sábado, 19 de octubre de 2019

SANTO ROSARIO

MISTERIOS LUMINOSOS
(Jueves)
  
    Los Misterios Luminosos, introducidos en el Rosario por el Papa Juan Pablo II, nos invitan a contemplar cinco momentos de la vida pública de Jesús, de especial significación tanto para él como para nosotros.


PRIMER MISTERIO LUMINOSO

JESÚS RECIBE EL BAUTISMO DE JUAN, EN EL RÍO JORDÁN

Del Evangelio según san Marcos: (1,911)

    Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: "Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco".

Reflexión 

    La predicación de Juan Bautista en el desierto de Judea, marcó para Jesús el comienzo de su vida pública. Cuando oyó hablar de él, salió a su encuentro, se hizo bautizar por él, y luego se fue al desierto, donde permaneció 40 días y 40 noches orando y haciendo penitencia, en una especie de retiro espiritual. De esta manera se preparaba interiormente para empezar a anunciar de viva voz, el mensaje de amor que Dios Padre le había confiado, y que él mismo ya vivía en su vida cotidiana en Nazaret.

    Dios Padre y el Espíritu Santo confirmaron a Jesús en su decisión y en su misión, dejando escuchar su voz y manifestando su presencia en forma sensible, como para que a nadie le quede ninguna duda. Jesús es el Hijo encarnado de Dios, su Mensajero, su Enviado, y está lleno de su Espíritu, que lo anima e impulsa; nosotros debemos escucharlo con atención y hacer realidad en nuestra vida sus palabras y su ejemplo, si queremos complacer a Dios como él mismo hace.


Intención

    Mientras rezamos las diez Avemarías de esta primera decena del Rosario, demos gracias a Dios por el Bautismo que un día recibimos, y que nos hace hijos suyos y miembros de su familia que es la Iglesia, y pidámosle como una gracia muy especial, vivir con consciencia esta realidad de nuestra vida, que es sin duda un don gratuito de su amor, un privilegio inmerecido.

    Oremos también por los millones de personas en el mundo que no tienen la dicha de conocer a Jesús y su mensaje de amor, de perdón, de libertad, de justicia y de paz, que nosotros conocemos, y que da sentido y valor a nuestra vida.

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