TIEMPO PASCUAL
MARTES DE SEMANA V
26 de abril
San Columbano (563-615), monje, fundador de monasterios
Instrucción 11, 1-4; PL 25-252
Os dejo la paz, os doy mi propia paz.” (Jn 14,27)
Pero ¿a qué sirve saber que esta paz es buena para nosotros si no la guardamos con cuidado? Lo bueno es a menudo muy frágil, y los bienes preciosos necesitan un cuidado esmerado y una gran vigilancia. La paz es muy frágil y se puede perder por una palabra dicha con ligereza o por una pequeña herida causada al hermano. Ahora bien, no hay nada que guste tanto a los humanos como hablar palabras ociosas y ocuparse de cosas que no les importa, hacer discursos vanos y criticar a los ausentes. De ahí se desprende que los que no puedan decir con el profeta: “El Señor me ha dado una lengua de discípulo para que sepa sostener con mi palabra al abatido.” (Is 50,4), se callen, o bien, si dicen alguna palabra que sea una palabra de paz... “La plenitud de la Ley consiste en el amor.” (cf Rm 13,8) ¡Que Nuestro Señor y Salvador Jesucristo se digne inspirar nuestras palabras, él que es el autor de la paz y el Dios del amor.
Fuente:©Evangelizo.org
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