lunes, 4 de mayo de 2020

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 05 de Mayo - «¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso?»


        San Agustín de Hipona - De Trinitate: La vida eterna es conocerle I, 13, 30-3

«¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso?»

    Como es igual al Padre, el Hijo de Dios no recibe el poder de juzgar, ya que lo posee con el Padre. Lo recibe para que buenos y malos lo vean juzgar, porque es el Hijo del hombre. Ver al Hijo del hombre se les dará a los malvados por sí mismos, pero la visión de su divinidad sólo se dará a los limpios de corazón, porque son ellos los que verán a Dios (Mt 5,8). ¿Qué es la vida eterna, sino esta visión, que será denegada a los impíos? "Que te conozcan a ti, único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo» (Jn 17,3). ¿Cómo conocerán a Jesucristo, si no como el verdadero Dios, el que se muestra a sí mismo a ellos? Él se mostrará lleno de bondad en la visión que descubrirá a los limpios de corazón. "Qué bueno es el Dios de Israel para los rectos de corazón" (Sal 72,1). Sólo Dios es bueno.

    He aquí por qué aquel que llamó al Señor «maestro bueno» , y le pidió consejo para llegar a la vida eterna, recibe esta respuesta: "¿por qué me preguntas sobre lo que es bueno?". "Nadie es bueno salvo el mismo Dios" (Mc 10, 17-18). Este hombre que le ha interrogado no sabe a quién se ha acercado y lo ha tomado por un simple hijo del hombre... "El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y así, reconocido como hombre por su presencia" (Flp 2, 6-7). Este es Él, el único Dios, Padre, Hijo, Espíritu Santo, que aparecerá tan solo para alegría inalterable de los justos.

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