lunes, 20 de noviembre de 2023

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO PRIMERO
EL LLAMADO A LA SANTIDAD
Tu misión en Cristo


    21. El designio del Padre es Cristo, y nosotros en él. En último término, es Cristo amando en nosotros, porque «la santidad no es sino la caridad plenamente vivida»[24]. Por lo tanto, «la santidad se mide por la estatura que Cristo alcanza en nosotros, por el grado como, con la fuerza del Espíritu Santo, modelamos toda nuestra vida según la suya»[25]. Así, cada santo es un mensaje que el Espíritu Santo toma de la riqueza de Jesucristo y regala a su pueblo.

[24] Benedicto XVI, Catequesis (13 abril 2011): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (17 abril 2011), p. 11.

[25] Ibíd.

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO DEL DÍA - 21 DE NOVIEMBRE - San Lucas 19,1-10.


    Segundo Libro de Macabeos 6,18-31.

    Eleazar, uno de los principales maestros de la Ley, de edad muy avanzada y de noble aspecto, fue forzado a abrir la boca para comer carne de cerdo.
    Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida infame, marchó voluntariamente al suplicio, después de haber escupido la carne, como deben hacerlo los que tienen el valor de rechazar lo que no está permitido comer, ni siquiera por amor a la vida.
    Los que presidían este banquete ritual contrario a la Ley, como lo conocían desde hacía mucho tiempo, lo llevaron aparte y le rogaron que hiciera traer carne preparada expresamente para él y que le estuviera permitido comer. Asimismo le dijeron que fingiera comer la carne del sacrificio, conforme a la orden del rey.
    Obrando de esa manera, se libraría de la muerte y sería tratado humanitariamente por su antigua amistad con ellos.
    Pero él, tomando una noble resolución, digna de su edad, del prestigio de su vejez, de sus veneradas canas, de la vida ejemplar que había llevado desde su infancia y, sobre todo, de la santa legislación establecida por Dios, se mostró consecuente consigo mismo, pidiendo que lo enviaran de inmediato a la morada de los muertos.
    "A nuestra edad, decía, no está bien fingir. De lo contrario, muchos jóvenes creerán que Eleazar, a los noventa años, se ha pasado a las costumbres paganas.
    Entonces también ellos, a causa de mi simulación y de mi apego a lo poco que me resta de vida, se desviarán por culpa mía, y yo atraeré sobre mi vejez la infamia y el deshonor.
    Porque, aunque ahora me librara del castigo de los hombres, no podría escapar, ni vivo ni muerto, de las manos del Todopoderoso.
    Por eso, me mostraré digno de mi vejez entregando mi vida valientemente.
    Así dejaré a los jóvenes un noble ejemplo, al morir con entusiasmo y generosidad por las venerables y santas leyes". Dicho esto, se encaminó resueltamente al suplicio.
    Al oír estas palabras, que consideraban una verdadera locura, los que lo conducían cambiaron en crueldad la benevolencia que antes le habían demostrado.
    Pero él, a punto ya de morir bajo los golpes, dijo entre gemidos: "El Señor, que posee el santo conocimiento, sabe muy bien que, pudiendo librarme de la muerte, soporto crueles dolores en mi cuerpo azotado; pero mi alma los padece gustosamente por temor a él".
    De este modo, Eleazar dejó al morir, no sólo a los jóvenes, sino a la nación entera, su propia muerte como ejemplo de generosidad y como recuerdo de virtud.

    Palabra de Dios.


Salmo 3,2-3.4-5.6-7.

Señor, ¡qué numerosos son mis adversarios,
cuántos los que se levantan contra mí!
¡Cuántos son los que dicen de mí:
“Dios ya no quiere salvarlo”!

Pero tú eres mi escudo protector y mi gloria,
tú mantienes erguida mi cabeza.
Invoco al Señor en alta voz
y él me responde desde su santa Montaña.

Yo me acuesto y me duermo,
y me despierto tranquilo
porque el Señor me sostiene.
No temo a la multitud innumerable,
apostada contra mí por todas partes.


    Evangelio según San Lucas 19,1-10.

    Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad.
    Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos.
    El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura.
    Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí.
    Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa".
    Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
    Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador".
    Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más".
    Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

    Palabra del Señor.

