domingo, 10 de enero de 2021

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 11 de Enero - “El tiempo se ha cumplido, el reino de Dios está cerca”


San Jerónimo (347-420) sacerdote, traductor de la Biblia, doctor de la Iglesia Homilía sobre el Evangelio de Marcos, n° 2 A; SC 494 (trad. SC p. 93 rev.)

“El tiempo se ha cumplido, el reino de Dios está cerca”

    "Después de la detención de Juan Bautista, Jesús vino a Galilea… ". Según nuestra interpretación, Juan representa la Ley y Jesús el Evangelio. En efecto, Juan dijo: "detrás de mi, viene el que es más fuerte que yo" (Mc 1,7), y en otro lugar: "Hace falta que Él crezca y que yo disminuya" (Jn 3,30): así es como compara la Ley con Evangelio. Y luego dice: "Yo - es decir la Ley – os bautizo con agua, pero Él - es decir el Evangelio - os bautizará con el Espíritu Santo" (Mc 1,8). Jesús vino porque Juan había sido encarcelado. En efecto la Ley es cerrada y encerrada, ya no tiene la libertad pasada; pero nosotros pasamos de la Ley al Evangelio … "Jesús vino a Galilea, predicando el Evangelio, la Buena Noticia del Reino de Dios " … Cuando leo la Ley, los profetas y los salmos, jamás pensé hablar del Reino de los cielos: solamente en el Evangelio. Porque solamente cuando vino aquel sobre el que se decía “el Reino de Dios está entre vosotros" (Lc 17,21) es cuando el Reino de Dios se abre… En efecto, antes de la llegada del Salvador y la luz del Evangelio, antes de que Cristo abra la puerta del paraíso al ladrón (Lc 23,43), todas las almas de los santos descendían a la estancia de los muertos. Jacob mismo dice: " De luto, bajaré al lugar de los muertos " (Gn 37,35)… En la Ley, Abraham está en el descanso de los muertos; en el Evangelio, el ladrón está en el paraíso. No denigramos a Abraham, todos deseamos reposar en su seno (Lc 16,23); pero preferimos Cristo a Abraham, el Evangelio a la Ley. Leemos que después de la resurrección del Cristo, muchos santos aparecieron en la ciudad santa (Mt 27,53). Nuestro Señor y nuestro Salvador predicó sobre tierra y predicó también en los infiernos; murió, descendió a los infiernos para liberar las almas que estaban retenidas allí (1Sal. 3,18s).

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