viernes, 17 de abril de 2020

Instrucciones para el rezo de la Novena a la Virgen de Guadalupe – Año 2020 – Basílica Ntra. Sra. de Guadalupe – Santa Fe



Día Segundo

    En este segundo día de la Novena pedimos por los jóvenes. Igualmente pedimos a nuestra Madre de Guadalupe que interceda por todos los que sufrimos las consecuencias de esta pandemia y nos ayude a superarla.

Oración a la Virgen de Guadalupe frente al Coronavirus.


A ti que nos amas con especial ternura,
velas por nosotros con maternal intercesión
y nos procuras siempre tu eficaz ayuda
suplicamos tu protección y auxilio
para superar pronto esta pandemia
que afecta a todo el mundo.
Cúbrenos con tu manto, líbranos de este mal.
Ruega por todas las autoridades y por quienes tienen poder de decisión
para que sepan establecer medidas y prioridades
para prevenir y ayudar a toda la población,
en particular a quienes son más vulnerables.
Concédenos prudencia y serenidad
para actuar con mucha responsabilidad
y así evitar ser contagiados o contagiar.
Socorre al personal de salud,
vela por la recuperación de los enfermos
y sé consuelo de quien se encuentra en duelo.
Madre del Verdadero Dios por quien se vive,
Tú que nos has rescatado de otras plagas,
encomiéndanos a la misericordia de Aquel que nos sanó con Sus llagas
y nos libró de la muerte con Su Resurrección.
Enséñanos a unir nuestro dolor al Suyo para hallarle sentido redentor 
y salir de esta adversidad fortalecidos en la fe, la esperanza y el amor. Amén.
Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros.


Acto Penitencial

+ Por no tener un corazón sincero con Dios y con los demás. Señor, ten piedad.

+Por no desterrar de verdad el egoísmo de nuestros corazones. Cristo, ten piedad.

+
Por no vivir como hermanos y no construir la paz. Señor, ten piedad.

Rezamos el Santo Rosario o los misterios que podamos.

Texto de la Palabra de Dios:

Escuchamos un texto del Evangelio según san Lucas (Lc 1,34-38)

María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?».

El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios».

María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».

Y el Ángel se alejó.

Palabra del Señor.

Reflexión

La Fe conlleva misterio, la Fe conlleva incertidumbre. Los caminos que Dios nos propone son realmente insondables. Eso le pasó a María, quien debió enfrentarse al desafío que nos muestra este pasaje del Evangelio. Sabemos qué sucedió, ¿dimensionamos la medida de la respuesta de María?

Observamos que Dios le habló: le pidió su colaboración, que aceptara su voluntad. Y María no entendía, no veía con claridad, tenía muchos interrogantes. “¿Cómo será todo esto?”, se preguntó. Esa es la pregunta del ser humano durante todo el recorrido de su vida: ¿Cómo será todo esto? La calidad de la respuesta de María está por encima de cualquier tipo de especulaciones. Aunque la propuesta de Dios es misteriosa, ella da su respuesta. Una respuesta de Fe. Acepta el desafío. Y qué justo, cuando acepta el desafío queda grabado a fuego su destino, su identidad. Esa es la fuerza y la luz del Espíritu.

En base a la lectura de la Palabra de Dios y a esta reflexión pensemos en un propósito personal.

Oración final a la Virgen de Guadalupe.

Madre y Reina de Guadalupe,
que nos cuidas y nos acompañas,
que estás siempre entre nosotros,
enséñanos a vivir como tus hijos
imitando a Jesús.
Bendice todas nuestras buenas intenciones,
bendice nuestro trabajo de cada día.
Cuida a nuestras familias,
Ampara a nuestros niños y jóvenes,
Sana a nuestros enfermos
y fortalece a nuestros ancianos.
Llévanos de tu mano a Jesús.
Amén.

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