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viernes, 5 de agosto de 2016

CAMINANDO HACIA EL DIRECTORIO CATEQUÍSTICO ARGENTINO

La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico 
(El QUÉ de la catequesis)


    29-
La renovación de la catequesis de iniciación no es simple aplicación de técnicas o métodos: es un espíritu que debe impregnar a toda la comunidad: sólo así se convierte en verdadera fuerza renovadora de la vida en nuestras comunidades. No se debe olvidar que estamos dentro del ministerio de la Palabra, cuya presencia transversal y abundante en la catequesis es fundamental; por lo tanto, hay que reconocer primero la acción de Dios, la eficacia de la proclamación de la Palabra, del espíritu comunitario del encuentro, del clima propio de oración y fraternidad; a esto hay que agregar las disposiciones interiores propias de los catecúmenos-catequizandos; se parte de una ley fundamental: el Evangelio nunca se impone, se propone; se cuenta, pues, con la adhesión libre del interlocutor, lo cual establece relaciones, vínculos especiales entre el catequista y el catequizando. Las diferencias entre una “clase” en una “escuela” y un “encuentro” de catequesis en “una comunidad de fe” son muy grandes. Por esto hay que estar muy atentos al aplicar teorías, recursos etc. que nos propone la ciencia pedagógica. La renovación metodológica nos llevará a un equilibrio necesario en este punto, y a rescatar lo que es más original de la catequesis y de la predicación: el anuncio gozoso de que el Reino de Dios está cerca, utilizando una apropiada pedagogía catequística, momento en el que no está ausente la acción del Espíritu Santo.

miércoles, 3 de agosto de 2016

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La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico 
(El QUÉ de la catequesis)


    27-
Todo este itinerario catecumenal puede ser implementado en cada comunidad, con las adaptaciones necesarias. Se trata no tanto de replicar lo antiguo, sino de adecuar a los tiempos culturales en que vivimos, las pautas esenciales que identifican un proceso catecumenal de iniciación cristiana. Siempre hay que recordar que es un camino litúrgicocatequístico; por lo tanto, la presencia del Espíritu Santo que actúa eficazmente, la fuerza de la Palabra proclamada, que es “viva y eficaz” y resuena en la comunidad, las celebraciones diversas, la gradualidad de las diversas etapas, el camino de maduración personal en la fe, el acompañamiento del equipo de catequistas y de toda la comunidad, son elementos que nunca deberán faltar. Al ser como un noviciado para la Vida Cristiana, el catecumenado se convierte en casa y escuela de comunión, donde la espiritualidad de la comunión es el principio educativo: ahí se forma el hombre y el cristiano.

martes, 2 de agosto de 2016

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La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico 
(El QUÉ de la catequesis)


    26- En el Ritual para la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) se presentan las etapas graduales del proceso de iniciación y los ritos litúrgicos que la van jalonando: - El pre-catecumenado (RICA 9-13): etapa kerygmática, de primer anuncio, misionera. Etapa siempre necesaria, imprescindible. “De la evangelización, realizada con el auxilio divino, nacen la fe y la conversión inicial” . - El catecumenado (RICA 14-20): “un tiempo suficientemente prolongado durante el cual los candidatos reciben la formación pastoral y se ejercitan en la vida cristiana, gracias a lo cual las disposiciones espirituales manifestadas en su ingreso alcanzan la maduración de su fe inicial”. Catecumenado que es formación y noviciado para la Vida Cristiana. - El tiempo de purificación e iluminación (RICA 21-36): “El tiempo de purificación e iluminación de los catecúmenos coincide de ordinario con la Cuaresma...”. En esta etapa tienen lugar los ritos de los escrutinios, exorcismos y bendiciones. - La celebración de los sacramentos de la iniciación (RICA 27-36: el ritual precisa las formas de celebración de los sacramentos de iniciación durante la Vigilia Pascual. En caso de un catecumenado para ya bautizados, la renovación de los sacramentos deberá ser acentuada; es este caso, la celebración del sacramento de la Penitencia cobra un valor importante. - El tiempo de la mistagogía (RICA 37-40): “...la comunidad con los neófitos, por la meditación del Evangelio, la participación en la Eucaristía y el ejercicio de la caridad, progresa en una percepción más profunda del Misterio Pascual y en su manifestación cada vez mayor con el testimonio de la vida” 

domingo, 31 de julio de 2016

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La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico 
(El QUÉ de la catequesis)


