
despreciando el plan del Altísimo.

Él humilló su corazón con trabajos,
sucumbían y nadie los socorría.
Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.

Los sacó de las sombrías tinieblas,
arrancó sus cadenas.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Destrozó las puertas de bronce,
quebró los cerrojos de hierro.

Estaban enfermos, por sus maldades,
por sus culpas eran afligidos;
aborrecían todos los manjares,
y ya tocaban las puertas de la muerte.
Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.

Envió su palabra, para curarlos,
para salvarlos de la perdición.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Ofrézcanle sacrificios de alabanza,
y cuenten con entusiasmo sus acciones.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dad gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los hombres.
Ant 2. Contemplaron las obras de Dios y sus maravillas.

Salmo 106 II

Entraron en naves por el mar,
comerciando por las aguas inmensas.
Contemplaron las obras de Dios,
sus maravillas en el océano.

Él habló y levantó un viento tormentoso,
que alzaba las olas a lo alto:
subían al cielo, bajaban al abismo,
su vida se marchitaba por el mareo,
rodaban, se tambaleaban como ebrios,
y no les valía su pericia.
Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.

Apaciguó la tormenta en suave brisa,
y enmudecieron las olas del mar.
Se alegraron de aquella bonanza,
y él los condujo al ansiado puerto.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.

Aclámenlo en la asamblea del pueblo,
alábenlo en el consejo de los ancianos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Contemplaron las obras de Dios y sus maravillas.
Ant 3. Los rectos lo ven y se alegran y comprenden la misericordia del Señor.


Salmo 106 III


El transforma los ríos en desierto,
los manantiales de agua en aridez;
la tierra fértil en marismas,
por la depravación de sus habitantes.

Transforma el desierto en estanques,
el erial en manantiales de agua.
Coloca allí a los hambrientos,
y fundan una ciudad para habitar.

Siembran campos, plantan huertos,
recogen cosechas.
Los bendice, y se multiplican,
y no les escatima el ganado.

Si menguan, abatidos por el peso
de infortunios y desgracias,
el mismo que arroja desprecio sobre los príncipes
y los descarría por una soledad sin caminos
levanta a los pobres de la miseria
y multiplica sus familias como rebaños.

Los rectos lo ven y se alegran,
a la maldad se le tapa la boca.
El que sea sabio, que recoja estos hechos
y comprenda la misericordia del Señor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Los rectos lo ven y se alegran y comprenden la misericordia del Señor.

V. El que obra la verdad viene a la luz.R. y sus obras quedan de manifiesto.


PRIMERA LECTURA

De la carta a los Hebreos 6, 9-20

LA FIDELIDAD DE DIOS ES EL FUNDAMENTO DE NUESTRA ESPERANZA


Hermanos, abrigamos las mejores esperanzas sobre vuestra salvación. Que no es Dios injusto para olvidar vuestra labor y el amor que mostrasteis por su nombre, al prestar ayuda a los fieles y al perseverar ahora en su asistencia. Sólo deseamos que cada uno de vosotros demuestre hasta el fin el mismo interés por la plena realización de la esperanza. No os hagáis perezosos, sino imitad a aquellos que, por su fe y constancia, entran en posesión de las promesas.

Así sucedió con Abraham. Dios, al hacerle las promesas, como no podía jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: «Te colmaré de bendiciones y te multiplicaré extraordinariamente.» Y así, Abraham, perseverando con toda constancia, obtuvo la realización de la promesa.

Los hombres juran por otro mayor que ellos, y el juramento es la garantía que pone fin a todas sus controversias. Por eso Dios, queriendo demostrar con más claridad a los herederos de la promesa lo irrevocable de su decisión, empeñó su palabra con juramento. Así, por dos hechos irrevocables, en que no cabe mentira por parte de Dios, cobramos más ánimos nosotros, los que buscamos refugio en él, para asirnos fuertemente a la esperanza que nos propone. Ésta es el áncora firme y segura de nuestra alma, «que penetra más allá del velo», hasta el interior del santuario, adonde entró Jesús como precursor nuestro, constituido sumo sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec.

RESPONSORIO Hb 6, 19b-20; 7, 24b-25


R. Jesús penetró, más allá del velo, hasta el interior del santuario, como precursor nuestro, constituido sumo sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec. * Él vive para siempre para interceder por nosotros.V. Jesús tiene un sacerdocio eterno; de aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios.R. Él vive para siempre para interceder por nosotros.

