domingo, 10 de diciembre de 2023

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO SEGUNDO
DOS SUTILES ENEMIGOS DE LA SANTIDAD
El gnosticismo actual - Una doctrina sin misterio


  41. Cuando alguien tiene respuestas a todas las preguntas, demuestra que no está en un sano camino y es posible que sea un falso profeta, que usa la religión en beneficio propio, al servicio de sus elucubraciones psicológicas y mentales. Dios nos supera infinitamente, siempre es una sorpresa y no somos nosotros los que decidimos en qué circunstancia histórica encontrarlo, ya que no depende de nosotros determinar el tiempo y el lugar del encuentro. Quien lo quiere todo claro y seguro pretende dominar la trascendencia de Dios.


-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO - 11 de Diciembre - San Lucas 5,17-26


    Libro de Isaías 35,1-10.

    ¡Regocíjese el desierto y la tierra reseca, alégrese y florezca la estepa!
    ¡Sí, florezca como el narciso, que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo! Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
    Fortalezcan los brazos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los que están desalentados: "¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos!".
    Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa; el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales; la morada donde se recostaban los chacales será un paraje de caña y papiros.
    Allí habrá una senda y un camino que se llamará "Camino santo". No lo recorrerá ningún impuro ni los necios vagarán por él; no habrá allí ningún león ni penetrarán en él las fieras salvajes. Por allí caminarán los redimidos, volverán los rescatados por el Señor; y entrarán en Sión con gritos de júbilo, coronados de una alegría perpetua: los acompañarán el gozo y la alegría, la tristeza y los gemidos se alejarán.


Salmo 85(84),9ab-10.11-12.13-14.

Voy a proclamar lo que dice el Señor:
el Señor promete la paz,
Su salvación está muy cerca de sus fieles,
y la Gloria habitará en nuestra tierra.

El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo.

El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus pasos.


    Evangelio según San Lucas 5,17-26.


    Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar.
    Llegaron entonces unas personas transportando a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús.
    Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús.
    Al ver su fe, Jesús le dijo: "Hombre, tus pecados te son perdonados".
    Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: "¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?".
    Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados están perdonados', o 'Levántate y camina'?.
    Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa".
    Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios.
    Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: "Hoy hemos visto cosas maravillosas".

    Palabra del Señor

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 11 de Diciembre - «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones?»


        San Pedro Crisólogo, y doctor de la Iglesia Sermón 50: PL 52, 339.


«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones?» 

    Gracias a la fe de otros, el alma del paralítico es curada antes que su cuerpo. “Viendo la fe que tenían….” (Mt 9,4ss) dice el evangelio. ¡Notemos, hermanos, Dios no se preocupa de lo que los hombres desean sin razón, no espera encontrar fe en los ignorantes…, en los enfermos. Al contrario, no rechaza ayudar, gracias a la fe de los otros. Esta fe es un regalo de la gracia y es según la voluntad de Dios. .. En su divina bondad, este médico, Cristo, intenta atraer a la salvación a pesar de ellos mismos, a los que están enfermos en el alma, aquellos cuyos pecados y cuyas faltas los aplastan hasta el delirio. Pero ellos no quieren dejarse tratar.

    ¡Oh, hermanos míos, si quisiéramos, si quisiéramos todos ver hasta el fondo la parálisis de nuestra alma! Nos daríamos cuenta de que, privada de sus fuerzas, yace en un lecho de pecados. La acción de Cristo en nosotros sería fuente de luz. Comprenderíamos cómo cada día mira nuestra falta de fe tan perjudicial, nos arrastra hacia los remedios saludables y fuerza vivamente nuestras voluntades rebeldes. «Hombre, dice, tus pecados te son perdonados».

SANTORAL - SANTA MARAVILLAS DE JESÚS

11 de Diciembre


   María de las Maravillas de Jesús Pidal y Chico de Guzmán nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891. Desde su infancia deseó consagrarse a Dios y dedicó su juventud a ayudar a los necesitados. Atraída por la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz, y movida por su amor a la Virgen María, ingresó en el Carmelo de El Escorial el 12 de octubre de 1919. En 1924 fundó un monasterio de Carmelitas Descalzas en El Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península, junto al monumento del Corazón de Jesús, como lugar de oración y de inmolación por la Iglesia y por España. En 1933 participó en la fundación de un convento de carmelitas en Kottayam, en India.

    Durante la persecución religiosa la Madre Maravillas brilló por su espíritu de reparación, fortaleza, serenidad y confianza en el Señor. Bajo el signo de la fidelidad a Santa Teresa fundó otros diez Carmelos recuperando lugares de tradición teresiano-sanjuanista. Priora durante largos años, enseñó a sus hermanas con el testimonio de sus virtudes y se distinguió por su vida mística, ardor apostólico y por la bondad unida a la firmeza ante quienes la tenían por verdadera madre. Murió en el Carmelo de La Aldehuela, el 11 de diciembre de 1974, expresando «¡Qué felicidad morir Carmelita!» Fue beatificada por SS Juan Pablo II en 1998, y canonizada por el mismo papa en Madrid, el 4 de mayo de 2003.

    De ella afirma el Papa en la misa de canonización: «Vivió animada por una fe heroica, plasmada en la respuesta a una vocación austera, poniendo a Dios como centro de su existencia. Superadas las tristes circunstancias de la Guerra Civil española, realizó nuevas fundaciones de la Orden del Carmelo presididas por el espíritu característico de la reforma teresiana. Su vida contemplativa y la clausura del monasterio no le impidieron atender a las necesidades de las personas que trataba y a promover obras sociales y caritativas a su alrededor.»

