sábado, 23 de abril de 2016

SANTORAL

TIEMPO PASCUAL
SÁBADO DE SEMANA IV
23 de abril


    La vida de San Jorge se popularizó en Europa durante la Edad Media, gracias a una versión bastante "sobria" de sus actas. Según cuenta la tradición, el santo era un caballero cristiano que hirió gravemente a un dragón de un pantano que aterrorizaba a los habitantes de una pequeña ciudad.     El pueblo sobrecogido de temor se disponía a huir, cuando San Jorge dijo que bastaba con que creyesen en Jesucristo para que el dragón muriese. El rey y sus súbditos se convirtieron al punto y el monstruo murió.
    Mártir (+ 303), el Gran Mártir, les llama los griegos. El defensor de la Iglesia, el portaestandarte de la fe, el defensor de los perseguidos e inocentes, el Patrón de los Cruzados. Recorriendo los museos de Oriente y Países eslavos, queda el turista maravillado al contemplar cómo San Jorge ha sido uno de los temas, por no decir el tema, más llevado a los lienzos de aquellos países, lo que indica el fervor popular que siempre han sentido hacia él. Nació en Palestina, en la ciudad de Lidda o en Mitilene, allá por el año 280.

    Sus padres eran fervorosos cristianos y emparentados con la alta aristocracia del país. Diocleciano dictó leyes terriblemente duras contra los seguidores de Jesús de Nazaret. El último edicto del emperador ordenaba que, porque habían llegado noticias de que hasta en los cargos más delicados del imperio se habían introducido seguidores de Cristo. «Señor, ni he cumplido ni espero cumplir de ahora en adelante cuanto habéis ordenado por juzgarlo altamente injusto. ¿Por qué abusáis de los pobres y de las vírgenes? ¿Por qué, si hay libertad para adorar a dioses falsos, no debe haberla para adorar al único Dios verdadero?...». El emperador quedó de piedra. Y le dijo: - «¿Te das cuenta, tribuno Jorge, lo que dices? ¿ Sabes que puedo darte la muerte o por lo menos privarte de cuanto tienes?» - «No me importa nada todo esto. Mi vida es de Cristo, mi Dios y Señor, y Él me ayudará... hasta que llegue a poseerle en el cielo a donde espero ir...»

    El emperador dictó que le atormentasen con toda clase de los más refinados instrumentos para hacerle claudicar de su fe. Pero por más que le hicieron sufrir, la fe crecía y el valor aumentaba en el tribuno Jorge, siendo la admiración de cuantos le contemplaban... Descargó el verdugo el golpe de gracia cortando su cabeza de un hachazo. Jorge será el Patrón de los militares valientes y de cuantos luchen por defender la fe. Era por el 303 cuando recibió la palma del martirio.

Oremos


    Señor, tú que hiciste fiel imitador de la pasión de tu Hijo al glorioso mártir San Jorge, muestra, por su intercesión, el poder de tu fuerza a quienes confesamos la propia debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo.


Fuente: ©Evangelizo.org



    «Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.                 Rm 10, 8b-10

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