SEGUNDA LECTURA

De las Disertaciones de san Gregorio de Nacianzo, obispo
(Disertación 14, Sobre el amor a los pobres, 38. 40: PG 35, 907. 910)

SIRVAMOS A CRISTO EN LA PERSONA DE LOS POBRES


Dichosos los misericordiosos -dice la Escritura-, porque ellos alcanzarán misericordia. La misericordia no es, ciertamente, la última de las bienaventuranzas. Y dice también el salmo: Dichoso el que cuida del pobre y desvalido. Y asimismo: Dichoso el que se apiada y presta. Y en otro lugar: El justo a diario se compadece y da prestado. Hagámonos, pues, dignos de estas bendiciones divinas.

Ni la misma noche ha de interrumpir el ejercicio de nuestra misericordia. No digas al prójimo: Anda, vete; mañana te lo daré. Que no haya solución de continuidad entre nuestra decisión y su cumplimiento. La beneficencia es lo único que no admite dilación.

Parte tu pan con el que tiene hambre, da hospedaje a los pobres que no tienen techo, y ello con prontitud y alegría. Quien practique la misericordia -dice el Apóstol-, que lo haga con jovialidad; esta prontitud y diligencia duplicarán el premio de tu dádiva. Pues lo que se ofrece de mala gana y por fuerza no resulta en modo alguno agradable ni hermoso. Hemos de alegrarnos en vez de entristecernos cuando prestamos algún beneficio. Si quitas las cadenas y la opresión, dice la Escritura, esto es, la avaricia y la reticencia, las dudas y palabras quejumbrosas, ¿qué resultará de ello? Algo grande y admirable. Una gran recompensa. Brillará tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana. ¿Y quién hay que no desee la luz y la salud?

Por esto, si me juzgáis digno de alguna atención, siervos de Cristo, hermanos y coherederos suyos, visitemos a Cristo siempre que se presente la ocasión, alimentemos a Cristo, vistamos a Cristo, demos albergue a Cristo, honremos a Cristo, no sólo en la mesa, como Simón, ni sólo con ungüentos, como María, ni sólo en el sepulcro, como José de Arimatea, ni con lo necesario para la sepultura, como aquel que amaba a medias a Cristo, Nicodemo, ni, por último, con oro, incienso y mirra, como los Magos, sino que, ya que el Señor de todo quiere misericordia y no sacrificios, y ya que la compasión está por encima de la grasa de millares de carneros, démosela en la persona de los pobres y de los que están hoy echados en el polvo, para que, al salir de este mundo, nos reciban en las moradas eternas, por el mismo Cristo nuestro Señor, a quien sea la gloria por los siglos. Amén.

RESPONSORIO Mt 25, 35. 40; Jn 15, 12


R. Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis. * Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.V. Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado.R. Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.

ORACIÓN.

OREMOS,
Señor, danos la gracia de celebrar esta Cuaresma con alegría y de penetrar a fondo el verdadero sentido del misterio pascual, para que podamos alcanzar plenamente su eficacia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

CONCLUSIÓN

V. 
Bendigamos al Señor.R. Demos gracias a Dios.

LITURGIA DE LAS HORAS - LAUDES - SÁBADO DE LA SEMANA III - SALTERIO III

TIEMPO DE CUARESMA

SÁBADO DE LA SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III. I Vísperas del Domingo IV de Cuaresma.

30 de marzo



LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)


V. 
Señor abre mis labiosR. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. 
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA


Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno: LOS HOMBROS TRAIGO CARGADOS.


Los hombros traigo cargados
de graves culpas, mi Dios;
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.

Yo soy quien ha de llorar,
por ser acto de flaqueza;
que no hay en naturaleza
más flaqueza que el pecar.

Y, pues andamos trocados,
que yo peco y lloráis vos,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.

Vos sois quien cargar se puede
estas mis culpas mortales,
que la menor destas tales
a cualquier peso excede;

y, pues que son tan pesados
aquestos yerros, mi Dios,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.

Al Padre, al Hijo, al Amor,
alegres cantad, criaturas,
y resuene en las alturas
toda gloria y todo honor. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.

Salmo 118, 145-152 TE INVOCO DE TODO CORAZÓN


Te invoco de todo corazón;
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.

Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.

Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.Ant 2. Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos.