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO -21 DE NOVIEMBRE - «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa»


        Santa Teresa de Lisieux Cartas: Mi corazón no está todavía totalmente vacío Carta 137


«Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa» 

    ¡Qué gran misterio es nuestra grandeza en Jesús! Ya ves todo lo que Jesús nos ha enseñado al hacernos subir al árbol simbólico del que te hablaba hace poco. Y ahora ¿qué ciencia va a enseñarnos? ¿No nos lo ha enseñado ya todo...? Escuchemos lo que él nos dice: «Bajad enseguida, porque hoy tengo que alojarme en vuestra casa». ¿Pero cómo...? Jesús nos dice que bajemos... ¿Adónde tenemos que bajar? Celina, tú lo sabes mejor que yo; sin embargo, déjame que te diga hasta dónde debemos ahora seguir a Jesús. Una vez, los judíos le preguntaron a nuestro divino Salvador: «Maestro, ¿dónde vives?», y él les respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros del cielo nidos, yo no tengo donde reclinar la cabeza» (Jn 1,38; Mt 8,20). He ahí hasta dónde tenemos que bajar nosotras para poder servir de morada a Jesús: hacernos tan pobres, que no tengamos donde reposar la cabeza. Ya ves, querida Celina, lo que Jesús ha obrado en mi alma durante estos ejercicios... Ya entiendes que se trata del interior. (...)

    Lo que Jesús desea es que lo recibamos en nuestros corazones. Estos, qué duda cabe, están ya vacíos de criaturas, pero yo siento que lamentablemente el mío no está totalmente vacío de mí misma, y por eso Jesús me manda bajar... Él, el Rey de reyes, se humilló de tal suerte, que su rostro estaba escondido y nadie lo reconocía... Pues yo también quiero esconder mi rostro, quiero que sólo mi amado pueda verlo, que sólo él pueda contar mis lágrimas..., que al menos en mi corazón sí que pueda reposar su cabeza querida y sentir que allí sí es conocido y comprendido...

LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

21 de Noviembre


     Memoria de la Presentación de santa María Virgen. Al día siguiente de la dedicación de la basílica de Santa María la Nueva, construida junto al muro del antiguo templo de Jerusalén, se celebra la dedicación que de sí misma hizo a Dios la futura Madre del Señor, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su Concepción Inmaculada. Los meses se sucedían para la niña. Y, cuando llegó a la edad de dos años, Joaquín dijo: llevémosla al templo del Señor, para cumplir la promesa que le hemos hecho, no sea que [Dios] nos la reclame, y rechace nuestra ofrenda. Y Ana respondió: esperemos al tercer año, a fin de que la niña no nos eche de menos. Y Joaquín repuso: Esperemos.

    Y, cuando la niña llegó a la edad de tres años, Joaquín dijo: llamad a las hijas de los hebreos que estén sin mancilla, y que tome cada cual una lámpara, y que estas lámparas se enciendan, para que la niña no vuelva atrás, y para que su corazón no se fije en nada que esté fuera del templo del Señor. Y ellas hicieron lo que se les mandaba, hasta el momento en que subieron al templo del Señor. Y el Gran Sacerdote recibió a la niña, y, abrazándola, la bendijo, y exclamó: El Señor ha glorificado tu nombre en todas las generaciones. Y en ti, hasta el último día, el Señor hará ver la redención por Él concedida a los hijos de Israel. E hizo sentarse a la niña en la tercera grada del altar, y el Señor envió su gracia sobre ella, y ella danzó sobre sus pies y toda la casa de Israel la amó.

    Y sus padres salieron del templo llenos de admiración, y glorificando al Omnipotente, porque la niña no se había vuelto atrás. Y María permaneció en el templo del Señor, nutriéndose como una paloma, y recibía su alimento de manos de un ángel. Y, cuando llegó a la edad de doce años, los sacerdotes se congregaron, y dijeron: He aquí que María ha llegado a la edad de doce años en el templo del Señor. ¿Qué medida tomaremos con ella, para que no mancille el santuario? Y dijeron al Gran Sacerdote: Tú, que estás encargado del altar, entra y ruega por María, y hagamos lo que te revele el Señor. Y el Gran Sacerdote, poniéndose su traje de doce campanillas, entró en el Santo de los Santos, y rogó por María. Y he aquí que un ángel del Señor se le apareció, diciéndole: Zacarías, Zacarías, sal y reúne a todos los viudos del pueblo, y que éstos vengan cada cual con una vara, y aquel a quien el Señor envíe un prodigio, de aquel será María la esposa. Y los heraldos salieron, y recorrieron todo el país de Judea, y la trompeta del Señor resonó, y todos los viudos acudieron a su llamada...»