    24-
Insistimos en este último punto, dado que la Nueva Evangelización tiene como destinatarios precisamente a todos nuestros hermanos bautizados que se han alejado de la vida comunitaria eclesial, sea -entre otras causas- por insuficiente o inadecuada catequesis, por crisis de fe, por la influencia del ambiente de descreimiento en que se vive, etc. El esfuerzo misionero del que nos habla el Documento de Aparecida apunta precisamente a este amplio sector de feligreses. Se necesita, en cada comunidad parroquial, un espacio catecumenal para acoger a estos hermanos que desean retomar su camino de vida cristiana, para que tengan la posibilidad de renovar su fe desde una experiencia kerygmática, catequística, comunitaria y litúrgica: “No hemos de dar nada por presupuesto y descontado. Todos los bautizados estamos llamados a ‘recomenzar desde Cristo’, a reconocer y seguir su Presencia con la misma realidad y novedad, el mismo poder de afecto, persuasión y esperanza, que tuvo su encuentro con los primeros discípulos…” .

sábado, 30 de julio de 2016

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La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico 
(El QUÉ de la catequesis)


    23- En el documento de Aparecida los obispos latinoamericanos han insistido en esta renovación y particularmente la reclamaron en su servicio a la iniciación cristiana: “Asumir esta iniciación cristiana exige no sólo una renovación de la modalidad catequística de la parroquia. Proponemos que el proceso catequístico formativo adoptado por la Iglesia para la iniciación cristiana sea asumido en todo el Continente como la manera ordinaria e indispensable de introducir en la vida cristiana, y como la catequesis básica y fundamental. Después, vendrá la catequesis permanente que continúa el proceso de maduración en la fe, en la que se debe incorporar un discernimiento vocacional y la iluminación para proyectos personales de vida” . Esta renovación requerida exige por un lado la conversión pastoral de nuestras comunidades -lo cual implicará pasar de una catequesis de mera conservación a una catequesis decididamente misionera, kerigmática-, y por otro la contemplación del catecumenado bautismal de adultos como paradigma fundamental que ha de animar todo el proceso catequístico de iniciación cristiana, tanto -como ya dijimos- para los no bautizados que inician su camino de incorporación a Cristo como para los ya bautizados, insuficientemente evangelizados o catequizados, o que se han alejado de la vida cristiana y desean retomar el camino de la fe.

viernes, 29 de julio de 2016

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La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico 
(El QUÉ de la catequesis)

    22- El Concilio Vaticano II nos señala las notas características del catecumenado de iniciación cristiana: “Los que han recibido de Dios, por medio de la Iglesia, la fe en Cristo, sean admitidos con ceremonias litúrgicas al catecumenado, el cual no es mera exposición de dogmas y preceptos, sino formación y noviciado convenientemente prolongado de toda la vida cristiana, con la que los discípulos se unen a Cristo, su Maestro. Iníciense, pues, los catecúmenos convenientemente en el misterio de la salvación, en la práctica de las costumbres evangélicas y en los ritos sagrados que han de celebrarse en tiempos sucesivos, y sean introducidos en la vida de la fe, de la liturgia y de la caridad del Pueblo de Dios. Liberados luego, por los sacramentos de la iniciación cristiana, del poder de las tinieblas, muertos, sepultados y resucitados con Cristo, reciben el Espíritu de hijos de adopción y celebran con todo el Pueblo de Dios el memorial de la muerte y resurrección del Señor (…). Pero esta iniciación cristiana durante el catecumenado no deben procurarla solamente los catequistas o los sacerdotes, sino toda la comunidad de los fieles, y de modo especial los padrinos, de suerte que ya desde el principio sientan los catecúmenos que pertenecen al Pueblo de Dios. Y como la vida de la Iglesia es apostólica, los catecúmenos han de aprender también a cooperar activamente en la evangelización y edificación de la Iglesia con el testimonio de vida y la profesión de fe” .

jueves, 28 de julio de 2016

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La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico 
(El QUÉ de la catequesis)