Cántico: DAME SEÑOR, LA SABIDURÍA Sb 9, 1-6. 9-11


Dios de los padres y Señor de la misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al hombre,
para que dominase sobre tus creaturas,
y para que rigiese el mundo con santidad y justicia
y lo gobernase con rectitud de corazón.

Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.

Pues aunque uno sea perfecto
entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.

Contigo está la sabiduría conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.

Mándala de tus santos cielos
y de tu trono de gloria envíala
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.

Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos.Ant 3. La fidelidad del Señor dura por siempre.

Salmo 116 - INVITACIÓN UNIVERSAL A LA ALABANZA DIVINA.


Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. La fidelidad del Señor dura por siempre.

LECTURA BREVE Is 1, 16-18


«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad lo que es justo, haced justicia al oprimido, defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid, y litigaremos -dice el Señor-. Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como la nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán blancos como lana.»

RESPONSORIO BREVE

V. 
Él me librará de la red del cazador.R. Él me librará de la red del cazador.V. Me cubrirá con su plumaje.R. Él me librará de la red del cazador.V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Él me librará de la red del cazador.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
El publicano, quedándose a cierta distancia, no se atrevía ni siquiera a levantar los ojos al cielo; y se daba golpes de pecho, mientras decía: «¡Dios mío, ten compasión de mí, que soy un pecador!»

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79


Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El publicano, quedándose a cierta distancia, no se atrevía ni siquiera a levantar los ojos al cielo; y se daba golpes de pecho, mientras decía: «¡Dios mío, ten compasión de mí, que soy un pecador!»

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, que para hacer de nosotros creaturas nuevas ha instituido el baño del bautismo y nos alimenta con su palabra y su carne, y supliquémosle, diciendo:

Renuévanos con tu gracia, Señor.

Señor Jesús, tú que eres manso y humilde de corazón, danos entrañas de misericordia, bondad y humildad
y danos comprensión para con todos.

Que sepamos ayudar a los necesitados y consolar a los que sufren,
para imitarte a ti, el buen Samaritano.

Que María, la Virgen Madre, interceda por las vírgenes que se han consagrado a tu servicio,
para que vivan su virginidad con un grande amor hacia ti, en bien de la Iglesia.

Concédenos la abundancia de tu misericordia
y perdona la multitud de nuestros pecados y el castigo que por ellos merecemos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó y pidamos al Padre que nos libre del mal:

Padre nuestro...


ORACION
Señor, danos la gracia de celebrar esta Cuaresma con alegría y de penetrar a fondo el verdadero sentido del misterio pascual, para que podamos alcanzar plenamente su eficacia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.

LITURGIA DE LAS HORAS - VÍSPERAS - SÁBADO DE LA SEMANA III - SALTERIO III

TIEMPO DE CUARESMA

SÁBADO DE LA SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III. I Vísperas del Domingo IV de Cuaresma.

30 de marzo



I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Himno: INSIGNE DEFENSOR DE NUESTRA CAUSA.


Insigne defensor de nuestra causa,
Señor y Salvador del pueblo humano,
acoge nuestras súplicas humildes,
perdona nuestras culpas y pecados.

El día con sus gozos y sus penas
pasó dejando huellas en el alma,
igual que nuestros pies en su camino
dejaron en el polvo sus pisadas.

No dejes de mirarnos en la noche,
dormida nuestra vida en su regazo;
vigila el campamento de los hombres,
camino de tu reino ya cercano.

Ahuyenta de tu pueblo la zozobra,
sé nube luminosa en el desierto,
sé fuerza recobrada en el descanso,
mañana y horizonte siempre abierto.

Bendice, Padre santo, la tarea
del pueblo caminante en la promesa;
llegados a Emaús, tu Hijo amado
nos parta el pan y el vino de la cena. Amén.


SALMODIA

Ant 1. 
Vamos a la casa del Señor, con alegría.

Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN


¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. Vamos a la casa del Señor, con alegría.Ant 2. Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te alumbrará.

Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.


Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te alumbrará.Ant 3. Dios, por el gran amor con que nos amó, aún cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo.

Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2, 6-11


Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios, por el gran amor con que nos amó, aún cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo.