Oremos

    ¡Cristo Jesús, que nos mandaste aprender de Tu Corazón humildad y mansedumbre! Te doy gracias por haber glorificado en la Iglesia a tu humilde sierva, Santa Maravillas de Jesús. De esta manera manifiestas, Señor, que le has dado en el cielo el premio debido a la fidelidad con que te sirvió en la tierra. Haz que el ejemplo de sus virtudes suscite en muchas almas el deseo de seguir el verdadero Camino, la Verdad y la Vida que eres sólo Tú. Dígnate concederme por su intercesión el favor que te pido. Así sea.

SANTORAL - SAN DÁMASO I PAPA

11 de Diciembre


    San Dámaso I, papa, que en los difíciles tiempos en que vivió, reunió muchos sínodos para defender la fe de Nicea contra cismas y herejías, procuró que san Jerónimo tradujera al latín los libros sagrados y veneró piadosamente los sepulcros de los mártires, adornándolos con inscripciones. El «Liber Pontificalis» afirma que san Dámaso era español. Tal vez era de origen español, pero, según parece, nació en Roma, donde su padre era sacerdote. San Dámaso, que no se casó nunca, llegó a ser diácono de la iglesia de su padre. Cuando murió el papa Liberio en el 366, Dámaso fue elegido obispo de Roma, a los sesenta años de edad, aproximadamente. Su elección estuvo lejos de ser unánime, ya que una minoría eligió a otro diácono llamado Ursino o Ursicinio y defendió su candidatura con gran vehemencia. Según parece, el poder civil sostuvo a Dámaso con no menor apasionamiento (Butler afirma que empleó «procedimientos bárbaros»); pero Rufino, contemporáneo de san Dámaso, demuestra que éste no tuvo nada que ver en ello. Los partidarios del antipapa no se calmaron del todo; en efecto, el año 378, san Dámaso fue acusado por ellos de incontinencia y tuvo que justificarse ante el emperador Graciano y ante un sínodo romano.

    El historiador pagano Amiano Marcelino afirma que el modo de vida de los prelados romanos constituía una tentación para los ambiciosos y dice que hubiesen hecho bien en imitar la sencillez del clero de las provincias. Es indudable que, en tiempos de san Dámaso se procedía con cierta pompa en la corte pontificia, pues, según cuenta san Jerónimo, un pagano llamado Pretextato, que era senador romano, dijo al santo: «Si me haces obispo de Roma, me convertiré mañana mismo al cristianismo». Esta observación de un pagano prueba cuán necesaria es la moderación a quienes desean dar testimonio del espíritu evangélico. Como quiera que sea, esta crítica no se aplica a san Dámaso, ya que san Jerónimo, que fue su secretario y le conocía bien, ataca severamente el lujo de ciertos prelados en Roma y no habría dejado de mencionar al papa si le hubiese creído culpable de la misma falta. Lo cierto es que las críticas de san Jerónimo eran tan justificadas que, el año 370, Valentiniano prohibió a los miembros del clero que indujesen a las viudas y huérfanos a que les hiciesen regalos o les dejasen legados. San Dámaso aplicó estrictamente ese decreto.

    El santo Pontífice tuvo que combatir varias herejías. Pero el año 380. Teodosio I en el Oriente y Graciano en el Occidente proclamaron que el cristianismo, tal como lo practicaban los obispos de Roma y Alejandría, era la religión del Imperio. Además, Graciano, atendiendo a la petición de los senadores cristianos apoyados por san Dámaso, suprimió el altar de la Victoria en el senado y renunció al título de Pontífice Máximo. Al año siguiente, se reunió el segundo Concilio Ecuménico (primero de Constantinopla) y el papa envió representantes. Pero de todos los actos de san Dámaso, el más benéfico y cuya influencia se deja sentir todavía en nuestros días, fue el haber patrocinado los estudios bíblicos de san Jerónimo, que culminaron con la traducción conocida con el nombre de «Vulgata». San Jerónimo cuenta que san Dámaso era versado en las Escrituras, «un doctor virgen de una Iglesia virgen».

    Teodoreto dice que «fue ilustre por la santidad de su vida y estaba siempre pronto a predicar y a hacer cualquier cosa en defensa de la doctrina apostólica». También se recuerda a san Dámaso por su solicitud hacia las reliquias y sepulcros de los mártires. A él se debieron el descubrimiento y el ornato de varias catacumbas, y tanto el cristiano piadoso como el historiador y el arqueólogo le admiran por las inscripciones que mandó poner en ellas. Se conservan muchas de esas inscripciones y epigramas, ya sea en el original, ya sea en reproducciones. Una de las más famosas es la que nos dice cuanto sabemos sobre san Tarsicio. San Dámaso murió el 11 de diciembre de 384, cuando contaba unos ochenta años. Él mismo había mandado poner en la «cripta pontificia» del cementerio de San Calixto un epitafio genérico, que termina así: «Yo, Dámaso, hubiese querido ser sepultado aquí; pero tuve miedo de ofender a las cenizas de los santos». Así pues, fue sepultado, junto con su madre y su hermana, en una iglesia que él mismo había construido en la Vía Ardeatina. Uno de los epitafios que se conservan, es precisamente el que san Dámaso escribió para su propia tumba; en él hace un acto de fe en la resurrección de Cristo y en la suya propia: «El que anduvo sobre las aguas y calmó la tempestad, el que da vida a las semillas de la tierra, el que rompió las cadenas de la muerte y, al cabo de tres días de oscuridad, fue capaz de hacer volver al mundo superior al hermano de Marta: El mismo hará que Dámaso resucite del polvo».

Oremos

Concédenos la gracia, Señor, de glorificarte siempre por el triunfo de tus mártires, a quienes profesó devoción entrañable el papa san Dámaso primero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén

-FRASE DEL DÍA-