"Dios está en nosotros"
Ya saben que Dios está en todas partes. Claro que está donde está el rey, allí dicen está la corte. En fin, que donde está Dios, es el cielo. Sin duda pueden creer que adonde está Su Majestad está toda la gloria. Miren que dice San Agustín que lo buscaba en muchas partes y lo halló dentro de sí mismo. ¿Piensan que importa poco para un alma derramada entender esta verdad y ver que no ha menester para hablar con su Padre Eterno ir al cielo, ni para regalarse con El, ni ha menester hablar a voces? Por bajo que hable, está tan cerca que nos oirá. Ni necesita alas para ir a buscarlo, sino ponerse en soledad y mirarlo dentro de sí y no extrañarse de tan buen huésped sino con gran humildad hablarle como a padre, pedirle como a padre, contarle sus trabajos, pedirle remedio para ellos, entendiendo que no es digna de ser su hija. (…)
Cuando un alma está comenzando, para no alborotarla por verse tan pequeña y tener en sí algo tan grande, [el Señor] no se da a conocer hasta que va ensanchándola poco a poco, conforme a lo que es menester para lo que ha puesto en ella. Por esto digo que trae consigo la libertad, porque tiene el poder de hacer grande este palacio. Todo el punto está en que se lo demos por suyo con toda determinación, y lo desembaracemos para que pueda poner y quitar como en algo propio. Y tiene razón Su Majestad, no se lo neguemos. El no fuerza nuestra voluntad, toma lo que le damos, mas no se da Sí mismo del todo hasta que nos damos del todo.
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