LECTURA BREVE 2Co 6, 1-4a


Os exhortamos a que deis pruebas de no haber recibido en vano la gracia de Dios, pues dice él en la Escritura: «En el tiempo propicio te escuché, y te ayudé en el día de salvación.» Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de salvación. A nadie queremos dar nunca motivo de escándalo, a fin de no hacer caer en descrédito nuestro ministerio, antes al contrario, queremos acreditarnos siempre en todo como verdaderos servidores de Dios.


RESPONSORIO BREVE

R. 
Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.V. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos.R. Porque hemos pecado contra ti.V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único; el que cree en él no perece, sino que tiene vida eterna.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55


Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único; el que cree en él no perece, sino que tiene vida eterna.

PRECES

Bendigamos al Señor, solícito y providente para con todos los hombres, e invoquémosle, diciendo:

Salva, Señor, a los que has redimido.

Señor, fuente de todo bien y origen de toda verdad, llena con tus dones a todos los obispos
y conserva en la doctrina de los apóstoles a los fieles que les han sido confiados.

Que aquellos que se nutren con el mismo pan de vida vivan unidos en la caridad,
para que todos seamos uno en el cuerpo de tu Hijo.

Que nos despojemos de nuestra vieja condición humana y de sus obras,
y nos renovemos a imagen de Cristo, tu Hijo.

Concede a tu pueblo que por la penitencia obtenga el Perdón de sus pecados
y tenga parte en los méritos de Jesucristo.


Se pueden añadir algunas intenciones libres

Haz que nuestros hermanos difuntos puedan alabarte eternamente en el cielo,
y que nosotros esperemos confiadamente unirnos a ellos en tu reino.

Pidamos a nuestro Padre, con las palabras que Cristo nos enseñó, que nos dé la fuerza que necesitamos para no caer en la tentación:


Padre nuestro...

ORACION


Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.

LITURGIA DE LAS HORAS - COMPLETAS


COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL
 
V. Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.

Himno: TÚ, A QUIEN HE BUSCADO, SEÑOR


Tú, a quien he buscado, Señor,
en este día,
a quien he escuchado,
dame el reposo de esta noche.

Tú, a quien he cantado, Señor,
en este día,
a quien he orado,
dame el reposo de esta noche.

Tú, a quien yo he negado, Señor,
en este día,
a quien he amado,
dame el reposo de esta noche. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.

Salmo 4 - ACCIÓN DE GRACIAS.


Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.

Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.

Temblad y no pequéis, reflexionad
en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios legítimos
y confiad en el Señor.

Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»

Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino.

En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.Ant 2. Durante la noche, bendecid al Señor.

Salmo 133 - ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO


Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor:

Levantad las manos hacia el santuario,
y bendecid al Señor.

El Señor te bendiga desde Sión:
el que hizo cielo y tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Durante la noche, bendecid al Señor.
LECTURA BREVE Dt 6,4-7


Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.

RESPONSORIO BREVE

V. 
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.V. Tú, el Dios leal, nos librarás.R. Te encomiendo mi espíritu.V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACION

OREMOS,
Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

BENDICIÓN

V. 
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.R. Amén.

ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGENSalve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.


EVANGELIO DEL DÍA - San Lucas 18,9-14

TIEMPO DE CUARESMA
SÁBADO DE LA SEMANA III
30 de marzo

    Evangelio según San Lucas 18,9-14.

    Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola: "Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.
    El fariseo, de pie, oraba así: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano.
    Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas'.
    En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!'.
    Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado".

Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - "Ten piedad de mí que soy un pecador"

TIEMPO DE CUARESMA
SÁBADO DE LA SEMANA III
30 de marzo

     Padre Pío de Pietrelcina - Buona giornata: Fundamento de la santidad

«Ten piedad de mí que soy un pecador» (Lc 18,13)

    Es importante que insistas en lo que es el fundamento de la santidad y el fundamento de la bondad. Quiero decir la virtud de la que Jesús se presenta explícitamente como modelo: «la humildad. (Mt 11,29) La humildad interior más que exterior. Reconoce que tú eres verdaderamente una nada, miserable, débil, plagado de defectos, capaz de cambiar el bien en el mal, de abandonar el bien por el mal, de atribuirte el bien y justificarte en el mal, y, por amor a este mal menospreciar a Aquel que es el bien supremo.

    No te acuestes nunca sin haber hecho previamente un examen de conciencia de cómo has pasado el día. Vuelve hacia el Señor todos tus pensamientos y conságrale tu persona y la de todos los cristianos. Luego, ofrécele tu sueño como alabanza de su gloria, sin olvidar nunca tu buen ángel de la guarda que permanece a tu lado.