    ¿Fue presentada María en el Templo de Jerusalén? Seguramente, como todo hijo e hija era presentado a Dios y se ofrecía por él/ella un tributo a Dios, tanto para agradecer el buen nacimiento como para invocar protección sobre el vástago. Ahora bien, en qué consistía en concreto el rito de «presentación», no han quedado testimonios, y desde luego que la presentación de María tal cual la cuenta el «Protoevangelio de Santiago» es legendaria. Sin embargo se hace eco de la fe profunda de la Iglesia ya desde sus primeros instantes: aunque en su familia y en su pueblo no lo hayan visto, María venía siendo «preparada» como nueva Arca de la nueva Alianza desde toda la eternidad; y eso es a lo que la leyenda, en definitiva, apunta: a poner en evidencia que el papel de María en la historia de la salvación no es casual ni azaroso, ni tampoco el fruto de una decisión momentánea. Así como habrá sorprendido a María verse envuelta por el anuncio angélico, así también es cierto que toda su vida era un recto y firme encaminarse hacia una fidelidad plena y absoluta, hacia una completa disposición a quien la había elegido desde toda la eternidad para que se realizara en ella un misterio que recién terminará de comprender -como Iglesia y como figura de la Iglesia que ella misma es- con la luz del Espíritu Santo en Pentecostés.

    Un hermoso detalle de la escena que me gustaría destacar es que María se alimenta «de manos de un ángel»; no podemos dejar de recordar la expresión del salmo 77: «y el hombre comió pan de ángeles», que aunque se refiere al maná, el cristianismo lo ha entendido desde siempre como figura de la Eucaristía; María sería así la primera en comer del «pan de ángeles» que traerá su Hijo.

    Por más que, desde luego, todos estos pensamientos sobre María sean muy simbólicos, muy poéticos y muy agradables, no debemos sin embargo olvidar que no tenemos ninguna clase de fuente fidedigna para conocer la prehistoria de Jesús (e incluso muchos aspectos de su historia cotidiana); por ello el nuevo Martirologio quiere dejar bien explícito que el motivo de esta fiesta se relaciona más con una realidad cultual y de la vida concreta cristiana que con leyendas piadosas: es en definitiva la fiesta de la dedicación de la basílica de Santa María la Nueva, de Jerusalén, realizada el 20 de noviembre del año 543. Como fiesta litúrgica no es muy antigua, ni en Occidente ni en Oriente, donde tuvo su origen, quizás hacia el siglo X. En Occidente se celebraba con cierta solemnidad en el siglo XI en Inglaterra, pero después cayó de nuevo en el olvido, y a finales del siglo XIV se volvió a conmemorar en la Iglesia latina, hasta que en 1585 el papa Sixto V la inscribió en el calendario general.

Oremos

    Santa Madre María, tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo, aceptando desde una libertad poseída el servirle plenamente como templo inmaculado, tú que confiando en tus santos padres, San Joaquín y Santa Ana, respondiste con una obediencia amorosa al llamado de Dios Padre, tú que ya desde ese momento en el que tus padres te presentaron en el Templo percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor; enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo, anunciándolo en cada momento de nuestra vida desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios. Amén.

-FRASE DEL DÍA-



 

domingo, 19 de noviembre de 2023

GAUDETE ET EXSULTATE

CAPÍTULO PRIMERO
EL LLAMADO A LA SANTIDAD
Tu misión en Cristo


    
20. Esa misión tiene su sentido pleno en Cristo y solo se entiende desde él. En el fondo la santidad es vivir en unión con él los misterios de su vida. Consiste en asociarse a la muerte y resurrección del Señor de una manera única y personal, en morir y resucitar constantemente con él. Pero también puede implicar reproducir en la propia existencia distintos aspectos de la vida terrena de Jesús: su vida oculta, su vida comunitaria, su cercanía a los últimos, su pobreza y otras manifestaciones de su entrega por amor. La contemplación de estos misterios, como proponía san Ignacio de Loyola, nos orienta a hacerlos carne en nuestras opciones y actitudes[18]. Porque «todo en la vida de Jesús es signo de su misterio»[19], «toda la vida de Cristo es Revelación del Padre»[20], «toda la vida de Cristo es misterio de Redención»[21], «toda la vida de Cristo es misterio de Recapitulación»[22], y «todo lo que Cristo vivió hace que podamos vivirlo en él y que él lo viva en nosotros»[23].

[18] Cf. Ejercicios espirituales, 102-312.

[19] Catecismo de la Iglesia Católica, 515.

[20] Ibíd., 516.

[21] Ibíd., 517.

[22] Ibíd., 518.

[23] Ibíd., 521.

-PROPÓSITO DEL DÍA- "Para que por la práctica de los consejos evangélicos y la vida de oración, podamos crecer en el amor a Dios y nuestros hermanos"



 

EVANGELIO DEL DÍA - 20 DE NOVIEMBRE - San Lucas 18,35-43.


