Santa Catalina de Siena
El Diálogo, El don de conformarse a Cristo
«Removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré» (Lc 13, 1-9)
[Santa Catalina escuchó a Dios decirle:] Lo quiera o no, el mundo me da gloria. En verdad, la gloria que yo retiro no es la que me debía dar, amándome sobre toda cosa. Pero alabanza y gloria a mi Nombre suben de él.
Sobre las personas mundanas brilla mi Misericordia y la abundancia de mi Caridad, que les deja tiempo. En vez de mandar a la tierra devorarlos, espero su retorno. Ordeno a la tierra darles su fruto, al sol esparcir sobre ellos su luz y calor, al cielo moverse para continuar la vida en todo lo que creé para ellos. Tengo misericordia y caridad con ellos, no sólo no retirándoles estos dones por sus faltas, sino también otorgándolos tanto al pecador como al justo y frecuentemente más al pecador que al justo. Porque el justo está preparado para sufrir y lo privo de bienes en la tierra para darle más abundantemente bienes en el cielo. Mi caridad y misericordia desbordan sobre ellos.
Otras veces, los servidores de lo mundano, con las persecuciones que hacen pasar a mis servidores, prueban su virtud, ponen en evidencia su paciencia y caridad, provocan sus humildes y continuas oraciones en medio de los sufrimientos. Oraciones y sufrimientos suben hacia mí como un homenaje de honor y alabanza a mi Nombre. Así, sin quererlo, aún cuando pretende ofenderme, el malvado trabaja para mi gloria.
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