miércoles, 16 de marzo de 2016

EXAMEN DE CONCIENCIA PARA MISERICORDIAR


    Seguramente estas preparándote para Semana Santa, tiempo muy bueno para hacer una limpieza a full en tu corazón. 
   Para ello te doy algunas consignas antes que nada:
1) Relájate, no vas a un juicio final, sino vas a curar tus heridas. 
2) Si tienes vergüenza por lo que hiciste está buenísimo, signo que no sos un “Sinverguenza”, y es una buena ayuda al alma tener un poco de humillación, así no te haces nariz parada. 
3) Si sentís que estás complicado dile al sacerdote que te dé una ayudita o que te pregunte, para que te haga más fácil. 
4) Si quieres escribirlo para ser más concreto te lo agradecerá el cura y toda la fila que está detrás de ti. 5) Un dato importante, el sacerdote hace sigilo sacramental, no puede decir nada a nadie de lo que escucha en la confesión, así que soltá la lengua nomás… 

Empecemos… 

    COMO ES MI RELACIÓN CON DIOS? 

    Aquí es pensar como es mi relación con Dios durante el día, es decir ¿me acuerdo de Dios durante el día? Sabiendo que vos sos hijo de Dios y por tanto es lindo que tengas una relación con Él, fíjate si rezas con pausa o atención, o rezas como un loro; cuando pasas una situación complicada acudis a Él?¿a la mañana cuando me levanto lo tengo presente? Ya sea que beses una cruz o reces frente a una imagen o “escuches el audio”… En fin. ¿a la noche rezo y agradezco? ¿vas a misa el domingo y los días de precepto? “Que tu oración se haga vida y que tu vida se haga oración”. Entonces recordá, el primer punto que tienes que ver es tu relación con Dios, esto refiere a tu momento de oración, tu presencia en la misa de los domingos y el de recurrir a la confesión cuando te mandás una buena de las tuyas. 

    COMO ES MI RELACION CON MIS HERMANOS:

      Aquí frenate un poco, porque en esta parte es donde nos mandamos más de las nuestras. Es pensar el cómo trato a los que me rodean, a tus padres, familiares, amigos. No te detengas tanto en que si decís malas palabras, sino más bien en las actitudes y las intenciones que pones a las palabras y a las obras. Pero también fíjate si te preocupas en ayudar a los que te rodean y si le haces la vida más agradable; incluso si te preocupas por que el otro se encuentre con Dios. 
    También fíjate si has caído en el chismerío, el lleva y el trae, eso es parte del matar (si bien no matas con arma pero con la lengua tremendamente que si). ¿Has perdonado? Y si te cuesta comenzá por rezar por esa persona. “uno para amar a Dios a quien no ve, debe amar a su hermano a quien ve” Entonces recordá, el segundo punto que tienes que ver es tu relación con los que te rodean, esto refiere a tus actitudes, incluso en el ámbito de lo sexual, si estas tonteando con una chica o con un chico, o si estas lastimando a quien te quiere. Fíjate bien y se sincero. 

    CONMIGO MISMO:

    He luchado por superarme? Y fíjate si estas cumpliendo con tus deberes y obligaciones, ¿sos perezoso? Aquí te puede picar el bichito de sentirte que sos importante, más importante que otro, o el de creértela y se te suben los humos tanto que nadie te los puede bajar, incluso nadie te puede hacer corrección en nada porque en el acto te enojas.
“Señor que te conozca, Señor que me conozca” 
Fijate si has caído en la sensualidad, primero presumiendo y luego victimizándote, fíjate si con la cabeza no te estás llendo en la impureza, encima capaz que viste películas o videos o cosas que no te ayudan, sumado la imaginación que te destroza. ¿te esforzás por vencer tu defecto dominante? 

ESPERO QUE TE HAYA SERVIDO ESTE PEQUEÑO EXAMEN Y SI NO, TE DEJO ESTE: Y se me ocurre que es un buen modo de hacer el examen de conciencia el siguiente, que apuntaré brevísimamente: 

    Oración: ¿Cómo estuve en la oración? ¿Cumplí, durante el día, los propósitos? ¿He tenido presencia de Dios? ¿Anduve con el debido recogimiento?, etc.       Expiación: ¿Cómo recibí, en este día, las contradicciones venidas de la mano de Dios?, ¿las que me proporcionaron, con su carácter, mis compañeros?, ¿Las de mi misma miseria? ¿Supe ofrecer al Señor, como expiación, el mismo dolor, que siento, de haberlo ofendido ¡tantas veces!?, ¿le ofrecí la vergüenza de mis interiores sonrojos y humillaciones, al considerar lo poco que adelanto en el camino de las virtudes? 
    Acción: ¿Actué siempre, durante el día, como lo hubiera hecho el Señor?, ¿en tal obra?, ¿y en tal?, ¿y en tal otra?... 
    Este examen es compatible con cualquier otro sistema, que se siga, p.e., con el empleado por aquellos que miran, hora por hora del día, cómo anduvieron; o también con el de aquellos otros que examinan sus obligaciones con Dios, con el prójimo y consigo mismo: este triple punto puede considerarse en la oración, en la expiación y en la acción. Y así con cualquier otro modo de llevar el examen de conciencia. 
    Que el Señor cure tu corazón, y no tengas miedo, aprovecha que la gracia de Dios está a la puerta, para abrirla primero abrí tu corazón. Dale, que es gratuito…


                                                   Pbro. Luis Zazano

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