"Al que Dios envió dice las palabras de Dios,porque Dios le da el Espíritu sin medida"
Dios nos da sus gracias según las necesidades que tenemos. Dios es una fuente de la cual cada uno saca agua según las necesidades que tiene. Así la persona que necesita seis cubos de agua, saca seis; el que tres, tres; un pájaro que necesita sólo un picoteado sólo picotea; un peregrino, con el hueco de su mano puede saciar su sed: lo mismo nos ocurre a nosotros con respecto a Dios.
Con gran fervor, debemos permanecer fieles a la lectura de un capítulo del Nuevo Testamento y a hacer, desde el principio, los actos: de adoración, adorando la palabra de Dios y su verdad; entrar en los sentimientos con los cuales nuestro Señor los pronunció, y consentir en estas verdades; adherirse a la práctica de estas mismas verdades... Sobre todo hay que estar en guardia de leer sólo por estudio, diciendo: "Este pasaje me servirá para tal predicación", y leer exclusivamente para nuestro ascenso.
No hay que desanimarse, si, habiéndolo leído muchas veces, un mes, dos meses, seis meses, no se es tocado. Pasará que una vez tendremos una pequeña luz, otro día una mayor, y todavía más grande cuando lo necesitemos. Una sola palabra es capaz de convertirnos; sólo hace falta una.
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