    Primer Libro de Macabeos 1,10-15.41-43.54-57.62-64.

    De ellos surgió un vástago perverso, Antíoco Epífanes, hijo de Antíoco, que había estado en Roma como rehén y subió al trono el año ciento treinta y siete del Imperio griego.
    Fue entonces cuando apareció en Israel un grupo de renegados que sedujeron a muchos, diciendo: "Hagamos una alianza con las naciones vecinas, porque desde que nos separamos de ellas, nos han sobrevenido muchos males".
    Esta propuesta fue bien recibida, y algunos del pueblo fueron en seguida a ver al rey y este les dio autorización para seguir la costumbres de los paganos.
    Ellos construyeron un gimnasio en Jerusalén al estilo de los paganos, disimularon la marca de la circuncisión y, renegando de la santa alianza, se unieron a los paganos y se entregaron a toda clase de maldades.
    El rey promulgó un decreto en todo su reino, ordenando que todos formaran un solo pueblo y renunciaran a sus propias costumbres. Todas las naciones se sometieron a la orden del rey y muchos israelitas aceptaron el culto oficial, ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado.
    El día quince del mes de Quisleu, en el año ciento cuarenta y cinco, el rey hizo erigir sobre el altar de los holocaustos la Abominación de la desolación. También construyeron altares en todos las ciudades de Judá.
    En las puertas de las casas y en las plazas se quemaba incienso.
    Se destruían y arrojaban al fuego los libros de la Ley que se encontraban, y al que se descubría con un libro de la Alianza en su poder, o al que observaba los preceptos de la Ley, se lo condenaba a muerte en virtud del decreto real.
    Sin embargo, muchos israelitas se mantuvieron firmes y tuvieron el valor de no comer alimentos impuros; prefirieron la muerte antes que mancharse con esos alimentos y quebrantar la santa alianza, y por eso murieron.
    Y una gran ira se descargó sobre Israel.

    Palabra de Dios.


Salmo 119(118),53.61.134.150.155.158.

Me lleno de indignación ante los pecadores,
ante los que abandonan tu ley.
Los lazos de los malvados me rodean,
pero yo no me olvido de tu ley.

Líbrame de la opresión de los hombres,
y cumpliré tus mandamientos.
Se acercan a mí los que me persiguen con perfidia,
los que están alejados de tu ley.

La salvación está lejos de los impíos,
porque no buscan tus preceptos.
Veo a los pecadores y siento indignación,
porque no cumplen tu palabra.


    Evangelio según San Lucas 18,35-43.

    Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
    Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía.
    Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret.
    El ciego se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!".
    Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!".
    Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". "Señor, que yo vea otra vez".
    Y Jesús le dijo: "Recupera la vista, tu fe te ha salvado".
    En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.

    Palabra del Señor.

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 20 DE NOVIEMBRE - «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!»


San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia Homilía: Oración perseverante. Homilía sobre el Evangelio de San Mateo 66,1.


«¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!» 

    Escuchemos a estos ciegos, mucho mejores que muchos de los que ven. Pues sin tener guía, sin ver a Jesús que se acercaba, procuraban empeñosamente acercársele. Y comenzaron a clamar con grandes voces; y como se les ordenara callar, más aún clamaban. Así es un alma perseverante: se aprovecha por medio de los mismos que procuran impedirla.

    Cristo permite que se les ordene callar para que resalte el fervor de ellos y conozcas que en realidad eran dignos de recibir la salud. Por lo mismo ni siquiera les pregunta si creen, como solía hacerlo, pues sus clamores y el anhelo de acercársele suficientemente manifestaban su fe. Por aquí conoces, carísimo, que aún cuando seamos viles y bajos en exceso, si nos acercamos anhelosos a Dios, podremos alcanzar por nosotros mismos lo que pedimos. Observa cómo estos ciegos, sin tener el patrocinio de ninguno de los apóstoles y por el contrario habiendo muchos que los detenían, pudieron pasar por sobre todos los obstáculos y acercarse a Jesús. Y aunque los evangelistas no testifiquen haber tenido ellos alguna confianza por su género de vida, pero el fervor les valió para todo.

    Imitémoslos. Aunque el Señor dilate su don, aunque muchos se nos interpongan, no cesemos de pedir. Así nos conciliaremos especialmente a Dios.

