miércoles, 3 de agosto de 2016

EVANGELIO - SAN MATEO 15,21-28

TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA XVIII
03 de agosto

    Libro de Jeremías 31,1-7. 

    En aquel tiempo -oráculo del Señor- yo seré el Dios de todas las familias de Israel y ellos serán mi Pueblo.
    Así habla el Señor: Halló gracia en el desierto el pueblo que escapó de la espada; Israel camina hacia su descanso.
    De lejos se le apareció el Señor: Yo te amé con un amor eterno, por eso te atraje con fidelidad.
    De nuevo te edificaré y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo te adornarás con tus tamboriles y saldrás danzando alegremente; de nuevo plantarás viñas sobre los montes de Samaría: los que las planten tendrán los primeros frutos.
    Porque llega el día en que los vigías gritarán sobre la montaña de Efraím: "¡De pie, subamos a Sión, hacia el Señor, nuestro Dios!".
    Porque así habla el Señor: ¡Griten jubilosos por Jacob, aclamen a la primera de las naciones!   Háganse oír, alaben y digan: "¡El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!".



Libro de Jeremías 31,10.11-12ab.13.

¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor,
anúncienla en las costas más lejanas!
Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo cuidará como un pastor a su rebaño.»

Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
lo redimió de una mano más fuerte que él.
Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor.

Entonces la joven danzará alegremente,
los jóvenes y los viejos se regocijarán;
yo cambiaré su duelo en alegría,
los alegraré y los consolaré de su aflicción.



    Evangelio según San Mateo 15,21-28.

    Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón.
    Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: "¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio".
    Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: "Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos".
    Jesús respondió: "Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel".
    Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: "¡Señor, socórreme!".
    Jesús le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros".
    Ella respondió: "¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!".
    Entonces Jesús le dijo: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!". Y en ese momento su hija quedó curada.

Fuente: ©Evangelizo.org

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