martes, 8 de octubre de 2019

SANTO ROSARIO

MISTERIOS GOZOSOS
(Lunes y Sábado)

    Los Misterios de Gozos, los primeros que consideramos, nos invitan a contemplar los hechos que tuvieron lugar al comienzo, desde la encarnación de Jesús en el seno virginal de María, hasta que cumplió 12 años y participó con sus padres María y José, en la Fiesta de Pascua en Jerusalén, tal y como era mandado por la ley de Moisés.


QUINTO MISTERIO GOZOSO

JESÚS VA CON SUS PADRES A JERUSALÉN, PARA CELEBRAR SU PRIMERA FIESTA DE PASCUA, Y SE QUEDA EN EL TEMPLO 
HABLANDO CON LOS DOCTORES DE LA LEY 

Del Evangelio según san Lucas: (2,41- 51) 

    Los padre de Jesús iban todos los años a Jerusalén, para celebrar la fiesta de la Pascua. Y así, cuando Jesús cumplió doce años, fueron... como era costumbre en esa fiesta. Pero pasados aquellos días, cuando volvían a casa, el niño Jesús, se quedó en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta... Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas... Su madre le dijo: - Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. Jesús les contestó: - ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no entendieron lo que les decía. Entonces volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndoles en todo. Su madre guardaba todo esto en su corazón.


Reflexión 

    Este pasaje del Evangelio nos muestra la conciencia que Jesús tenía de sí mismo, y de su vinculación profunda con Dios, a quien experimentaba en lo íntimo de su corazón como su verdadero Padre, aquel a quien tenía que conocer, amar, buscar, entender y servir, por encima de todo y de todos. José y María no comprendieron lo que Jesús les dijo, pero con fe y humildad, escucharon sus palabras, sin reproches, absolutamente convencidos de que para ellos como para Jesús, lo primero debía ser aceptar y acoger en todo momento y circunstancia, la Voluntad de Dios, que es siempre y para todos nosotros, una voluntad salvadora, una voluntad para el bien. Jesús se reconoce como el Hijo de Dios, pero esta verdad no implica para él negar la paternidad legal de José, ni la maternidad de María, tan significativas para su corazón de hombre. Al contrario. También se sabe y se siente su hijo muy querido, y con humildad regresa con ellos al hogar de Nazaret, donde siguió siendo un hijo de familia, hasta que supo con certeza que había llegado su hora de llevar a cabo el paso definitivo en la misión que el Padre le había encomendado.


Intención 

    En esta decena del Rosario oremos de manera especial por todas las familias del mundo, y en particular por aquellas que viven momentos de dificultad. Pidamos a Dios para todas ellas, el regalo del amor verdadero y profundo, que llena los corazones de esperanza y de paz, y permite superar todos los obstáculos y desavenencias, todos los miedos y todas las violencias, todas las incapacidades y las cobardías.

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