miércoles, 23 de septiembre de 2020

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 24 de Septiembre - «Herodes trataba de ver a Jesús»


San Ireneo de Lyon, obispo y mártir Tratado: El hombre por sí mismo no puede ver a Dios. Contra las Herejías, libro IV, 20, 4- 5.

«Herodes trataba de ver a Jesús» 

    Los profetas, pues anunciaban por anticipado que Dios sería visto por los hombres, conforme a lo que dice también el Señor: “Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”(Mt 5,8).Ciertamente, según su grandeza y gloria inenarrable, “nadie puede ver a Dios y quedar con vida”(Ex 33,20), pues el Padre es incomprensible. Sin embargo, según su amor, su bondad hacia los hombres y su omnipotencia, el Padre llega hasta a conceder a quienes aman el privilegio de ver a Dios,-como profetizaban los profetas- pues “lo que el hombre no puede, lo puede Dios”(Lc 18,27).

    El hombre por sí mismo no puede ver a Dios; pero Dios, si quiere, puede manifestarse a los hombres: a quien quiera, cuando quiera y como quiera. Dios, que todo lo puede, fue visto en otro tiempo por los profetas en el Espíritu, ahora es visto en el Hijo gracias a la adopción filial y será visto en el reino de los cielos como Padre. En efecto, el Espíritu prepara al hombre para recibir al Hijo de Dios, el Hijo lo conduce al Padre, y el Padre en la vida eterna le da la inmortalidad, que es la consecuencia de ver a Dios. Pues del mismo modo que quienes ven la luz están en la luz y perciben su esplendor, así también los que ven a Dios están en Dios y perciben su esplendor. Ahora bien, la claridad divina es vivificante. Por tanto, los que contemplan a Dios tienen parte en la vida divina.

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