SANTORAL - SANTA IRENE DE MACEDONIA



    Santa Irene de origen eslavo, vivió en la segunda mitad del primer siglo, era hija de Licinio gobernante de la ciudad de Magedon en Macedonia. Ya en su juventud Irene creyó en Jesucristo, al comprender la futilidad de la vida pagana.

    
    De acuerdo a la tradición fue bautizada por el Apóstol Timoteo, discípulo del Apóstol San Pablo. Deseando dedicar su vida al Señor, Santa Irene, renunció al casamiento. Al conocer más profundamente la fe cristiana, Santa Irene empezó a convencer a sus padres para que se conviertan al cristianismo. El padre de Irene en principio comenzó a escuchar sus palabras con benevolencia. Luego se enojó con ella, y cuando ella renunció venerar a los ídolos, la arrojó bajo las patas de los caballos salvajes. Sin tocar a la mártir, los caballos se tiraron sobre el padre y lo aplastaron hasta matarlo. Cuando por sus oraciones él fue devuelto a la vida, él, toda su familia, y 3000 personas mas se hicieron creyentes.

    Después de ello, Santa Irene comenzó con decisión a profetizar sobre Jesucristo entre los habitantes de Macedonia, por lo cual muchas veces fue sometida a sufrimientos y humillaciones. Por orden del gobernante de Sedeka, a Santa Irene la tiraron en un pozo con víboras, luego trataron de serrucharla, finalmente la ataron a la rueda del molino. Los sufrimientos de Irene eran acompañados por señales milagrosas, atrayendo a muchos a creer en Cristo. Así las víboras no tocaban a la mártir, los serruchos no lastimaban su piel, la rueda del molino no giraba. El mismo atormentador Vavodón creyó en Jesucristo y se bautizó. En total, gracias a Irene se convirtieron alrededor de 10.000 paganos.

    Cuando el Señor comunicó a Irene el día de su deceso, ella se fue a una gruta dentro de una montaña en las cercanías de la ciudad de Efeso, y a pedido de ella la entrada fue cerrada con piedras. Al 4° día, sus conocidos volvieron a la gruta, y, al abrirla, no encontraron en ella el cuerpo de Santa Irene. Todos comprendieron que ella fue llevada por el Señor al Cielo.

    En el antiguo Bizancio era muy venerada la conmemoración de Santa Irene. En Constantinopla se construyeron varios templos magníficos en su memoria.

CARTA APOSTÓLICA MISERICORDIA ET MISERA


    2. Jesús lo había enseñado con claridad en otro momento cuando, invitado a comer por un fariseo, se le había acercado una mujer conocida por todos como pecadora (cf. Lc 7,36-50). Ella había ungido con perfume los pies de Jesús, los había bañado con sus lágrimas y secado con sus cabellos (cf. vv. 37-38). A la reacción escandalizada del fariseo, Jesús responde: «Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco» (v. 47).

    El perdón es el signo más visible del amor del Padre, que Jesús ha querido revelar a lo largo de toda su vida. No existe página del Evangelio que pueda ser sustraída a este imperativo del amor que llega hasta el perdón. Incluso en el último momento de su vida terrena, mientras estaba siendo crucificado, Jesús tiene palabras de perdón: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lc23,34).

    Nada de cuanto un pecador arrepentido coloca delante de la misericordia de Dios queda sin el abrazo de su perdón. Por este motivo, ninguno de nosotros puede poner condiciones a la misericordia; ella será siempre un acto de gratuidad del Padre celeste, un amor incondicionado e inmerecido. No podemos correr el riesgo de oponernos a la plena libertad del amor con el cual Dios entra en la vida de cada persona.

    La misericordia es esta acción concreta del amor que, perdonando, transforma y cambia la vida. Así se manifiesta su misterio divino. Dios es misericordioso (cf. Ex 34,6), su misericordia dura por siempre (cf. Sal 136), de generación en generación abraza a cada persona que se confía a él y la transforma, dándole su misma vida.

CUSTODIA EL CORAZÓN

  Examen de conciencia 

  Consiste en interrogarse sobre el mal cometido y el bien emitido: hacia Dios, el prójimo y nosotros mismos.


  Acto de contrición 

  Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis pecados, y me has de llevar a la vida eterna.