Jesús encontrado en el Templo
Luego de tres días de búsquedas laboriosas, cuando había sido muy buscado, muy llorado, el divino Niño se dejó encontrar en el Templo. Estaba sentado en medio de los doctores, los escuchaba y los interrogaba, y todos aquellos que lo escuchaban estaban sorprendidos de su prudencia y de sus respuestas (Luc, I). La dicha y la admiración de san José y de la santísima Virgen fueron grandes, viendo a Jesús en la casa de su Padre, escuchando al Verbo, venido para enseñar, y que comienza a haciendo escuchar s voz en ese Templo, donde veinte años más tarde resonarían sus lecciones celestes. Lo escuchan, lo admiran, temen, tal vez, que no regrese con ellos a Nazaret, pero más estaban felizmente equivocados. El amable Jesús sale de en medio de los doctores y regresa con su padre y su madre. El gran Bossuet saca de ese misterio una hermosa y conmovedora lección lección: “Vayan al Templo, dice, niños cristianos, vayan a consultar a los doctores, interróguenlos, respóndanles, reconozcan en ese gran misterio el comienzo del catecismo y de la escuela cristiana. Y ustedes, padres cristianos, mientras que el Niño Jesús no desdeña interrogar, responder y escuchar, ¿Cómo pueden ustedes sustraer a sus hijos al catecismo y a la instrucción pastoral? Niños, acuérdense de estas palabras, e imiten la modestia y la intención del Niño Jesús.
Oración
Salve José, Elegido de Dios, bienaventurado san José, que buscaste a Jesús con dolor y lo encontraste con dicha, te suplico humildemente, por la amabilidad de Jesús, por la fidelidad, por la fidelidad de tu santa Esposa, que no pierda a mi Dios por el pecado, que si esa desgracia me ocurriese, lo busque y lo encuentre, para no perderlo jamás. Amén.
Oh Esposo de María padre nutricio de Jesucristo, ruega por nosotros.