La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico
(El QUÉ de la catequesis)
18- La iniciación cristiana es ante todo una obra de Dios; actualiza su amor:“habla a los hombres como amigos”. Sale a su encuentro con signos y palabras que se explicitan mutuamente, en especial en el misterio de la Encarnación. A lo largo de la Historia de la Salvación, se manifiesta una pedagogía divina en el proceso de la Revelación de Dios a los hombres. Él actúa sobre el hombre haciendo posible que reciba y goce la vida nueva en Cristo. La iniciación cristiana, fiel a esta pedagogía de Dios, con la Palabra y con los signos sacramentales, es la oportunidad para el hombre que ha sido tocado por la Gracia, de vivir la primera participación sacramental en la muerte y resurrección de Cristo, y por lo mismo la experiencia gozosa de la transfiguración mediante la inserción real en Cristo, por la fuerza de su Misterio Pascual, para la comunión con el Padre en el Espíritu Santo. Por lo tanto, es también iniciación al misterio de comunión en la Iglesia y a la participación en su misión.
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