martes, 8 de diciembre de 2020

EVANGELIO - 09 de Diciembre - San Mateo 11,28-30


       Libro de Isaías 40,25-31.

    Dice el Santo: "¿A quién me van a asemejar, para que yo me iguale a él?" .
    Levanten los ojos a lo alto y miren: ¿Quién creó todos estos seres? El que hace salir a su ejército uno por uno y los llama a todos por su nombre: ¡su vigor es tan grande, tan firme su fuerza, que no falta ni uno solo!
    ¿Por qué dices Jacob, y lo repites tú, Israel: "Al Señor se le oculta mi camino y mi derecho pasa desapercibido a mi Dios?"
    ¿No lo sabes acaso? ¿Nunca lo has escuchado? El Señor es un Dios eterno, él crea los confines de la tierra; no se fatiga ni se agota, su inteligencia es inescrutable.
    El fortalece al que está fatigado y acrecienta la fuerza del que no tiene vigor.
    Los jóvenes se fatigan y se agotan, los muchachos tropiezan y caen.
    Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan.


Salmo 103(102),1-2.3-4.8.10.

Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.

El perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura.

El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas.


    Evangelio según San Mateo 11,28-30.

    Jesús tomó la palabra y dijo: "Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
    Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
    Porque mi yugo es suave y mi carga liviana."

    Palabra del Señor

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