martes, 17 de mayo de 2016

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO

TIEMPO ORDINARIO
MARTES DE LA SEMANA VII
17 de mayo


     Afraates (¿-c. 345), monje, obispo cerca de Mossul   
Las Disertaciones, nº 6

Ser el último y el servidor de todos

    Amigo, parezcámonos a aquél que nos da la vida. Siendo rico se empobreció a sí mismo. Estando situado en lo más alto, abajó su grandeza. Habitando en las alturas, no tuvo lugar donde reposar la cabeza. Siendo así que vendrá sobre las nubes, cabalgó sobre un asno para entrar en Jerusalén. Siendo Dios e hijo de Dios, se hizo semejante a un siervo.

    Él, que es el descanso de todas las penas, se cansó de la dureza del camino. Él, que es la fuente que apaga toda sed, sintió sed y pidió agua para beber. Él, que es la saciedad que sacia nuestra hambre, tuvo hambre cuando ayunó en el desierto para ser tentado. Él, que es el centinela que no duerme, se durmió y se acostó en la barca en alta mar. Él, que es servido en la mansión de su Padre, se dejó servir por manos de hombre. Él, que es el médico de todos los enfermos, sus manos fueron traspasadas por los clavos. A él, cuya boca anunciaba cosas buenas, se le dio hiel para beber.

    Él, que no había hecho ningún mal ni perjudicad a nadie, fue golpeado con látigos y soportó los ultrajes. Él, que da vida a todos los muertos, se entregó él mismo a la muerte de cruz.

    Si nuestro Vivificador ha hecho él mismo experiencia de todo este abajamiento, abajémonos también nosotros, amigos míos.

    (Referencias bíblicas: 2Co 8,9; Flp 2, 6-8; Mt 8,20; Dn 7,13; Mt 26,64; Jn 12,14-15; Flp 2,7; Jn 4,6; Jn 6,7; Mt 4,2; Sl 121,4; Mt 8,24; Sl 49,4; Sl 69,22; Mt 27,34)

Fuente:©Evangelizo.org



    "Tu rostro buscaré, Señor". Con perseverancia insistiré en esta búsqueda; en efecto, no buscaré algo de poco valor, sino tu rostro, Señor, para amarte gratuitamente, dado que no encuentro nada más valioso.

    San Agustín

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