sábado, 12 de septiembre de 2020

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO - 13 de Septiembre - «Te perdoné toda tu deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías, pues, tener piedad de tu compañero como yo la tuve de ti?»


San Francisco de Sales Opúsculos: Misericordia sin límites XXVI, 412-41-415 (Extractos de puntos a meditar sobre la oración dominical)

«Te perdoné toda tu deuda porque me lo suplicaste. 
¿No debías, pues, tener piedad de tu compañero como yo la tuve de ti?» 

    Padre, somos pobres y llenos de deudas... ¿Hay alguien más pobre y más endeudado que yo? Cual otro publicano, os ruego me perdonéis las deudas de mis pecados, con los que os he ofendido. ¡Oh, Padre!, he pecado contra vuestra Ley, pero las riquezas de vuestra misericordia sobrepasan infinitamente mis culpas. Acordaos, oh Padre, de vuestras misericordias que son eternas. E igual que usasteis de misericordia con tantos servidores vuestros, dignaos perdonarme mis pecados... Señor, has puesto límites al mar, pero has dejado sin límites tu misericordia, para que siempre vaya en busca de pobres pecadores cargados de deudas, para perdonarlos.

    Os ruego, Padre Santo, por vuestra misericordia infinita, en virtud de la pasión que sufrió vuestro Hijo en el árbol de la Cruz, y por los méritos e intercesión de la bienaventurada Virgen y de todos los elegidos que ha habido desde el comienzo del mundo, que os dignéis perdonar nuestras deudas. También os ruego, Padre, que me deis vuestra virtud y vuestra gracia para que pueda perdonar perfectamente a los que me han ofendido. Y si encontráis en mi corazón algún resto de imperfección contra los que me han ofendido, hacedlo desaparecer, oh Padre, con el fuego de vuestra caridad; haced que ni una huella, ni una sombra de rencor quede en mi corazón.

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