    21- El catecumenado es un tiempo prolongado de formación en el que, quienes libremente participan, van transitando un itinerario litúrgico-catequístico, realizado en el ámbito de una comunidad cristiana, camino gradual y por etapas, no como peldaños que se suceden, sino como procesos de maduración en la vida de fe, vinculados unos con otros. Este itinerario está jalonado de celebraciones, que van destacando la significación y contenido de cada momento, solicitando la respuesta libre y personal de los que participan y la transición del proceso. El itinerario propio de la iniciación cristiana es, por tanto, un camino litúrgico y catequístico, realidades que nunca deben separarse en la praxis pastoral; esto responde a la pedagogía misma de Dios: palabra y gesto, que se explicitan, manifiestan y accionan mutuamente, expectantes de la cordial respuesta de quienes son sus interlocutores.

martes, 26 de julio de 2016

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La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico 
(El QUÉ de la catequesis)


    19- La originalidad de la iniciación cristiana es la acción e iniciativa de Dios, mediante la ministerialidad de la Iglesia, que transforma interiormente el corazón de quien responde haciéndolo partícipe en el misterio pascual de Cristo, identificándolo progresivamente con Él e integrándolo en la comunión con su Cuerpo que es la Iglesia. La gracia de Dios es la que atrae y gratuitamente otorga el don de la fe y de la salvación, en una comunidad cristiana, la cual es a la vez fuente, lugar y meta de este servicio. En otras palabras, la iniciación cristiana “es la manera práctica de poner en contacto con Jesucristo e iniciar en el discipulado”. La iniciación cristiana, propiamente hablando, se refiere a la primera iniciación en los misterios de fe -sea en forma de catecumenado bautismal para los no bautizados, sea en la forma de catecumenado postbautismal para los bautizados no suficientemente catequizados o evangelizados- y es toda ella como un gran sacramento, y si bien cada uno de los sacramentos que en ella se celebran son distintos entre sí, sin embargo, todos ellos conforman una gran acción simbólica; más aún, el mismo catecumenado es parte de este gran sacramento, no instrucción preliminar, sino parte constitutiva del sacramento mismo. Dios sale al encuentro del hombre con su Palabra y el don de la Gracia por los sacramentos de la iniciación; el hombre, movido por el Espíritu Santo, responde con su profesión de fe -adhesión plena, inteligencia y voluntad a Jesucristo-

lunes, 25 de julio de 2016

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 La iniciación cristiana, un acontecimiento salvífico 
(El QUÉ de la catequesis)


    18-
La iniciación cristiana es ante todo una obra de Dios; actualiza su amor:“habla a los hombres como amigos”. Sale a su encuentro con signos y palabras que se explicitan mutuamente, en especial en el misterio de la Encarnación. A lo largo de la Historia de la Salvación, se manifiesta una pedagogía divina en el proceso de la Revelación de Dios a los hombres. Él actúa sobre el hombre haciendo posible que reciba y goce la vida nueva en Cristo. La iniciación cristiana, fiel a esta pedagogía de Dios, con la Palabra y con los signos sacramentales, es la oportunidad para el hombre que ha sido tocado por la Gracia, de vivir la primera participación sacramental en la muerte y resurrección de Cristo, y por lo mismo la experiencia gozosa de la transfiguración mediante la inserción real en Cristo, por la fuerza de su Misterio Pascual, para la comunión con el Padre en el Espíritu Santo. Por lo tanto, es también iniciación al misterio de comunión en la Iglesia y a la participación en su misión.

domingo, 24 de julio de 2016

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Una Iglesia comunión con un 
proyecto evangelizador


