TIEMPO ORDINARIO
SÁBADO DE LA SEMANA XIV
09 de julio
San Juan Crisóstomo (c. 345-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Homilía “al salir al exilio”, 1-3; PG 52, 427-430
«No temáis»
Crecen las corrientes de agua y las tempestades retumban, pero nosotros no tememos de ser engullidos por ellas. Estamos firmemente fundamentados en la roca. Que el mar se embravezca, no quebrará la roca; que las corrientes salgan de su lecho, no pueden tragar la barca de Jesús. ¿Qué temeremos, decidme? ¿La muerte? “Mi vida es Cristo y morir me sería una ganancia.” (Flp 1,21) ¿El exilio? “Del Señor es la tierra y cuanto la habita” (Sal 23,1). ¿La confiscación de los bienes? “Nada hemos traído al mundo y nada podremos llevarnos de él.” (cf 1Tim 6,7) Me río de todo lo que puede infundir miedo en esto mundo. Sus bienes me causan risa. No temo la pobreza, no deseo la riqueza. No tengo miedo a la muerte...
El Señor me ha dado unas prendas. Entonces, ¿es por mis propias fuerzas que me fío de él?” Tengo en mis manos su escrito: este es mi punto de apoyo, aquí radica mi seguridad, este es mi puerto de salvación. Aunque el universo entero se ponga a temblar, yo tengo este escrito, lo releo, es la muralla de mi amparo, es mi garantía. ¿Qué me indica? “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mt 28,20) Si Cristo está conmigo ¿qué temeré? Que se acerquen las oleadas del mar y la cólera de los poderosos: todo esto no pesa más que una tela de araña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario