«Feliz el servidor que su dueño, al regreso, lo encuentra trabajando»
Si a veces tenemos la impresión de que el Maestro se ha ido, ¿no será porque yo me he alejado de una u otra hermana? Una cosa nos garantizará siempre el cielo: los actos de caridad y la gentileza que habremos tenido en nuestra vida.
Nunca sabremos el bien que puede provocar una simple sonrisa. Decimos a los hombres lo grande que es Dios, comprensivo, indulgente: y ¿somos nosotros la prueba viviente de ello? ¿Pueden realmente darse cuenta de esa grandeza, comprensión, indulgencia viéndola viva en nosotros?
No hay comentarios:
Publicar un comentario