martes, 11 de noviembre de 2025

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 12 de Noviembre - “¡Padre, glorifica tu Nombre!”


San Carlos de Foucauld (1858-1916) ermitaño y misionero en el Sahara Meditaciones sobre el Evangelio (Écrits spirituels de Charles de Foucauld, ermite au Sahara, apôtre des touaregs, Gigord, 1964)


“¡Padre, glorifica tu Nombre!”
            
    “¿Y qué diré: Padre, líbrame de esta hora? ¡Sí, para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!” (Jn 12,27-28). Es el llamado puro y sencillo a Dios, la demanda simple ante lo que requiere la naturaleza. Naturaleza que sufre expresando lo que necesita, reprendiéndose enseguida diciendo: mi Dios, esto u otra cosa, poco importa. Lo único que me importa es su Gloria.

    “¡Padre, glorifica tu Nombre!” Concédame lo que lo glorificará más. Es lo que le pido, nada más. No tenga en cuenta mi primer pedido. Lo hice, debí hacerlo, porque usted es mi Padre y mi deber es exponerle lo que necesito… Pero después de exponerle lo que necesito, le recuerdo, le digo, le repito, que necesito algo mil veces más grande, más ardiente: ¡verlo glorificado! Es realmente lo único que necesito y que le suplico escuchar. ¡Padre, glorifíquese en mí! “¡Padre, glorifica tu Nombre!”…

    Mi Señor Jesús, permita que su indigna, miserable pequeña criatura se una a usted y haga con usted esta oración: Mi Dios, le digo con mi Señor Jesús, uniendo mi voz a su voz adorable: “No se haga mi voluntad, sino la tuya” (Mt 26,39). Mi único deseo, mi sed, es que sea glorificado lo más posible. Mi Padre, haga de mi lo que más le agrade, lo que sea. ¡Mi Padre, glorifique su Nombre!

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