    17- A la hora de diseñar el momento catequístico del proyecto evangelizador será conveniente atender a los rasgos que caracterizan una catequesis renovada : - La transmisión de la fe. El proceso evangelizador comienza precisamente con el anuncio del kerygma, para suscitar un primer acto de fe y de adhesión a Jesucristo. Toda la catequesis debe ser transversalmente kerygmática, esto es, anunciar la Buena Nueva de Jesús, poner en contacto e intimidad con Él. La catequesis es un momento en el cual Dios actúa con el don gratuito de la fe. - La propuesta de la fe . Se propone la fe, se espera la respuesta libre, consciente y coherente del hombre: su profesión de fe. La enseñanza de la fe es tarea esencial de la catequesis. - La centralidad de la Palabra . La Palabra de Dios es la fuente principal de la catequesis. En las Sagradas Escrituras, la Tradición, el Magisterio de la Iglesia, en la vida misma de la Iglesia. - Catequesis de iniciación. La catequesis debe iniciar al sujeto en toda su vida cristiana en forma integral: conocimiento de la fe, celebración de la fe, moral cristiana, espiritualidad. Debe iniciar en el conocimiento de las Sagradas Escrituras, iniciando en la lectura orante (lectio divina), en la vida litúrgica y en la vida comunitaria. - Unidad entre catequesis y liturgia. Ambas realidades están íntimamente unidas. Enseñanza y celebración de la fe no pueden separarse. La fe se conoce, se celebra, se vive. Debemos recobrar la riqueza que tiene nuestra liturgia recuperando la mistagogia como catequesis que profundiza el misterio celebrado
- Itinerario gradual y por etapas . La catequesis en estilo catecumenal es un proceso de maduración en la vida de fe. Es fundamental recorrer paso a paso sus etapas, verificando la autenticidad del proceso de crecimiento y madurez. - Unidad de la iniciación cristiana . La catequesis y los sacramentos van introduciendo e incorporando al hombre al misterio de Cristo y de la Iglesia; lo que dijimos sobre la unidad entre catequesis y liturgia se manifiesta plenamente en todo el proceso de iniciación, que es por esto mismo orgánico. De ahí la importancia del orden de los sacramentos, que cobran su significado pleno precisamente cuando forman parte de un proceso significativamente ordenado . - Catequesis como acción comunitaria, eclesial. El sujeto de la acción pastoral catequística es la Iglesia, que como Madre y Maestra engendra y educa en la fe al hijo de Dios nacido en el Bautismo. Toda la comunidad debe verse involucrada en la iniciación cristiana de sus fieles.

sábado, 23 de julio de 2016

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Una Iglesia comunión con un 
proyecto evangelizador


    17- A la hora de diseñar el momento catequístico del proyecto evangelizador será conveniente atender a los rasgos que caracterizan una catequesis renovada : - La transmisión de la fe. El proceso evangelizador comienza precisamente con el anuncio del kerygma, para suscitar un primer acto de fe y de adhesión a Jesucristo. Toda la catequesis debe ser transversalmente kerygmática, esto es, anunciar la Buena Nueva de Jesús, poner en contacto e intimidad con Él. La catequesis es un momento en el cual Dios actúa con el don gratuito de la fe. - La propuesta de la fe. Se propone la fe, se espera la respuesta libre, consciente y coherente del hombre: su profesión de fe. La enseñanza de la fe es tarea esencial de la catequesis. - La centralidad de la Palabra. La Palabra de Dios es la fuente principal de la catequesis. En las Sagradas Escrituras, la Tradición, el Magisterio de la Iglesia, en la vida misma de la Iglesia. - Catequesis de iniciación. La catequesis debe iniciar al sujeto en toda su vida cristiana en forma integral: conocimiento de la fe, celebración de la fe, moral cristiana, espiritualidad. Debe iniciar en el conocimiento de las Sagradas Escrituras, iniciando en la lectura orante (lectio divina), en la vida litúrgica y en la vida comunitaria. - Unidad entre catequesis y liturgia. Ambas realidades están íntimamente unidas. Enseñanza y celebración de la fe no pueden separarse. La fe se conoce, se celebra, se vive. Debemos recobrar la riqueza que tiene nuestra liturgia recuperando la mistagogia como catequesis que profundiza el misterio celebrado.

    - Itinerario gradual y por etapas . La catequesis en estilo catecumenal es un proceso de maduración en la vida de fe. Es fundamental recorrer paso a paso sus etapas, verificando la autenticidad del proceso de crecimiento y madurez. - Unidad de la iniciación cristiana. La catequesis y los sacramentos van introduciendo e incorporando al hombre al misterio de Cristo y de la Iglesia; lo que dijimos sobre la unidad entre catequesis y liturgia se manifiesta plenamente en todo el proceso de iniciación, que es por esto mismo orgánico. De ahí la importancia del orden de los sacramentos, que cobran su significado pleno precisamente cuando forman parte de un proceso significativamente ordenado . - Catequesis como acción comunitaria, eclesial. El sujeto de la acción pastoral catequística es la Iglesia, que como Madre y Maestra engendra y educa en la fe al hijo de Dios nacido en el Bautismo. Toda la comunidad debe verse involucrada en la iniciación cristiana de sus fieles.