SANTORAL - SAN RAFAEL DE SAN JOSÉ

 20 de Noviembre


    Oriundo de una familia polaca, José Kalinowski, vio la luz en Vilna (Polonia) el 1 de septiembre de 1835. A sus ocho años, en 1843, entra como alumno interno en el Instituto de Nobles, del que su padre es profesor y del que , más tarde, llegará a ser director.

    En 1850, comienza sus estudios superiores en el Instituto de Agronomía de Hory-Horki. Dos años más tarde ingresa en la Academia Militar de Ingenieros del Zar Nicolás, en San Petersburgo. Después de obtener el título de Ingeniero en dicha Academia, en 1957, es nombrado profesor de matemáticas en la misma Academia y obtiene el grado de teniente.

    Entre 1858-1860, trabaja en el proyecto de la línea de ferrocarril Odessa-Kiew-Kursk. En noviembre de 1860, a petición propia, es destinado a la fortaleza de Brest Litowski, ascendiendo a capitán de Estado Mayor del ejército ruso.

    El 17 de mayo de 1863, obtiene la baja solicitada en el ejército del Zar. Un mes más tarde, se alista sin embargo en el levantamiento de Polonia para liberarla del poder zarista de ocupación, y ante las insistencias del Gobierno nacional polaco, clandestino, acepta el cargo de Ministro de la Guerra en Vielna, para toda la comarca de Lituania. Kalinowski, conocedor del poderío militar ruso, sabe cuál va a ser el resultado de aquella insurrección, pero su patriotismo le obliga a no claudicar. En el otoño de este mismo año la insurrección queda vencida.

    A causa de su participación en este movimiento de liberación en Polonia, en la noche del 24 al 25 de marzo de 1864 es arrestado por los rusos y el día 2 de junio condenado a muerte. La pena le es conmutada por 10 años de trabajos forzados en Siberia, hacia donde parte el 11 de julio.

    En Siberia en 1874, los condenados experimentan algunos cambios en su condición debido a sucesivas amnistías, pasando de deportados a expatriados, con las consiguientes mejoras de vida.

    Conseguida la libertad en septiembre de 1874, se traslada a Austria y en octubre a París donde es nombrado educador del príncipe Augusto Czartoryski. En 1875, viaja con el príncipe, que tiene síntomas de tuberculosis, a diversos lugares de Francia, Suiza, Italia y Polonia, buscando remedio para su salud.

    En 1877, el día 15 de julio ingresa al Carmelo Teresiano, llega al noviciado de Graz, en Austria. Después de unos meses de prueba, recibe el hábito el 26 de noviembre y cambia su nombre por el de Rafael de San José. De 1878 a 1881, hace sus estudios eclesiásticos en Giör (Hungría). Y en 1882, recibe la ordenación sacerdotal en Czerna (Polonia)

    De 1882 a 1907, el P. Rafael consumió el resto de su vida sirviendo en puestos de responsabilidad en la Orden: superior, organizador de la vida carmelitana y formador de varias generaciones de carmelitas. Dedicó mucho tiempo y esfuerzos a los monasterios de las carmelitas descalzas y colaboró en la fundación de dos nuevos conventos. El estudio y la investigación ocuparon buena parte de los últimos años de su vida. Fruto de estos trabajos fue la edición, en cuatro tomos, de las Crónicas de las Carmelitas Descalzas en Polonia durante los siglos XVII y XVIII. Publicó también algunos trabajos propios, así como algunas traducciones del francés al polaco.

    Se distinguió en el celo por la unidad de la Iglesia y la incansable dedicación al ministerio del sacramento de la penitencia y a la dirección espiritual. Muy devoto de María, acudían a él los fieles incluso desde muchos kilómetros de distancia, haciendo florecer en Polonia la Orden del Carmelo Teresiano.

    Siempre delicado de salud, sobre todo desde su permanencia en Siberia, entregó su alma a Dios en Wadowice el 15 de noviembre de 1907, y enterrado en el convento de Czerna el día 20 de noviembre. El 22 de junio de 1983 era beatificado en Cracovia, y el 17 de noviembre de 1991, canonizado por Juan Pablo II.


Oremos

    
Señor Dios, Tú has fortalecido a tu Sacerdote San Rafael en la adversidad y lo has llenado de un gran amor en la promoción de la unidad de la Iglesia. Por medio de sus oraciones, fortalécenos en la fe y en el amor los unos a los otros, para que nosotros también podamos trabajar generosamente juntos por la unidad de todos los creyentes en Cristo. Te lo pedimos por medio de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. Oh querido siervo de Dios San Rafael de San José Kalinowski, ruega por nosotros para caminar con la fuerza de Dios en medio de las adversidades de nuestra vida. Amén. 

-FRASE DEL DÍA-